Resumen Capitulos de Ester 7-8.

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Luego, Jesús pasa por la región de Dalmanuta, y se encuentra con unos fariseos que intentando provocarlo, le piden una señal. Jesús les dice que esa generación jamás recibiría una señal, y los deja.

Jesús entra en la barca junto con sus discípulos, y ellos le dicen que no tienen de que comer más que un pan ya que se les había olvidado conseguir más. Jesús les dice que guarden la levadura, y ellos le dicen que no trajeron pan. Jesús los reprende por cuestionarlo recordándoles como de 7 panes y unos cuantos peces el logro alimentar a una multitud.

Después de haberse bajado de la barca, Jesús viene a Betsaida donde le traen a un ciego para que lo sanase. Llevo al ciego fuera de la aldea, le escupió los ojos, le puso las manos encima y le preguntó si podía ver. El ciego le contesto que podía ver, pero su vista no era muy clara. Jesús le puso las manos sobre los ojos nuevamente, y le dijo que los abriera, es ahí cuando la visión del ciego se restablece completamente. Luego de haberlo sanado, Jesús le dice que no le comente a nadie en la aldea de lo que él hizo.

Mientras Jesús y sus discípulos salían de las aldeas, él le pregunta a sus discípulos quién era él según la palabra de la gente; ellos le contestan: “Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas.” (Marcos 8:27). Jesús luego les pregunta quién ellos dicen que es él, y Pedro le contesta que él es el Cristo; Jesús les dice que no le digan que él es Cristo a nadie.

Jesús les dice a sus discípulos que era necesario que el sufriese mucho, que fuera rechazado por ancianos, sacerdotes y escribas, y que luego muriese y resucitara después de 3 días. Pedro le comienza a reprochar aparte, y mirando a todos los discípulos, Jesús lo reprende por tener la visión del hombre y no de Dios. Jesús llama a la gente y a sus discípulos, y les dice que todo aquel que quiera venir a él debe negarse a si mismo, tomar la cruz y seguirlo; porque el que se quiera salvar no podrá salvarse y el que pierda su vida por él y el evangelio será salvado.

Jesús culmina diciendo que de qué le vale al hombre ganar el mundo y perder su alma, y advierte que el que se avergonzara de él y sus palabras, cuando viniera el Padre, él también se avergonzaría de ellos.