El mundo de Sofia.

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Dos Culturas

…solamente así evitarás flotar en el vacío…

Sofía recibió otra carta, en esta la decía, contaba con que volverías a la cabaña por eso te deje las postales de Hilde para que se las hicieras llegar, no te preocupes que antes del 15 de junio pasaran muchas cosas. Durante la época del helenismo hubo otro gran salvador, aunque nacio en la región grecorromana, Jesús de Nazaret. Veremos como el cristianismo influyo en todo este periodo.

Jesús era judío y los judíos pertenecen a la civilización semita, los romanos y griegos pertenecen a la civilización indoeuropea.

Los indoeuropeos

Por esta cultura se entiende todas las lenguas europeas y algunas orientales. La mitología era muy común en todas las ciudades estados, tenían varios Dioses (politeísmo) Tambien en la manera de pensar se ven muchas semejanzas entre las culturas indoeuropeas, por ejemplo: concebir el mundo como un drama entre las fuerzas del bien y del mal. Los indoeuropeos intentaron conseguir verdaderos conocimientos sobre el ciclo de la naturaleza, la visión era el sentido más importante de los indoeuropeos, finalmente, ellos tenían una visión cíclica de la Historia. Las religiones hinduistas y budistas tienen origen indoeuropeo. Ocurre a menudo que estas dos religiones subrayan lo divino como presente en todo y que se puede lograr una unión con Dios mediante conocimientos religiosos.

Los semitas

Pertenece a otra civilización con un idioma completamente diferente, provienen de la península arábiga y se han extendido por todo el mundo Las tres religiones occidentales, judaísmo, cristianismo y el islam, tiene bases semitas, pero el cristianismo tiene algunas variaciones ya que el Nuevo Testamento fue escrito en griego y eso hace que tenga influencias de la filosofía helenística. Al contrario que los indoeuropeos, que tenían muchos dioses, ellos solo tenían uno (monoteístas). Estos veían la historia de forma distinta a los otros, los semitas en forma lineal ósea Dios de la creación hasta el juicio final y los indoeuropeos se repiten la historia por ciclos.

Israel

Conviene hacer un breve resumen de los antecedentes judíos del cristianismo.

Todo empezó cuando Dios creo al mundo, los hombres se rebelaron contra Dios y este les impuso un castigo, posterior, el Gran Diluvio y el Arca de Noé, luego el pacto de Dios con Abraham y su estirpe, luego con Moisés, todo esto alrededor de 1200 a. de C. En eso los israelitas eran esclavos en Egipto, pero mediante la ayuda de Dios fueron devueltos a Israel.

Alrededor del año 1000 a. de C. oímos habla de tres grandes reyes en Israel. Saúl, David y Salomón, los reyes eran considerados “Hijos de Dios”, eso hacía que el país se llamara “Reino de Dios”. El pueblo se separó en Israel y Judea, que posteriormente fueron invadidos y gobernados por asirios y babilonios, fueron constantemente dominados por extranjeros, los judíos se preguntaban por qué tantas desgracias, tal vez habían enojado a Dios y este los castigaba.

Desde aproximadamente el año 750 a. de C. surgieron una serie de profetas que predicaron ese castigo de Dios, se les llamo profecías del juicio final.Tambien surgieron profetas que afirmaban que Dios salvaría a una parte del pueblo de Israel, a estas se les llamo profecías de la salvación. Los profetas predicaban la llegada de un nuevo rey de la estirpe de David, este “Mesías” o “Hijo de Dios” salvaría al pueblo, reconstruiría Israel y fundaría un “reino de Dios”.

Jesús de Nazaret

Al principio se interpretó el “Mesías” en un sentido político, luego militar y religioso. Ese “salvador” se concebía como un liberador nacional que acabaría con el sufrimiento de los judíos bajo el dominio romano. Llego Jesús y se describió como alguien que no era ningún rebelde militar o político, su prioridad era predicar la salvación y el perdón de Dios para todos. Esto sorprendió mucho a todos ya que ellos esperaban la venida del Mesías con gran ostentación, en cambio recibieron a Jesús, vestido con túnica y sandalias, predicando que os améis unos a los otros (incluso a los enemigos). Con propio ejemplo Jesús demostró que no se le debe dar la espalda a nadie, incluso a los corruptos, a las prostitutas y enemigos políticos del pueblo, que a ellos igual Dios los perdonaría y que merecían aun más el perdón que las demás personas.

Al hablar de Sócrates vimos lo peligroso que puede resultar apelar a la sensatez de las personas, en Jesús vemos lo peligroso que puede ser exigir un incondicional amor al prójimo e igual perdón.

Pablo

A los pocos días de la crucifixión y entierro de Jesús, comenzaron a correr rumores de que había resucitado. De esa manera demostró que era algo más que un hombre. Fue así como mostró que era en verdad el “Hijo de Dios”.

Pablo puntualiza: “Si Cristo no ha resucitado, nuestro mensaje no es nada y nuestra fe no tiene sentido”. Ahora todos los hombres podían tener la esperanza de la “resurrección de la carne”, pues Jesús fue crucificado precisamente para salvarnos a nosotros. Y ahora, querida Sofía, debes darte cuenta de que los judíos no trataban el tema de la “inmortalidad del alma” o de alguna forma de “transmigración de las almas”, que eran ideas griegas, y por lo tanto, indoeuropeas. Según el cristianismo no hay nada en el hombre (tampoco su alma) que sea inmortal. No se debe a nuestro propio mérito, y tampoco se debe a ninguna cualidad natural o innata.

Los primeros cristianos comenzaron a difundir el mensaje de la salvación mediante la fe en Jesucristo. El reino de Dios estaba a punto de emerger a través de su obra de salvación.

Pocos años después de la muerte de Jesús, el fariseo Pablo se convirtió al cristianismo. Mediante sus muchos viajes de misión por todo el mundo grecorromano convirtió el cristianismo en una religión mundial. Sobre esto podemos leer en los Hechos de los Apóstoles. Por las muchas cartas que Pablo escribió a las primeras comunidades cristianas conocemos su predicación y sus consejos para los cristianos.

Más tarde apareció en Atenas, fue directamente a la plaza de la capital de la filosofía. Se dice que “estaba escandalizado” de ver la ciudad llena de imágenes paganas. De pie en el monte del Areópago, es decir, bajo los grandiosos templos de la Acrópolis, pronunció el siguiente discurso: “¡Atenienses! Por todo,