Venturi

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Arte y Arquitectura

Moderna y Contemporánea

Ensayo sobre Venturi

En el libro Complejidad y Contradicción en la Arquitectura, Venturi nos muestra un análisis de lo que le parece cierto en la arquitectura al mismo tiempo que se enfrenta a las complejidades y contradicciones de la experiencia urbana en todos los niveles. Venturi en este libro nos hace revivir las tradiciones populares y la metodología del periodo de Beaux Arts y del estilo internacional. El libro consiste en el estudio de casos particulares de obras del barroco y del renacimiento, pasando por obras modernas, siempre encarándolas desde su complejidad y contradicción.

A diferencia de Le Corbusier, la inspiración de Venturi es el modelo opuesto al templo griego, las fachadas de las ciudades de Italia. Al igual que todos los arquitectos originales, Venturi nos hace ver de nuevo el pasado. Para Venturi “Menos es aburrido” y “Más no es menos”[1]. Venturi prefería “esto y lo otro” a “o esto o lo otro”. Para él, una arquitectura válida evoca niveles de significados y se centra en puntos como su espacio y sus elementos se leen y funcionan de varias maneras a la vez[2]. A Venturi le desagrada la incoherencia y la arbitrariedad de la arquitectura incompetente y las complicaciones rebuscadas del pintoresquismo o el expresionismo, él prefiera la complejidad y la contradicción en la arquitectura[3]. La arquitectura es necesariamente compleja porque responde a lógicas muy diferentes las cuales muchas veces se chocan a la hora de hacer arquitectura, incorpora las complejidades del programa, la localización, la economía, el medio, etc.

Según Venturi, los mejores arquitectos de siglo XX han rechazado la simplificación (la simplicidad a través de la reducción), ejemplo de esto son las obras de Alvar Aalto y Le Corbusier[4]. Aalto es alabado principalmente pos su sensibilidad a los materiales naturales y por sus bellos detalles[5].

Venturi expresa en este libro que las formas simplificadas o superficialmente complejas no funcionarán[6]. También plantea que deben reconocerse las complejidades crecientes de nuestros problemas funcionales[7]. Venturi está en contra del lenguaje puritano moral del modernismo, prefiere los elementos híbridos a los puros, los comprometidos a los limpios, los distorsionados a los rectos, los convencionales a los “diseñados”, los integradores a los excluyentes, los redundantes a los sencillos, los irregulares y equívocos a los directos y claros[8]. Venturi está en contra del purismo moderno, de la simplificación, dice que los modernos aclamaron la novedad de las funciones modernas ignorando sus complicaciones y promovieron una arquitectura moderna que rompía con la tradición y buscaba lo elemental a expensas de lo variado y sofisticado[9]. El arquitecto decide que problemas resolver y cuáles no, en pos de lograr la expresividad deseada.

La ambigüedad y la tensión en la arquitectura surgen de la percepción que tenemos de la complejidad y contradicción de la forma, la estructura, la textura y el material. Una arquitectura que incluye diversos niveles de significado crea ambigüedad y tensión[10]. Lo uno y lo otro, se refiere a la relación de la parte con el todo, trata de aquellas obras que tienen una doble lectura, es decir, simétrica pero asimétrica, cerrada pero abierta, sencilla pero compleja (Villa Savoye). El elemento de doble-función se relaciona con lo anterior pero pertenece más a los aspectos de uso y estructura[11].

La arquitectura moderna promueve la separación y especialización de las funciones, Khan pone en duda la especialización rígida y el funcionalismo tan limitado. Un ejemplo de esto es el parasol moderno. Esto difícilmente se utilice para otra cosa que no sea específicamente para cubrir el sol. La arquitectura moderna ha exaltado la separación, por ejemplo la estructura a porticada y el muro cortina, separando la envolvente de la estructura[12]. La Habitación multifuncional es posiblemente la respuesta más autentica al arquitecto moderno preocupado por la flexibilidad.

Venturi cita a Le Corbusier con esta frase, “No hay ninguna obra de arte, sin un sistema”.El reconocimiento de la variedad y la