La educación y la concepción del mundo.- La educación y la concepción del hombre.- El hombre como persona.- La educación y la cultura.

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LA EDUCACIÓN Y LA CONCEPCIÓN CIENTÍFICA DEL UNIVERSO.- Hasta el advenimiento del materialismo dialéctico – nos dice CÉSAR GUARDIA MAYORGA - en su “Diccionario Filosófico”, los filósofos habían interpretado al mundo de diversos modos, habían asumido una actitud meramente contemplativa encerrada en su propio mundo conceptual; después no sólo se aspira a interpretarlo sino a transformarlo, conociéndolo y descubriendo sus leyes más generales. Es decir, que la filosofía ha dejado de ser una ciencia especulativa para ponerse en contacto con la realidad, ahora es la ciencia que estudia los problemas fundamentales de la relación del ser con el pensar, deduciendo las leyes más generales que rigen tanto los problemas físicos como sociales, en conexión con las leyes particulares descubiertas por las ciencias. Desde entonces la filosofía se ha hecho científica como es científica la concepción del mundo que ha llegado a concebir de acuerdo al estudio profundo de la realidad cósmica y humana.

Pero para llegar a esta concepción racional y científica del mundo, el pensamiento ha ido modificando sucesivamente el resultado de sus investigaciones de acuerdo al paralelo desarrollo de las ciencias y de la dinámica social, la que también se transforma al calor de sus nuevos modos de producción técnico – industrial.

Así tenemos que para los filósofos griegos presocráticos el origen de todas las cosas estaba, para TALES DE MILETO en el agua; para ANAXIMANDRO DE MILETO en el apeirón, sustancia infinita, eterna y amorfa; para ANAXÍMENES en el aire; para PITÁGORAS en el número porque “ todo lo que se puede conocer tiene número y sin el número nada se puede conocer”; para JENÓFANES es el solo ser, inmutable, poderoso y eterno; para PARMÉNIDES DE ELEA es el ser que es, mientras que el no ser, no es. Por su parte ZENÓN DE ELEA niega el movimiento como carácter de la materia y afirma la existencia del ser como su maestro PARMÉNIDES. Para HERÁCLITO DE EFESO será el fuego, pero no el fuego perceptible sino un fuego viviente, animado, inteligente; fue uno de los filósofos más grandes de Grecia, creador de la dialéctica y reafirmador del movimiento como carácter y naturaleza de la materia; para EMPÉDOCLES hay cuatro “raíces”: fuego, agua, tierra y aire; mientras que para ANEXÁGORAS es el nous (inteligencia, mente). Luego tendremos la concepción de DEMÓCRITO con sus átomos (inmutables, indivisibles). Para este filósofo los dioses eran también creación de la Naturaleza, pero más perfectos que los hombres. Era adversario de la religión, reconocía la no creación de los mundos y del hombre. Fue adversario de las profecías y brujerías. Explicaba la religión por la ignorancia de los hombres por su desconocimiento de las leyes de la Naturaleza. PLATÓN, le odió por eso y se cuenta que quemó las obras de DEMÓCRITO, que junto con HERÁCLITO constituyen dos de las más grandes figuras filosóficas de la Grecia Antigua. Luego aparece SÓCRATES de la escuela de los SOFISTAS, cuya concepción filosófica fue idealista pues consideraba que la Naturaleza era obra divina máxima “conócete a ti mismo”, en su desprecio al pueblo, Sócrates estimaba que éste no puede poseer conocimientos porque es vicioso por naturaleza. Aquí se revela el carácter aristocrático de su moral. El idealismo de Sócrates halló plena expresión en Platón. PLATÓN fue uno de los más grandes sistematizadores del idealismo de la antigua Grecia. Su filosofía influyó notablemente sobre el cristianismo. Fue aristócrata, adversario rabioso del régimen democrático; fue un idealista belicoso. Desarrolla la teoría socrática de los “generales” en la teoría de las IDEAS; reconoce dos mundos separados uno del otro: el mundo de las ideas y el mundo de las cosas en que vive el propio hombre. Las ideas son eternas e inmutables a la vez que reales; en cambio las cosas sensibles son mutables, inconstantes, nacen y perecen. La idea suprema de bien es dios. Exigía que toda la vida social estuviese saturada de religión. Afirma que las ideas existen separadamente de las cosas en el otro mundo a modo de entelequias. La cumbre del desarrollo de la filosofía griega estuvo en ARISTÓTELES, quien oscila entre el materialismo. Reconoce la existencia objetiva de las cosas y critica duramente a PLATÓN, por su idealismo, por haber concebido a la naturaleza tan sólo como ilusión, como una sombra imperfecta del mundo de las ideas. “Es ridículo, dice Aristóteles, intentar demostrar que la naturaleza existe; pero el filósofo se pierde al decir que la esencia de las cosas es la “forma” como principio ideal, espiritual. Fue más amplio que Platón al afirmar que el Poder también debería pertenecer a los semi-acomodados y no solamente a los aristócratas.

Como podemos ver, la filosofía griega ha servido de base para el desarrollo del pensamiento filosófico del mundo llamado “Occidental”. Heráclito y Demócrito dieron las bases de la filosofía materialista y dialéctica; en tanto que Sócrates, Platón y Aristóteles cimentaron las bases de la filosofía idealista. Luego vendrían dos nuevas etapas: la de los PATRIARCAS entre los siglos II y IV entre el límite de la filosofía antigua y la medioeval. En esta etapa insurge el cristianismo y aparecen los llamados “Padres de la Iglesia”, cuya filosofía se confunde por completo con la teología. El CRISTIANISMO comenzó por una furiosa persecución de la filosofía y ciencias “paganas”. La figura más notable de esta época fue el obispo Agustín de Hipona llamado “san”; para quien la filosofía y la teología era la misma cosa. Este “santo” defendió la desigualdad social, la riqueza y la esclavitud; como castigaba con crueldad sin límites a los de “pensamiento distinto”. Su concepción del mundo y del hombre tenía que explicarla como “creación divina”. Para los ESCOLÁSTICOS de esos tiempos todo estaba explicado por las “Sagradas escrituras”.

Fue durante los siglos IX y X que toma cuerpo la filosofía escolástica o sea la filosofía cristiana de la Edad Media; cuyos rasgos principales fueron: ascetismo hipócrita, idealismo dogmático con método abstracto, lógico y formalista; no está dirigido al descubrimiento de nuevas cosas, sino a la comprobación de la verdad “absoluta”, “reveladas por dios”. Culmina este período otro “santo” TOMÁS DE AQUINO quién puso a Aristóteles al servicio del catolicismo, pero como dice LENIN: “ el oscurantismo clerical mató en Aristóteles lo vivo y eternizó lo muerto”. Para Tomás, la naturaleza está ordenada de acuerdo a una inspiración divina. La desigualdad social está determinada por la voluntad del propio Dios. Pide que los herejes no sólo sean excomulgados por la Iglesia sino condenados a muerte”.

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