Impacto de la economía en Venezuela sobre las instituciones económicas.

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Explicó que el crecimiento de la economía global, clave para sostener la compra de petróleo, es exiguo. ¿Es posible que Venezuela aumente la producción como la han hecho otros países de la OPEP? Ramón Espinasa es tajante: “La respuesta es no, Venezuela no tiene capacidad ociosa” y añade que “en este momento el país solo está exportando 1,6 millones de barriles diarios versus 3 millones en 1998.”

El presidente en enero 2015 Nicolás Maduro en su Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional, hizo anuncios económicos que no cambian el curso de las grandes dificultades de la economía venezolana. El nuevo régimen cambiario que anunció mantiene tres tasas oficiales, y como ya se ha comprobado, es propenso a la ineficaz asignación de divisas, con elevada corrupción que aprovecha los diferenciales cambiarios.

Una tasa oficial que mantiene un subsidio cambiario de 6,30 Bs/$ para bienes básicos, alimentos y salud; una tasa unificada de Sicad 1 y 2, cuyo monto no fue anunciado, pero se espera una devaluación de la misma; y una tercera tasa de cambio, que operará a través de operadores de bolsa pública y privada.

La fuerte caída de los ingresos petroleros en 2015, a un estimado de la mitad de los recibidos en 2014, aunado a las pesadas obligaciones financieras y petroleras que se analizan en este caso práctico, la disponibilidad de divisas para proveerlas bajo este régimen cambiario son muy limitadas. La expansión del gasto público anunciada por Maduro, no puede sino aumentar la liquidez en manos del público y la presión sobre la nueva tasa de cambio vía casas de bolsa y el mercado paralelo. Esta tercera tasa de cambio, será, sin embargo, mucho más alta y elevará el costo del gran volumen de importaciones que no recibirán divisas a las tasa preferencial ni Sicad. Sin un conjunto de medidas económicas coherentes, y un régimen cambiario como el anunciado no puede sino reflejar una muy fuerte presión para alzar más los precios. El ajuste del salario mínimo en 15%, a partir de febrero, es insuficiente, y ocurre en medio de presiones que elevaran la inflación por encima de 100% anual; los anuncios están lejos de constituir un verdadero plan coherente y creíble para estabilizar la economía venezolana y sentar las bases para su recuperación.

El origen de las dificultades actuales se debe a las distorsiones de la economía venezolana que se agravaron desde el segundo semestre 2012, al aumentar la inflación y la depreciación de la tasa de cambio no oficial; en medio de una creciente restricción en la entrega de divisas al sector privado que se extendió hasta 2013. Ahora, a principios del 2015, con la aguda y fuerte caída de los precios del petróleo desde mediados de 2014, la situación del país entró en una fase de emergencia económica, pues los ingresos petroleros estimados para el 2015, son alrededor de la mitad de los del 2014,

La alta inflación anual de 2014, fue superior a 65%, la más alta del mundo; el desabastecimiento a nivel nacional y la escasez de bienes e insumos de toda clase, junto a una contracción de la economía y pérdida de empleos, son parte de las graves consecuencias que enfrentan los venezolanos desde el año pasado.

Hasta la fecha el gobierno no ha sabido tomar acciones correctivas adecuadas en el plano fiscal, monetario, cambiario, petrolero y de incentivos efectivos para la recuperación del aparato productivo. Actualmente es visible la disminución en la calidad de vida de los venezolanos, tal como lo expresan las vivencias de los ciudadanos y los estudios de opinión pública.

En conclusión las instituciones financieras han sufrido un impacto negativo en su evolución en este momento sufrimos un estancamiento generalizado de la economía y hasta ahora no hay políticas macroeconómicas dirigidas a solucionar la situación.