Analisis nostalgia de la luz

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"Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el paraíso sopla un huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso."[7]

De este modo, comprendemos cómo se construye la memoria colectiva, que atañe todos los individuos de una comunidad. Sin embargo, en Nostalgia de la luz reconocemos también cómo alcanzar una memoria colectiva a través de una memoria individual. Es decir, en cada caso particular de las mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos, se encuentra su propio pasado particular (relacionado con la idea de historia anticuaria, en que cada presente tiene su pasado), y es cuando éstas se agrupan y se apoyan las unas a las otras en la labor compartida, que se genera un sentido de colectividad. En Tierra de los padres, hacia el final (minuto 92), se emplean recursos técnicos para producir este mismo efecto: la superposición de cada voz narradora que cede lugar a un himno, a la vez que la imagen se aleja y registra la numerosa cantidad de tumbas, agrupadas, en medio de los edificios.

A partir de este ejemplo, reconocemos cómo el cine se presta también al pensamiento de la historia y la construcción de la memoria. Partiendo de lo general hacia lo particular, percibimos en ambas películas el uso del género documental, que se pretende portador de verdad y realidad (en oposición a la ficción) y que se caracteriza generalmente por camuflar sus recursos técnicos, aspirando a una transparencia. Desde este punto de vista, Nostalgia de la luz y Tierra de los padres están conformadas principalmente por cámaras relativamente fijas que retratan el movimiento de los personajes o paisajes, junto con algunos travellings que acompañan a los actores sociales que intervienen (en el film chileno, cuando el arqueólogo señala algunas pinturas en piedras del desierto). Se trata de un ritmo lento, estable, reforzado por la presencia de espacios calmos: el desierto, el telescopio, el cementerio de Recoleta.

Sin embargo, al comienzo de Tierra de los padres se hace uso de un montaje rápido de imágenes históricas violentas, acompañado por el himno nacional argentino. Este contrapunto entre imagen y sonido funcionan como "choque sensorial"[8], produciendo en el espectador mayor violencia todavía y por ende, mayor rechazo a las imágenes. Eisenstein dice al respecto de las técnicas fílmicas:

"La forma descriptiva convencional para el filme resulta en la posibilidad formal de una especie de razonamiento fílmico. Mientras que el filme convencional dirige las emociones, lo anterior significa una oportunidad para estimular y dirigir todo el proceso de pensamiento también."[9]

Pero más allá de este prólogo, el resto de la película funciona con una constante rivalidad entre lo narrado y la imagen: anécdotas o fragmentos violentos sobre personajes ilustres narrados calmadamente por personas corrientes, entre estatuas pacíficas. Lo opuesto sucede en Nostalgia de la luz, donde existe una correspondencia entre tema, sonido e imagen: se busca aparentar una transparencia a través de un montaje "realista". Bazin define:

"Una necesidad fundamental de la psicología humana: escapar a la inexorabilidad del tiempo. La muerte no es más que la victoria del tiempo. Y fijar artificialmente las apariencias carnales de un ser supone sacarlo de la corriente del tiempo y arrimarlo a la orilla de la vida. Para la mentalidad egipcia esto se conseguía salvando las apariencias mismas del cadáver, salvando su carne y sus huesos. La primera estatua egipcia es la momia conservado y petrificado en un bloque de carbonato de sosa. [...] El conflicto del realismo en el arte procede de la confusión entre lo estético y lo psicológico, entre el verdadero realismo, que entraña la necesidad de expresar a la vez la significación concreta y esencial del mundo, y el pseudorrealismo que se satisface con la ilusión de las formas."[10]

Podríamos calificar entonces a Tierra de los padres de pseudorrealista, y a Nostalgia de la luz como realista y como avocada a fijar la existencia de las víctimas de la dictadura de Pinochet, a través de la representación viva de las mujeres que buscan a los desaparecidos y del recuerdo de estos últimos. En este sentido, podemos referir a Deleuze que establece:

"El concepto está en sí mismo en la imagen, la imagen está para sí misma en el concepto."

Comprendemos finalmente las múltiples formas de pensar la historia con el objetivo de construir una memoria colectiva, a partir de la individual o no, y cómo el cine sirve a este propósito, retratando y reconstruyendo el pasado, y al mismo tiempo formando parte de él (dice un astrónomo en Nostalgia de la luz: "La cámara a la que estoy mirando ahora se encuentra a unos poco metros de distancia. Por lo tanto, está a unas millonésimas de segundo, o algo así, atrás, pasado respecto al tiempo que yo tengo en mi reloj. porque la señal se demora en llegar.").

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