Comparación económica entre las producciones de lechuga agroecológica y orgánica en Marcos Paz, partido de Merlo.

...

Se destaca en la Agroecología la soberanía alimentaria de los productores y su contexto, y la forma de comercialización más directa lo que le brinda mayores ingresos, al haber menos intermediarios hasta el consumidor final. También es una fuente de empleo para la familia de productores y un factor de estabilidad socioeconómica.

El cultivo de Lechuga

La lechuga es una planta anual herbácea de la familia de las Asteráceas, propia de las regiones templadas. Su consumo se remonta a aproximadamente 2.300 años; los griegos y los romanos la conocían, aunque no eran las mismas variedades que se utilizan en la actualidad.

Es la más importante dentro del grupo de las hortalizas de hoja; es ampliamente conocida y se cultiva casi en todos los países del mundo. Presenta una gran diversidad dada principalmente por diferentes tipos de hojas y hábitos de crecimiento de las plantas.

La producción de lechuga se concentra mayormente en los cinturones verdes de los grandes centros urbanos. El rendimiento promedio es de 20000 Kg/ha.

Clasificación botánica

Familia: Asteráceas

Nombre científico: Lactuca sativa

Valor Nutricional

La lechuga es un alimento que aporta muy pocas calorías, alto porcentaje de agua (90-95%), vitaminas (folatos, provitamina A o beta-caroteno y cantidades apreciables de vitamina C -estas dos últimas con acción antioxidante, relacionadas con la prevención de enfermedades cardiovasculares e incluso ciertos tipos de cáncer), minerales (potasio, magnesio) y fibra (necesaria para el buen funcionamiento intestinal).

Las hojas externas de color más oscuro son las más nutritivas que las blanquecinas del interior. La lechuga romana cultivada al aire libre es la más rica en vitaminas.

Cruda es la mejor forma de disfrutar de su frescura, agradable sabor y valor nutritivo. Las hojas más duras se pueden cocer como cualquier otra verdura. (Eroski consumer)

Variedades dentro de la especie Lactuca sativa L. existen cuatro variedades botánicas:

- L. sativa var. Asparagina L.: llamada lechuga espárrago o de tallo, se la cultiva por sus tallos suculentos, sus hojas son angostas y puntiagudas, no forman cabeza y solo se cultivan en China.

- L. sativa var. Crispa o intybacea L.: llamada lechuga crespa, de hoja, de corte o de mata, o francesa; no forman cabeza tienen hojas anchas con margen muy recortado, sueltas y dispersas. Sus hojas pueden presentar color verde o morado según cultivar comercial.

- L. sativa var. Longifolia Lam. : llamada lechuga cos, romana o latina (algunos autores las separan), no forman un verdadero cogollo, el mismo es alargado, cónico o cilíndrico y semicompacto. Estarían dentro de esta clasificación las llamadas criollas, gallegas o porteñas, las cuales forman una cabeza aunque no tan alargadas como la romana.

- L. sativa var. Capitata L.: llamada lechuga arrepollada, forman un cogollo apretado, las hojas son redondeadas y dentro de estas variedades se pueden distinguir 2 clases:

de hoja consistente; Crespas, capuchinas, iceberg o batavias: con cabezas bien firmes, muy resistentes al trasporte.

de hoja mantecosa; mantecosa, aceitosa o crasa: cabeza no tan firme, de baja resistencia al trasporte, muy cultivada en Europa y en los últimos años en nuestro país, principalmente bajo invernadero.

Estos dos tipos de lechugas son muy apreciados tanto para consumo en fresco como para cuarta gama.

Tecnología de la producción:

Requerimientos climáticos

La lechuga es un cultivo de clima templado fresco. La temperatura más adecuada para lograr un crecimiento y calidad conveniente son:

- promedio mensual máximo: 21-24º C.

- promedio mensual óptimo: 15-18º C.

- promedio mensual mínimo: 7º C.

Es importante contar con temperaturas no muy elevadas durante el día y con noches frescas.

Las temperaturas elevadas originan un sabor amargo, falta de firmeza en las cabezas y floración prematura. Además favorecen la aparición de “tipburn” o quemadura del borde de las hojas. Por otro lado, si la semilla de lechuga es sometida a temperatura de 30º C o mayores, durante el estado de imbibición de la germinación, entra en dormición y se retrasa la emergencia.

Las temperaturas bajas, incluso las heladas suaves, no dañan las hojas de lechuga pero estas crecen de forma lenta.

Si las heladas ocurren al momento de madurez comercial, o si los cultivares son sensibles a las temperaturas bajas, las hojas pueden resultar dañadas y constituir la entrada de patógenos.

Requerimientos edáficos

Los suelos que mejor se adaptan al cultivo de lechuga son los de alta fertilidad, con alto contenido de materia orgánica, buen drenaje con alta capacidad de retención de humedad y un pH neutro.

Tanto el exceso de sales como la carencia de algunos micronutrientes como el boro y el molibdeno, provocan una disminución en los rendimientos.

Fertilización

En sistemas intensivos, la adición de materia orgánica, mediante compost o abonos verdes, es imprescindible para el mantenimiento de la reserva de carbono y nitrógeno del suelo.

El manejo de la fertilidad en sistemas de producción agroecológica y orgánica debe apoyarse en la diversificación de especies en el tiempo y el espacio (policultivos, rotaciones, sistemas agrícola-ganaderos, etc.). Estas prácticas permiten un aprovechamiento más eficiente de la disponibilidad temporal y en profundidad de los nutrientes y el agua.

La inclusión de leguminosas en el sistema productivo permite la fijación biológica del nitrógeno.

El aporte de abonos orgánicos tales como cama de ave, cama de caballo, restos de cosecha y otros materiales compostados, además de contribuir a la reposición de nutrientes, asegura una buena actividad biológica del suelo, aumenta el contenido de materia orgánica y mejora las propiedades físicas del mismo.

Otras