¿Por qué el dinero no puede estar involucrado en la donación de órganos?

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Sandel señala que a los consumidores se les ampara en un respaldo legal y económico casi siempre desigual. “Las decisiones que se toman en el mercado no son libres si hay personas que viven en la pobreza extrema o no tienen posibilidad de negociar nada en términos justos. Así, para saber si una decisión del mercado es libre, hemos de preguntarnos qué desigualdades están presentes en las condiciones sociales de fondo y significativamente en el consentimiento. ¿En qué punto las desigualdades en la capacidad negociadora coaccionan a los desfavorecidos y minan la justicia de los acuerdos que se toman?” (Sandel, p. 115). Por qué tiene que ser el mercado y la riqueza los que cada vez cuenten con más significado en aspectos como por ejemplo la influencia política, cuidados médicos, privilegios de orden para la entrega de órganos o beneficios, el acceso a colegios de elite creando una brecha económica desigual e injusta.

Frente a esto es que se cree que no es la economía la que tiene los recursos para fijar los límites de los intercambiable, sino la ética, no es el mercado el que prohíbe la venta y el tráfico ilegal de órganos sino la convicción moral de que por desigualdades económicas, unos más privilegiados frente a otros vulnerables enfrentados por una competencia injusta conducen a una ventaja no menor de poseer un instrumento que puede salvar la vida y dejar a otros morir solo por un intercambio desventajoso monetario.

¿Cómo el abuso del dinero desplaza la moral?

El mercado requiere de ética para su funcionamiento, para esto es clave valores tales como honestidad, confianza, buena voluntad, entre otros.

La mercantilización de todo ha permitido que el dinero adquiera más importancia junto a esto se suma que la gente responde a incentivos monetarios[4], pero a veces se puede presenciar que las personas suelen confundir el real significado de multas frente a tarifas, por ejemplo cuando se impone una multa por arrojar desperdicios en algún sitio lo que realmente se está diciendo es que esto está mal, pero la sociedad toma la postura de que al final son ellos los que están pagando una tarifa por ensuciar por lo que no se molestan en detener esta mala actitud. Hay quien dice que la falta de moral en el corazón del triunfalismo del mercado se debe a la codicia, la cual incita a asumir riesgos de manera irresponsable. La solución seria, de acuerdo con este punto de vista, frenar la codicia, exigir una integridad y una responsabilidad (Sandel, p14). La intromisión de los mercados regidos por normas no mercantiles es uno de los hechos más significativos de nuestro tiempo (Sandel, p15) es por esto que exigir una formación ética responsable de lo que realmente es correcto y solo abusar del dinero es lo que se debe tomar conciencia.

El altruismo, la generosidad, la solidaridad y el civismo no son mercancias que disminuyen con su uso como musculos que se desarrollan y se fortalecen con el ejercicio. uno de los defectos de la sociedad dirigida por el mercado es que hace que estas virtudes languidezcan.Para renovar nuestra vida publica necesitamos practicarlas con mas energia.

Conclusión

Frente a la problemática que vive cada día la sociedad la cual en general cree que más riqueza, más renta y más bienes implican una realidad social con unas condiciones de vida mejores, mayor bienestar y, en definitiva que esto es lo correcto. Así como se mencionó antes la sociedad ha aceptado los mecanismos del mercado en el funcionamiento de sus economías por lo que los valores de este empezaron a desempeñar un papel cada vez mayor en la vida de todas las personas.

Es cuando nace bajo este contexto la interrogante de ¿Por qué el dinero no debe comprarlo todo? a lo que se cree que el dinero no debe estar tan involucrado en todos los actos que hacemos ya que esto es una situación latente y desconcertante que involucra a todos. Además se cree que al estar el dinero tan inserto en todo lo que hacemos genera tres consecuencias; en primer lugar que el mercado provoca una tendencia corrosiva al poner precios a las cosas o actos buenos de la vida, los cuales merecen respeto, como el caso de que a los niños se les pague por leer. El segundo punto abordado es que el mercado crea injusticias cuando todo lo hace por dinero ya que existirá siempre gente que quedará vulnerable por el hecho de no poseer recursos para intercambiar bienes de manera justa frente a la mercantilización de todo. Por último se cree que si el dinero lo comprara todo se conseguirá el desplazamiento de la moral, es decir de lo éticamente correcto, como el caso de las multas versus tarifas aplicadas en todos los ámbitos como el del cuidado y limpieza del medio ambiente, en donde solo se espera que las personas se guíen por el deber y las responsabilidades de sus actos más allá de llevarse solo por el dinero.

Por último como reflexión se cree que el individuo debe desligar los temas económicos de la vida. No por tener más riquezas se conseguirá un bienestar[5], es necesaria la renta para poder sobrevivir en este mundo consumista y capitalista pero no lo es todo.

Realizar y desarrollar el espíritu para poder hacer y valorar los actos de forma correcta, ese es el camino, ya que el dinero no lo da y si fuera así solo durará un instante, como es caso del bienestar económico ya que sí como individuo no sé es capaz desarrollar como ser humano ¿qué más queda en la vida?

En una carta al director publicada en EL PAÍS el 17 de marzo, Javier Balza repudia el "negocio del turismo de trasplantes" y ensalza la "transparencia, el altruismo y la generosidad desinteresada" de la donación de órganos en España "gracias a la Organización Nacional de Trasplantes". Sin duda desconoce, como la mayoría de los ciudadanos de nuestro país, que el mítico "modelo español" de trasplantes está movido por dinero. Le informo con mucho gusto, resumiendo lo que en repetidas ocasiones dije y cayó en saco roto: a) los coordinadores, médicos y enfermeros de los equipos de explantes y trasplantes reciben una retribución especial por trasplante hecho, es decir, un verdadero incentivo a la producción insólito e injusto en una sanidad pública agobiada por graves necesidades desatendidas; b) esas retribuciones especiales añadidas al sueldo proporcionan a los médicos y enfermeros trasplantadores unos ingresos muy superiores, el doble o más, que los de sus compañeros en otros servicios que no tienen menos formación ni menos utilidad asistencial; c) los trasplantadores tan bien pagados constituyen, de hecho, una red de detección de probables donantes y persuasión