Bases de Datos Digitales (Bibliotecas Digitales)

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Las principales diferencias entre las bibliotecas físicas y digitales se manifiestan en que las primeras se basaban en procedimientos mecánicos y estas últimas ya utilizan procesos automatizados y, lo más importante, se puede tener acceso a todas las fuentes de documentos a distancia a través de Internet y a cualquier hora los 365 días del año.

Las únicas herramientas que un estudiante universitario o cualquier persona necesita para hacer uso de la base de datos son un dispositivo electrónico como una tableta, celular o computadora e Internet donde encontrará en menos de un segundo los resultados más actualizados y relevantes de acuerdo a su búsqueda simple o personalizada según lo desee el usuario.

Por ejemplo la biblioteca Joaquín García Monge de la Universidad Nacional de Costa Rica tiene una plataforma digital llamada SIDUNA que cuenta con suscripciones de bases de datos (de acceso en línea) de libros electrónicos en texto completo, documentos y revistas electrónicas suscritas y múltiples buscadores especializados en varias áreas de estudio como la zoología, biología, deporte, ciencia e informática por mencionar algunas.

El sistema de la biblioteca digital de la UNA fue diseñado para que fuera de fácil acceso para todo tipo de usuarios, tanto principiantes como expertos. El estudiante sólo necesita iniciar sesión con los datos usados para matricular y con ello está dentro del sistema. El SIDUNA le ofrecerá al estudiante dos opciones de búsqueda como lo son la básica y la avanzada. En la búsqueda básica la pantalla le permitirá realizar una averiguación con limitadores; en el caso que el usuario decida hacer una búsqueda amplia sólo necesita una o dos palabras clave para obtener un resumen de un tema mediante la opción avanzada.

Algunas de las facilidades que le ofrece a la comunidad estudiantil este tipo de biblioteca son la reserva de libros vía web y en caso de que ya estén solicitados es posible quedar en lista de espera. Se guardan las búsquedas automáticamente que realiza cada estudiante en el historial en su cuenta de usuario. Crear carpetas personalizadas con los documentos de interés y compartirlas con otros usuarios o enviar resultados de búsqueda por medio de la opción de correo electrónico. Filtrar los resultados de búsqueda por medio de las conjunciones inglesas AND-OR-NOT para que sea más específico el documento que anda buscando el usuario y por último una herramienta de gran ayuda son los generadores automáticos de citas bibliográficas y bibliografías que son insertadas en el trabajo que se esté redactando.

Es de vital importancia que más universidades del mundo innoven con estas plataformas digitales para preservar el conocimiento de una forma más segura ya que los libros se van deteriorando con el paso del tiempo y cada vez menos personas hacen uso de las bibliotecas físicas puesto que las últimas generaciones ya son llamados “nativos digitales”.

A modo de conclusión

Las bibliotecas digitales han llegado a facilitar la vida de las personas porque ofrecen ciertas comodidades que una biblioteca física no cuenta como su libre acceso durante todo el año, son gratuitas en su gran mayoría, no se infringe los derechos de autor, se puede accesar desde cualquier dispositivo electrónico, su actualización es más rápida y poseen buscadores que le facilitan el trabajo al usuario. Sin embargo, algunas personas como yo, preferimos un libro físico puesto que nos gusta el olor característico de los libros, además de que no es fácil leer desde una tableta o computadora y no es posible subrayar lo que nos parece interesante. Pero estos argumentos no niegan las grandes herramientas tecnológicas que son las bases de datos y las bibliotecas digitales en este nuevo milenio.

Bibliografía

IFLA. “Manifiesto de la IFLA/UNESCO sobre las bibliotecas digitales” http://www.ifla.org/ES/publications/manifiesto--lades-ifla-unesco-sobre-las-bibliotecas-digitales (Consulta 28/02/2016).