Adam Smith nació en un pequeño pueblo en Kirkcaldy

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Smith utilizó economía aritmética no sólo para explicar la producción de alfileres o las diferencias de remuneración entre los carniceros y verdugos, sino para abordar algunas de las cuestiones políticas más urgentes del momento. En el libro cuarto de La Riqueza de las Naciones, publicado, recuerda, en 1776-Smith dice que Gran Bretaña sus colonias americanas no vale la pena el costo de mantener. Su razonamiento sobre el costo excesivamente alto del imperialismo británico la pena repetir, tanto para mostrar Smith en su mejor aritmética, y para mostrar que la economía claras simples pueden conducir a conclusiones radicales:

Un gran imperio se ha establecido con el único propósito de levantar a una nación de los clientes que deben estar obligados a comprar a las tiendas de nuestros productores diferentes, todos los bienes con los que éstos podían suministrar. En aras de que la mejora de poco precio, que este monopolio podría permitir a nuestros productores, los consumidores caseros ha sido cargado con el costo total del mantenimiento y la defensa de ese imperio. Con este fin, y para ello sólo en las dos últimas guerras, más de ciento setenta millones ha sido contratado por encima de todo lo que se había gastado para el mismo fin en las guerras anteriores. El interés de esta deuda no sólo es más grande que toda la ganancia extraordinaria, la cual, podría pretenderse, fue hecha por el monopolio del comercio colonial, pero que todo el valor de ese comercio, o que el valor total de la bienes, que en promedio han sido exportados anualmente a las colonias.

Smith se opuso con vehemencia mercantilismo-la práctica de mantener artificialmente un superávit comercial en la creencia errónea de que al hacerlo aumentar la riqueza. La principal ventaja del comercio, según él, fue que abrió nuevos mercados para los excedentes de mercancías y también proporcionó algunos productos a un menor costo en el extranjero que en casa. Con esto, Smith puso en marcha una serie de economistas de libre comercio y allanó el camino para que David Ricardo y John Stuart Mill teorías de la ventaja comparativa de una generación más tarde.

Adam Smith ha sido a veces caricaturizado como alguien que no vio el papel del gobierno en la vida económica. De hecho, él creía que el gobierno tenía un papel importante que desempeñar. Como creyentes más modernas en el libre mercado, Smith cree que el gobierno debería hacer cumplir los contratos y concesión de patentes y derechos de autor para fomentar las invenciones y nuevas ideas. También cree que el gobierno debe proporcionar las obras públicas, como carreteras y puentes, que, supuso, no valdría la pena para las personas a proporcionar. Curiosamente, sin embargo, quería que los usuarios de las obras públicas tales pagar en proporción a su uso. Una diferencia clara entre Smith y los creyentes más modernas en el libre mercado es que Smith favoreció aranceles de represalia.

Represalias para reducir las altas tasas arancelarias en otros países, pensó, iba a funcionar. "La recuperación de un gran mercado extranjero", escribió "por lo general será más que compensar las molestias transitorias de pagar más caro durante un breve periodo de tiempo para algunos tipos de bienes."

Algunas de las ideas de Smith son testimonio de la amplitud de su imaginación. Hoy, los bonos y los programas de elección de escuelas se promociona como la última reforma de la educación pública. Pero fue Adam Smith quien abordó el tema de más de doscientos años:

Fueron los estudiantes sobre estas fundaciones de caridad libre de elegir lo que más les gustaba la universidad, la libertad podría contribuir a excitar algunos emulación entre los diferentes colegios. Un reglamento, por el contrario, que prohibía incluso los miembros independientes de cada universidad en particular de salir de él, y va a cualquier otro, sin dejar primero pidió y obtuvo de lo que se proponían abandonar, tendería mucho para extinguir esa emulación.

Días de Smith de estudiante en Oxford (1740-1746), cuyos profesores, se quejó, "había renunciado por completo hasta la pretensión de enseñar," dejó a Smith con desdén duradera para las universidades de Cambridge y Oxford.

Escritos de Smith eran una investigación sobre la ciencia de la economía política y una guía para la realización de la riqueza de las naciones. Smith creía que el desarrollo económico se fomentó mejor en un ambiente de libre competencia que opera de acuerdo con las leyes universales "naturales". Debido a que Smith era el estudio más sistemático y global de la economía hasta ese momento, su pensamiento económico se convirtió en la base de la economía clásica. Y debido a que varios de sus ideas han perdurado a las de cualquier otro economista, Adam Smith realmente es el alfa y el omega de la ciencia económica.