ÉTICA PARA AMADOR. lo “bueno” y lo “malo”

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En el capítulo quinto uno entiende que el querer darse una buena vida no es cualquier cosa. No hay absolutamente nada de malo en “querer tener”, pero el hecho de desear más y más dinero, bienes, etc. no es del todo sano. El budista y su aprendiz nos hacen caer en la cuenta de que lo que tenemos muy bien agarrado de la misma manera nos agarra a su modo. Tal como Kane, no podemos tratar a otro ser humano como una cosa, no podemos, o mejor dicho no debemos entregarnos al dinero o algo ostentoso a cambio de algo sumamente importante, hay cosas invaluables que no son posibles comprarse, una verdadera amistad, amor, un sin fin de cosas realmente valiosas.

El imbécil es el que necesita es el que necesita bastón para caminar; es lo que nos dice el autor en el capítulo sexto. Hay muchos tipos de imbéciles que no necesitan de un bastón como tal, sino que estos necesitan apoyarse en todo y en todos menos en sí mismos. La conciencia, dice el autor, siempre será esa que nos curará de la imbecilidad.

En el capítulo séptimo se habla de tomar la decisión de “convertirnos” en seres irracionales y atacar a nuestro enemigo cuando nos sentimos amenazados o por el contrario no verlo como un rival sino como un posible compañero. Como fisioterapeutas, como personas que formamos parte de una sociedad pero sobre todo como SERES HUMANOS, debemos ponernos siempre en el lugar de los demás.

El sexo no es un acto inmoral como tal (si no daña a segundos o terceros) es algo de lo que nos dice Amador en el capítulo octavo. Estamos acostumbrados a pensar que el llegar a tener cierto vínculo con una persona esta dentro de lo incorrecto, pero como lo dice el mismo autor, no es que solo “tenernos” un cuerpo sino que somos un cuerpo. “Cuanto más separa el sexo de la simple procreación, menos animal y más humano resulta” son palabras que se quedan grabadas en mi mente como sello, no solo para recordármelo a mí, sino a un sinfín de personas que ven este acto como algo meramente carnal.