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Ensayo: El mundo de Sofía.

Enviado por   •  2 de Enero de 2018  •  2.708 Palabras (11 Páginas)  •  554 Visitas

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La variedad de actitudes y de planteamientos que se acaban de describir someramente constituyen elhumus en el que se genera el positivismo comtiano. Puede decirse que el ambiente del que parte Comte es primordialmente el enciclopédico, con su extrema valoración de la ciencia, y sus crecientes modulaciones historicistas, junto a las preocupaciones sociales de principios del siglo XIX, ya latentes en los filósofos ilustrados. Tienen especial influjo en él D’Alembert, Montesquieu, Turgot y Condorcet. Además, en cuanto a la crítica de la metafísica, indudablemente Comte se inspira en el empirismo de Hume, al que señala en elCathéchisme positiviste como su principal precursor en filosofía. Y, de modo más inmediato, en lo que concierne a sus ideas científicas y sociales, depende de Saint-Simon.

2.1. La ley de los tres estadios, núcleo de la filosofía comtiana

La doctrina de Comte concentra toda su fuerza en la ley de los tres estadios del pensamiento, formulada ya en las obras de juventud. Él mismo consideraba que su descubrimiento más importante era esta “ley fundamental” del progreso científico, cultural y social, que describía también la evolución del pensamiento humano individual. En ella se contiene su crítica a la religión y a la metafísica, y la declaración de su positivismo. Como consecuencia de esta ley propone un nuevo sistema de las ciencias.

2.1.1. Exposición e interpretación comtiana

Según Comte, el hombre individual y la historia humana llegan a la perfección del conocimiento a través de una evolución lenta que sigue, de modo necesario, la misma ley.

«Estudiando el desarrollo total de la inteligencia humana, en sus diversas esferas de actividad, desde su primera manifestación más simple hasta nuestros días, creo haber descubierto una gran ley fundamental, a la que se halla sometida, por una necesidad invariable, y que, me parece, puede establecerse con pruebas racionales y también por medio de la verificación histórica».

A continuación describe sucintamente los grandes momentos de esta ley.

«Esta ley consiste en que cada una de nuestras concepciones principales, cada rama de nuestros conocimientos, pasa sucesivamente por tres estados teóricos diferentes: el estado teológico o ficticio; el estado metafísico o abstracto; el estado científico o positivo (…) De ahí resultan tres clases de filosofía o de sistemas generales de concepciones sobre el conjunto de los fenómenos, que se excluyen mutuamente: la primera es el punto de partida necesario de la inteligencia humana; la tercera, su estado fijo y definitivo; la segunda sólo está destinada a servir de transición» [Curso de Filosofía positiva, lec. 1].

2.1.2. El estadio teológico

En los comienzos de la historia, el hombre se encontraba desarmado y asombrado ante la Naturaleza. En el intento de conocer y explicar la naturaleza de los seres y las causas de los eventos, lleno de temor y de asombro, los atribuyó a la voluntad de seres sobrehumanos (dioses, espíritus buenos y malos que pueblan el universo y lo manejan por entero). El hombre primitivo se representó los fenómenos como producidos por la acción directa y continuada de agentes sobrenaturales, cuya intervención arbitraria explicaría todas las aparentes anomalías del universo. De ahí la necesidad de apelar a la magia, oraciones y sacrificios, para someter esas fuerzas y obtener la curación de enfermedades, la lluvia y, en definitiva, todos los beneficios temporales. Para Comte, lo que el hombre conseguía en su tiempo a través de la ciencia, en la época primitiva lo lograba con recursos religiosos. Este primer intento de explicación, a partir de causas más bien fantásticas, dio origen a las diversas mitologías, teogonías y teologías en las cuales, con el paso del tiempo, se fue afirmando la unicidad de Dios, es decir, la hegemonía de un dios principal.

Aunque Comte usa el término “teológico” para este primer estadio, sería más exacto reemplazarlo por el término “religioso”, pues el autor del positivismo piensa más en la conducta religiosa, en la relación del hombre con Dios o con los dioses, que no en las especulaciones filosóficas sobre Dios [Sanguineti 1981: 700].

2.1.3. El estadio metafísico

Sucesivamente, en la explicación de los fenómenos de la Naturaleza, las divinidades ―las voluntades personales de seres sobrenaturales, o de un dios principal― van siendo sustituidas por fuerzas o poderes inherentes a las cosas mismas. Surgen así las ideas de naturaleza, esencia, potencias activas, fuerzas vitales, causas finales, etc. que, al principio, se consideraban como instrumentos en manos de la divinidad. Comenzaba el modo metafísico de pensar en sustitución del teológico y, con él, el inicio del predominio del pensamiento abstracto.

Sin embargo, no se trata todavía de una verdadera explicación de los fenómenos pues los hombres, bloqueados por sus propias abstracciones lógicas, discuten inútilmente sobre ideas generales, como justicia, libertad, derecho y otras semejantes, confundiéndolas con la realidad.

El estadio metafísico alcanza su culminación intelectual con la unificación de todas las entidades en una sola (la Naturaleza). Posiblemente Comte tiene presentes aquí a Spinoza y a Hegel.

2.1.4. Estadio positivo

Finalmente, con el progreso de las ciencias, se supera la explicación metafísica y adviene el estadio positivo en el que la humanidad alcanza la madurez de pensamiento. El hombre renuncia a buscar causas últimas y explicaciones de los fenómenos en algo que esté más allá de la experiencia (voluntades divinas misteriosas o abstracciones metafísicas). En esta etapa se atiene a los hechos y trata de formular las leyes que los coordinan, por medio de la observación, de la experimentación y del razonamiento matemático. Este conocimiento de las leyes naturales se dirige a la previsión de los acontecimientos futuros y, con ello, al dominio de la Naturaleza.

La metafísica ha quedado reemplazada por la ciencia moderna. En esta etapa definitiva del desarrollo del espíritu humano, la humanidad puede entregarse indefinidamente a sus afanes de dominio tecnológico de la naturaleza, mientras que en el ámbito especulativo va logrando la perfección en la medida que consigue unificar los conocimientos científicos bajo una única ley (ideal laplaciano).

Merece la pena recoger el texto capital de la filosofía comtiana, cuyo contenido

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