LA FILOSOFIA EN LA ESCUELA

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El crear condiciones que permitan al estudiante filosofar, depende de la metodología del docente y de la disposición de los alumnos motivada por su amor al pensamiento debido a que existen posturas encontradas: por un lado, tenemos la postura de aquellos que buscan que los alumnos realmente filosofen; que sean creativos, que innoven, que critiquen aquello que se les enseña, y busquen el conocimiento de una manera crítica y reflexiva, que les permita el desarrollo de nuevas ideas. Esto es muy bueno, debido a que da a los alumnos la capacidad explotar sus capacidades creativas a través de la verdadera aplicación de la filosofía.

Por otro lado, tenemos la situación de que en muchas ocasiones los intentos de creatividad no son bien recibidos, tachados de ingenuos, impropios o de carecer de los fundamentos necesarios para ser aceptada, pero esto realmente limita la capacidad creativa de los estudiantes, generando una cohibición y una represión intelectual y creativa.

Se deben asumir los riesgos de promover una actitud filosófica, y dejar la intención de tener el control de pensamiento de los estudiantes.

Conclusión:

Una parte del equipo considera que la escuela es una casa de aprendizaje, ya que en ella se encuentran unos de los más amplios conocimientos. Ahí se complementan las habilidades que ya se tienen. Creen que es una buena fuente de recursos para hacer del hombre, una persona firme con la facultad de elegir por qué camino ir, permitiéndole adquirir la inteligencia y experiencia para su futuro.

Dicen que la escuela es buena porque por medio de ella, se adquieren nuevos conocimientos que permiten enfrentar los retos de la vida. En ella se adquieren nuevas aptitudes, conocimientos e incluso valores que son de gran utilidad al momento de forjar metas, ya sean a corto o a largo plazo.

Aseguran que la escuela es la casa de la enseñanza en donde toda inteligencia se pone en práctica, es en ella en donde se descubren las fortalezas que cada individuo posee, permite el autoconocimiento, y da formas de sobrevivir. En realidad, opinan que es una manera asertiva de depositar las habilidades primitivas para convertirte en una persona competente.

Los que están en contra, creen que el programa que se planteó para los semestres actuales, es solo una copia de programas extranjeros y que no están bien planteados. Para ellos, la idea de “competencias” es sinónimo de esperar a que el estudiante haga todo siguiendo instrucciones entregadas por los maestros, esto para su criterio, muestra una falta de interés de los mismos. ¿Qué sentido tiene tener en todo caso un maestro, siendo lo mismo tener a algún estudiante dictando las instrucciones del programa establecido?

Opinan que, en cuanto a calidad de maestros, hay tanto buenos como malos, creen que los maestros son más comunes a faltar que el estudiante promedio. El hecho de que solo se limiten a leer información hora tras hora de clase, en cierta forma acaba con el interés de los estudiantes de querer estudiar. Hacen falta maestros que proyecten este interés, que mantengan la atención del estudiante en la clase. Desde su punto de vista, existe este tipo de maestros, pero hay muy pocos.

Para ellos El sistema de educación en México es muy pobre, en comparación a los modelos educativos que se aplican en países primer mundista como lo son: Suecia, Holanda, Finlandia, entre otros; afirman que no hay inspiración de parte de los maestros, que la estructura de las clases es siempre la misma, se aprende un tema nuevo, se deja tarea, un proyecto, y al final, un examen. Piensan necesaria una revolución educativa para arrancar el problema desde la raíz.

BIBLIOGRAFÍA:

*(Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo, 1965)

# (Dewey, J., “The critical function of philosophy” [“la función critica de la filosofía”]. en Experience and Nature, Chicago: Open Court, 1927, p. 398, trad. cast. Propia)