Ensayo kant.
Enviado por tomas • 28 de Febrero de 2018 • 965 Palabras (4 Páginas) • 402 Visitas
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Una segunda formulación es: “obra siguiendo las máximas de un miembro legislador universal en un posible reino de fines” (Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Immanuel Kant. 1977. Pág 117 y 118). Esta se refiere a que todos somos colegisladores, no debemos aceptar la ley, sino que debemos realizar la ley siendo críticos, pensando y dándole una vuelta a las cosas. Cada uno de nosotros tiene que hacerse cargo de su propia vida, de su condición humana y de su racionalidad, pero de este modo como la razón es pura (una sola), y esta llega a cosas necesarias que no dependen de la experiencia eventualmente, deberíamos llegar todos al mismo razonamiento, o sea, estando de acuerdo con el imperativo. Los colegisladores estamos ahí para que a medida que vayamos avanzando hacia los pasos del imperativo categórico, hagamos nuestra voluntad santa y que coincidamos radicalmente con este imperativo. De esta manera estamos ejerciendo nuestra razón, nuestra naturaleza y desarrollando nuestra dignidad. Un ejemplo de esto, es la preocupación de nuestra sociedad por lo que vaya a pensar la gente, donde nos preocupa mucho la opinión del resto, donde tratamos de encajar en nuestro círculo para sentirnos “parte de”. De esta forma, no nos damos cuenta del engaño y daño que nos hacemos a nosotros mismos, ya que nos tragamos todo lo que la sociedad nos inculca y no somos capaces de ser críticos, de razonar por nuestros propios medios y así pasamos a llevar nosotros mismos nuestra propia dignidad.
De esta manera, se puede relacionar esta formulación con otro texto de Kant, donde plantea: “Para esta ilustración tan solo se requiere libertad…el hacer uso público de la propia razón en todos los terrenos” (Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? Immanuel Kant. 2012. Pág. 9), así Kant hace un llamado a que comencemos a pensar, sin vivir bajo mandatos de otro, a hacernos cargo de nuestra propia vida. Ese es nuestro deber que se deduce de nuestra condición humana. La dignidad de lo humano está en nuestra razón, y sin esta somos menos humanos, por lo que queda decir que con el imperativo categórico estamos ejerciendo nuestra razón, o sea desarrollando nuestra dignidad. El sujeto se somete ante la ley dejando a un lado sus inclinaciones por respeto a su propio producto, por respeto a aquello que lo define radicalmente.
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