El amor en los tiempos modernos

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En la actualidad, donde vivimos regidos por un pensamiento en el que se cree que todo es negociable y perecedero, podemos afirmar que la dialéctica de Hegel forma parte de la realidad cotidiana. Una vez más, el amor es el ejemplo más representativo de esto.

El hombre actual desea y busca desesperadamente al amor porque cree que este le dará seguridad, trascendencia o sentido que necesita a su vida. Cree que de esta forma será un ser completo; que solo así será feliz.

Lo que es necesario aclarar es que en realidad el hombre no necesita ser completado por otra persona porque somos seres completos y con tal belleza y conocimiento que es sumamente similar a los demás solo que con características diferentes debido a la historia de vida, somos seres completos, lo único que buscamos en realidad es un ser con el cual se pueda compartir más allá de lo físico y poder involucrar su esencia con la tuya, compartir su deseo que tienen hacia el mundo para así poder dejar a un lado todas las limitaciones y concentrarte en la naturaleza y el espíritu del ser amado.

Pero el hombre actual no está consciente de que el amor idealizado que anhela es totalmente opuesto a si modo de vida, en el que todos busca dominar a los otros y ya nadie está dispuesto a servir por tal motivo la sociedad actual ha perdido la capacidad de completar el ciclo dialectico del amor de Platón, resignándose a la satisfacción de la belleza sensible omitiendo a la belleza absoluta. Tal vez por esto el hombre actual busca siempre e inalcanzablemente algo que sabe que existe pero no sabe cómo encontrarlo.

Es aquí donde sufre una interrogante: ¿está condenado el hombre a adoptar un concepto de amor en el que no figure el Ágape porque no puede entenderlo?

¿Está el hombre destinado a tener un amor incompleto?...

“Si hay un lazo capaz de lograr la semblanza una del yo, la identidad espiritual de hombre singular existente, tal lazo es el amor, vinculo de la perfección, fuerza de la unidad y realidad plena de la libertad como única realizadora del ser. El amo es el juicio de la libertad humana y su sentencia constituye al propio yo en la entrega total hacia los otros. La libertad perfecta del amor es perfección misma de la libertad y su asimilación permite afirmar que” “Cuando tu estas en el amor, tu estas también en la libertad”.

Puede que el amor sea perfecto o absoluto todo depende del enamorado es atraído por el espíritu subjetivo que comienza siendo alma y luego conciencia. El alma siente, pero no conoce; la conciencia se desdobla (es conciencia de algo) para llegar a la autoconciencia universal. El espíritu es voluntad racional, capaz de llegar al conocimiento pero también cabe la posibilidad de que sea finito e imperfecto en este importa fijarse en el derecho y la moralidad, lugar donde se manifiesta plenamente la divinidad y donde se hace posible, real y efectivamente, la libertad.

Para Hegel el Absoluto es sustancia y es sujeto. Su mejor definición es decir que es espíritu infinito ya que lo finito no puede limitar o poner límites a lo Absoluto.

“La verdadera naturaleza de lo finito –escribe Hegel- es esta: que es infinito”. Ahora bien, lo Absoluto (que comprende ambos conceptos, “finito” e “infinito) “