El siguiente trabajo presenta un análisis a la luz de las escrituras de seis temas importantes. El Génesis

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Instrucciones para vivir en el mundo nuevo:

Bendice Dios a Noé y a sus hijos y les dice: “Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados. Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.(V.1-2, 4)

- Fructificad la tierra y multiplicarse:

El mundo que Noé entró al arca, fue diferente al mundo que él conoció antes, Dios le dio el mismo mandato que le dio en el principio de la creación a Adán( 1:28) y Noé lo comenzó.

- Todo lo que se mueva y vive les servirá de alimento:

Dios da el permiso a Noé de comer animales y también da instrucciones sobre lo que no se debe comer.

- Infundiré temor y miedo sobre todo animal de la tierra:

Dios con el fin de proteger a la humanidad, infunde miedo a los animales hacia los humanos.

- Pero no comeréis carne con su vida:

Dios ordena también que los animales que sirvan de alimento no se deben consumir con su sangre, por lo tanto debe haber un respeto por la vida.

-La sangre es símbolo de la misericordia de Israel en la primera pascua

- La sangre es el pacto cerrado de Dios con Israel.

- La sangre santifica el altar.

- La sangre sella la nueva alianza.

- Yo establezco mi pacto:

Este pacto fue hecho con la humanidad y todo ser viviente. Dios prometió que no iba a volver a destruir la tierra con un diluvio. Sin embargo cuando las cosas vuelvan hacer similares al tiempo de Noé, Dios va a destruir la tierra con fuego.

Capítulo 9: “Noé bendice a Sem y Jafet”

Como resultado de que Jafet, así como su hermano Sem, trataron con respeto a su padre cuando este se emborrachó, recibieron la bendición de Noé. (Gé 9:20-27.) En esa bendición Noé pidió que Dios ‘concediera amplio espacio a Jafet. Esta expresión hebrea se deriva de la misma raíz que el nombre Jafet (heb. Yé·feth o Yá·feth), lo que parece indicar que el significado del nombre de Jafet se cumpliría en un sentido literal y que sus descendientes se esparcirían por una amplia zona. Hay quien cree que las palabras “resida él en las tiendas de Sem” indicaban que habría una relación pacífica entre los jafetitas y los semitas. Sin embargo, como la historia no menciona de manera particular dicha relación, esa expresión quizás esté conectada proféticamente con la promesa posterior que Dios les hizo a los descendientes de Sem, Abrahán, Isaac y Jacob, de que por medio de su “descendencia” todas las familias de la Tierra (incluidos los que descendieron de Jafet) se bendecirían. (Gé 22:15-18; 26:3, 4; 28:10, 13, 14; compárese con Hch 10:34-36; Gál 3:28, 29.) El que, como Noé dijo a continuación, Canaán ‘llegara a ser esclavo’ de los jafetitas, se cumplió cuando el Imperio medopersa, una potencia jafética, dominó la Tierra de Canaán, y en las conquistas posteriores de los griegos y los romanos, conquistas que incluyeron las fortalezas cananeas de Tiro y Sidón.

La bendición que Noé pronunció sobre Sem, indicó que Dios favorecería de manera especial el linaje de Sem, el cual contribuiría a la santificación del nombre divino, pues Noé llamó a Jehová el “Dios de Sem”. (Gé 9:26.) De Sem, por medio de su hijo Arpaxad, descendió Abraham, a quien fue dada la promesa concerniente a la Descendencia por medio de la cual todas las familias de la Tierra se bendecirían. (1Cr 1:24-27; Gé 12:1-3; 22:15-18.) La predicción de Noé de que Canaán llegaría a ser un “esclavo” de Sem se cumplió con la dominación semita de los cananeos, como resultado de la conquista israelita de la tierra de Canaán. (Gé 9:26.)

Capítulo 11: “La torre de Babel”

Toda la tierra tenía una misma lengua, Dios que había creado al hombre como criatura con la que podía hablar iba a tomar el don del habla y a usarlo para dividir la raza, porque el culto apostata de Babel apuntaba que en su soberbia el hombre se había vuelto contra Dios.

Dios había reiterado su mandamiento al hombre de fructificad y multiplicarse, llenar la tierra. Fue en el curso de su extensión que tuvieron lugar los acontecimientos que se narran en este capítulo.

Mientras se dispersaban, una parte del grupo, bajo la decisión del poderoso Minrod, decidieron detenerse y fundar una ciudad como monumento a su soberbia y para su fama. La torre aunque formaba parte del plan, no fue el acto central de rebelión, sino que lo fue la soberbia humana, la cual condujo a esos hombres a desafiar a Dios. Ellos rehusaban a seguir extendiéndose.

Debido a que no querían llenar la tierra tal como Dios lo había mandado, Dios confundió su lenguaje, de modo que se vieran forzados a separarse y a reunirse en regiones donde se hablase su propia lengua.

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Capítulo 11: “Las genealogías de Sem y de Abram”

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