Colaboración. El domador de plumas
Enviado por Sandra75 • 4 de Septiembre de 2017 • 1.053 Palabras (5 Páginas) • 579 Visitas
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Y sorpresa fue encontrar, el cuerpo de una joven, como la imagen de un mal sueño, atravesado por cientos de dardillos azules que le daba la bienvenida.
V
Vamos, quiero pedirte que me perdones. Era lo último que recordaba, él frente a ella con ese aire infantil y desprotegido, como siempre, como todos los días. Esa mezcla rara, esa forma de percibir algo perverso en él y a la vez, algo tan puro. Estaba loco, sí, por eso seguía recluido, había tenido trastornos de personalidad y otras terminología clínica que ella, al ser una simple enfermera, poco entendía, le había cobrado cariño, casi podía jurar que no se merecía estar ahí.
Todos los días se disponía a escuchar sus historias, sus maravillosas historias con un final torcido, siempre oscuro, una muerte o un suicidio. Se incluía en ellas, siempre Carlos, estaba ahí o su otro Yo, Ignacio, uno era el observador y el otro el ejecutor. También esa extraña fijación por las plumas, debió callar, seguir todo como antes. Ahora se arrepentía, le dolía el cuello y la cabeza por el golpe recibido, las muñecas y los tobillos, pero algo más allá de lo físico, le dolía la ingenuidad con que había caído y sin duda haberse topado con él.
VI
Hay un juego que practicaba con mis mascotas, lo hacía cada vez que se metían con eso llamado por su Majestad: tinta y plástico. Sabes, destruir es un delito, pero también un deleite ¡Ah pero hacer justicia es una placer, nena!
Veamos si aún lo recuerdo, ¡ah, esta parece firme!, por cierto gracias múltiples por traérmelas, ¡las extrañaba tanto!, lista mi bella guerrera, lista para salvar tu honor, ¡al ataque!
Un grito se alarga en la penumbra, una fuente roja mana de un cuerpo forzado, el monstruo se dispone a disfrutar como un pintor ante un lienzo en blanco, en lugar de pinceladas eran aguijonazos, atravesando la piel joven. Se esmero en los ojos, uno por uno, se esmero en los labios y terminó por dejar toda la boca atiborrada… de plumas. Al final para asegurar que la figura tuviese un tinte artístico, saco una cuchilla y abrió de dos tajos ágiles las yugulares.
Liminar
-Carlos, Carlos, Carlos, despierta, cariño llegarás tarde, hoy tienes exposición con Rita
-Mamá, no es Rita es Eloísa, ya voy Mamá
-Mira nada más en que fachas estás, ni siquiera te quitaste los zapatos para dormir y mira dejaste el escritorio hecho todo un desastre… ¡Cuantos garabatos¡ Tú y tu ambición de escritorzuelo, pero basta, debes ir a la escuela.
-Un buen escritor debe en alguna ocasión sufrir los agravios de sus personajes, Madre…Acabo de escribir un cuento, sobre un loco en un manicomio que tortura a su enfermera con bolígrafos azules…
Datos:
Diana Marisol Gutiérrez Medina
Estudiante de Lic. en Letras Hispánicas
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