Ensayo La felicidad está dentro de uno, no al lado de alguien

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El camino hacia la felicidad la planteo como un objetivo definitivo, una meta, un algo que conquistar en la vida. Cuando se indaga a la mayoría de las personas acerca de si son felices, estas se separan en dos bandos. Los que responden instintivamente “a veces soy feliz, porque la felicidad son momentos”, y los que atinan a un aún más desacertado “seré feliz cuando logre..” tal cosa, se refieren a lo material o sueño que quieren cumplir.

Ambas respuestas o pensamientos son imprecisas. La felicidad no es una meta futura, ni es un devenir esporádico. La felicidad es, en todos los sentidos, un estado definitivo que se alcanza con cierta elevación y paz espiritual, como en un marco espiritual entre lo que deseo, lo que soy y poseo, pero fuertemente sustentado en la convicción y seguridad de estar en el camino correcto. La felicidad, abundancia, bendición, bienaventuranza y todas las cosas que se desean obtener, pueden ser un estado permanente de quienes entienden el devenir y el por venir, a los que viven dedicados a trascendentes y disfrutan de la sorpresa e imprevisibilidad de la vida terrenal, aquí y ahora.

Nuestro cerebro esta acondicionado desde hace muchos años para sentir que somos felices por medio de la adquisición de de bienes materiales, por medio de la posición económica buscamos nuestra felicidad el tener una casa, tener un automóvil, el ultimo modelo del celular, joyas, relojes y algunos cuantos adornos.

Me pregunto si realmente las cosas materiales mejoran o ayudan para tratar de alcanzar tu felicidad?, siempre veo a familias en sus automóviles con un silencio total, en vez de conversar si supuestamente al tener un auto son felices. Puedo analizar que las variables que componen tal estado de felicidad , no te hacen feliz hasta que puedas vivirlo a cada minuto u hora de mis días. Ese es el camino. El que te puede llevar a un estado frecuente de satisfacción al que se puede llamar felicidad.

Por tanto, podríamos buscar la felicidad . Muy probablemente la hallemos, como en la historia del tesoro, justamente debajo del lugar en que nos hemos sentamos a cavilar acerca de nuestras muchas preocupaciones durante días, semanas, meses, años. Pensémonos felices, y nos sentiremos felices. Imaginemos el lugar de nuestro destino, y disfrutemos el camino hacia allí. Caminemos todos los días, buenos y malos, proyectando el gozo expansivo de la convicción de ser exactamente lo que deseamos, y más temprano que tarde nos sorprenderemos felices sin tener que tener, sin lograr, sin compañía, como el niño que aprende a caminar, y no lo olvida nunca, aunque tropiece mil veces.

Colegio “El Niño Jesús”

Talagante

Ensayo de Lenguaje y comunicación

La felicidad

Nombre: Isidora Polanco Cañón

Fecha: 19 de agosto 2016

Curso: Tercero medio A