Resumen: Retos y desafíos de estudiar la economía popular y solidaria

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con el apoyo de todos los sectores de la economía generando así emprendimientos por oportunidad y no sólo por necesidad.

Diseñar emprendimientos no es una tarea fácil ni conlleva pasos claros, la clave es contar con espacios de diálogo, participación social, capacitaciones constantes, asistencia técnica, innovación, financiamiento en donde el sector privado y la academia pueden contribuir, de modo que se lleve a la economía popular a una economía solidaria en donde se unan esfuerzos, capacidades, recursos y talento para insertarse en un mercado y escalar posiciones.

Otro ámbito de estudio son las fuentes de empleo que la economía popular y solidaria ha generado, en el Ecuador según el INEC el 57,8% de la población económicamente activa (PEA) se encuentra empleada en este sector; dentro de esto se puede analizar y estudiar niveles y condiciones de trabajo y abarcar el principal problema que es la informalidad.

Por otro lado, se ha avanzado mucho en el control y regulación de este sector al crear instituciones exclusivamente enfocadas en la economía popular y solidaria a más de una legislación que la respalda para que decisiones en función del crecimiento y desarrollo del sistema económico, no obstante representa un reto el diseño de estas políticas y sobretodo de su implementación.

En nuestro país, la Constitución expresa claramente las formas de organización de economía popular y solidaria, hay una ley, un instituto y una superintendencia enfocada en este sector, es tal su importancia y despliegue que requiere fundamentos y regulaciones legales para su correcto funcionamiento y muestra de resultados, son miles las formas de organizaciones legalmente constituidas que merecen entes de control y de asistencia técnica para medir su impacto y mejorar.

Se ha ido acumulando experiencia en este sector pero continúa siendo un verdadero desafío integrar a todos los actores a una economía más avanzada e implementar en su totalidad políticas públicas, económicas y sociales principalmente.

Las políticas macroeconómicas representan un apoyo sustancial a todos los sectores público, privado y popular y solidario de manera que puedan iniciarse procesos y cambios significativos a todo nivel, conociendo de ante mano que no se pueden estandarizar porque cada unidad o actor es diferente, con distintas capacidades, recursos y entorno a más de que no deben confundirse con políticas de pobreza puesto que son enfoques distintos.

En conclusión, la economía popular y solidaria requiere ser estudiada a mayor profundidad puesto que su entorno, estructura e impacto son amplios y los involucrados requiere mayor apoyo y participación, a más del diseño de políticas especializadas, para que trabajando en conjunto enfocados siempre en el bienestar y desarrollo común se posibilite la creación de nuevos instrumentos financieros que aseguren el acceso de los actores y sectores de esta economía al financiamiento y la formalidad que son las principales debilidades; tomando en cuenta que deben impulsar en todos los sentidos las prácticas solidarias apoyando a la asociatividad, organización cooperativa y cadena de valor.

Los sectores productivos heterogéneos, un sistema económico excluyente y una desventaja histórica permiten que la distribución sea desigual pese a los esfuerzos de favorecer a un sistema social y solidario, pero poco a poco va tomando terreno y apunta a creativamente aprovechar oportunidades del mercado.

No existen recetas para el éxito de un sistema económico y si bien la economía popular y solidaria ha contribuido considerablemente a la economía nacional no es suficiente ser solidario, ni tampoco es suficiente la transformación productiva, ambos procesos deben avanzar de forma simultánea si se quiere mejorar las condiciones de producción y tener una buena vida para todos siempre buscando el bien común y se pueda sostener en el