Análisis Del Discurso En Bordieu

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Para este autor, el acto de instituir, es asignar una especie de esencia o cualidad a algo que posiblemente ya lo posee, pero que necesita reafirmarse para considerarse como tal, en palabras textuales del autor es: “…significar a alguien lo que es y significarle que tiene que conducirse consecuentemente a como se la ha significado” (Bourdieu, 1985, p. 81). En este caso a más de ser una institución que ritualiza la realidad, El Telégrafo instituye una categoría a los otros medios de comunicación, y los presenta como algo, que independientemente de ser verdad o no, responde a una lógica proveniente exclusivamente del medio de comunicación oficial, es decir, en primera instancia, del estado. Una vez más se aprecia como el lenguaje oficial no sólo construye la realidad, sino que logra adaptarla a sus necesidades puntuales.

Por ende se puede entender que el acto de institución es un acto de comunicación, pero que responde a ciertas peculiaridades que le restan la inocencia con que el sistema pretende mostrarlo. El hecho de que una institución se permita otorgar a a alguien su identidad, implica en un segundo término un sentido de obligatoriedad y de imposición, ya que no sólo afianza una cualidad al objeto, sino que lo obliga a asumirla y a ser parte de un todo del que muy difícilmente puede escapar. Esto también se observa en la noticia presentada por el Diario El Telégrafo ya que presenta partes del cuerpo noticioso en donde los argumentos utilizados muestran como errónea la información presentada por otros medios, y que únicamente es un réplica a una corrección realizada por el mismo gobierno, sin embargo el uso de peyorativos y de términos soeces genera que el común denominador de las personas termine por creer y aceptar como válida la versión de este medio, mientras que la versión del Comercio se presenta como equívoca y distorsionada de manera intencional.

Para terminar una primera parte del presente trabajo, en base a la apuesta metodológica de Pierre Bourdieu queda claro que el rol de los medios de comunicación como idealización ha dejado su función social y claramente revela intereses políticos y por ende económicos, que ligados a otros poderes rigen el destino del mundo. De esta forma, mediante el uso del lenguaje los dos medios de comunicación pretenden crear un imaginario sobre la posibilidad de los bancos para realizar transacciones con dinero electrónico, pero cada uno, utilizando su papel o rol de instituciones que ritualiza la realidad, tratan de cada uno de los mismos crear o ejercer procesos sociales para legitimar su visión del problema y desmerecer la del otro.

En segundo lugar el presente análisis ha considerado dos de los presupuestos teóricos de uno de los filósofos más importantes de la contemporaneidad, Michel Foucault. Para empezar se utilizará una de las lecciones impartidas por el mismo el 22 de enero de 1975 que sería compilado bajo el nombre de Los Anormales, en donde el autor se preocupa por teorizar las relaciones entre el saber y el poder. Serán estas dos determinantes las que guiarán una parte del análisis de las noticias en cuestión, debido a que son interesantes elementos propuestos por este autor en particular. A partir de múltiples fuentes Foucault desarrolla el problema de esos individuos que la sociedad ha marcado como peligrosos, a quienes, en el siglo XIX, se denomina anormales, pero que en realidad suponen riesgos para la mantención del sistema por lo que su existencia es una ruptura con los modelos establecidos en las sociedad actuales.

Foucault define sus tres figuras principales: los monstruos, que hacen referencia a las leyes de la naturaleza y las normas de la sociedad, que en el caso del presente análisis lo viene a constituir de manera notable la propuesta para el uso del dinero electrónico y la regulación que capacitaría y posibilitaría a las entidades bancarias, que no sean el Banco Central del Ecuador, a su manejo y transacción. Por otra parte el autor identifica a los incorregibles, de quienes se encargan los nuevos dispositivos de domesticación del cuerpo, por lo que en el caso de esta noticia, más que un intento de domesticación del cuerpo, es un intento de crear y afianzar nuevos hábitos de manejo de los recursos financieros, lo que se traduciría en una domesticación de la conducta y de los hábitos sociales de las personas en relación con la sociedad.

Finalmente el filósofo francés reconoce a los onanistas que promueven una especie de campaña orientada al disciplina miento de la familia moderna, característica que una vez más se puede ver reflejada, aunque no de manera inmediata, en el intento del actual gobierno de modificar la forma de pago de las familia, y además tener control sobre los gastos de las mismas en relación a compras y transacciones. Si bien es cierto las categorías propuestas por Foucault no tienen que ver con este tipo de problemas presentados en las dos noticias que se analizan en este ejercicio, las definiciones y los contenidos que se entienden de las mismas si pueden ser utilizados para objeto de un análisis del discurso que se centre en las funciones y menos en las formas de los actores y sus relaciones con el medio en que se desarrollan.

La primera de las figuras de lo que Foucault llama el monstruo humano es el que trasgrede la ley, si, como se señaló anteriormente la propuesta del dinero electrónico viene a ser la ley a considerarse en el presente análisis, cada miembro de la sociedad y en su gran mayoría podrían ser considerados como monstruos, ya que la mayor parte de la sociedad no ha presentado interés por cambiar una parte de su dinero efectivo por esta nueva modalidad de pago pese a que sus principales promotores no han cesado de exponer los beneficios de esta acción. De esta manera también puede entenderse que el monstruo es excepcional, precisamente por su rareza, por su carácter de curiosidad de feria; lo que hace que un ser humano sea un monstruo no es sólo la excepción que representan en relación a la forma de la especie, sino el problema que plantea a las regularidades jurídicas. A lo que vale la pena preguntarse: ¿de qué manera el estado aprovechará, para bien o para mal, esa excepcionalidad, en el caso de que las personas opten por no usar el famoso dinero electrónico?

El monstruo es la excepción por definición; el individuo a corregir es un fenómeno corriente. Si se analiza esto en el sentido contrario, desde un enfoque más empleado por el diario El Comercio, cada uno de los vendedores ambulantes utilizados para ejemplificar la falta de práctica y objetividad del dinero electrónico, o cada uno de los presidentes o representantes de las bancas privadas del país, podría entrar en la categoría de monstruo, ya que representan irregularidades