Antes de introducirnos en este ensayo, se hace necesario e idóneo definir la evaluación institucional

...

tres tipos de evaluación; a) Diagnóstica: la que está dirigida a constatar el nivel de aprendizaje inicial del alumno para asimilar las nuevas habilidades que deberá aprender en la asignatura (esta evaluación debe hacerse a principios de año y en diversos momentos del curso, para que el docente sepa si se han aprendido o no, los contenidos enseñados); Formativa: alude al proceso en el cual se acompaña al estudiante en su etapa de aprendizaje, y va haciendo cortes con el proceso de aprendizaje (en este proceso, el docente procura determinar qué ha logrado el estudiante y que no ha aprendido y con qué grado de independencia lo ha realizado); c) Sumativa: a través de ella, se debe evaluar el aprendizaje, lo más integralmente posible, dando lugar a la vinculación de lo cognitivo y lo afectivo, de lo instructivo y lo educativo.

Podríamos citar tres modos diferentes de entender y explicar la evaluación: a) Evaluación de la calidad, b) Evaluación como Assesment o resultado y c) Evaluación como rendición de cuentas.

La primera, con todo lo antedicho, ya ha sido explicada, la segunda tiene relación con la utilización de conceptos, tales como control, prueba, examen, y rendimiento y la tercera rendir cuentas: Capacidad de responder a los propios clientes -padres y alumnos: rendición moral-, responsabiblidad (ante uno mismo como docente y sus compañeros, rendición profesional) y en sentido estricto: ante los propios empleadores o dirigentes políticos (rendición contractual).

La Evaluación Institucional tiene determinadas bondades que a continuación se detallan: a) construye pertenencia, porque propicia y estimula lo que Harf y Azzerboni (2008), llaman la nostridad; b) estimula el compromiso, porque involucra a todos y los convierte en protagonistas; c) mejora la calidad tanto de las prácticas educativas, como organizativas para contribuir al desarrollo institucional y profesional; d) incrementa el desarrollo, induciendo nuevas formas de reflexión tanto individual y colectivas; e) tiende a ser democrática, porque la información recabada es compartida por todos y para todos de modo flexible y abierta a posibles modificaciones y f) a no a ser solo sinónimo de rendir cuentas sino más bien, revisión de las propias actuaciones profesionales para futuras mejoras.

Además de todo lo antedicho, la evaluación institucional que se entiende como evaluación de calidad, se relaciona con la necesidad de contar con un buen clima de trabajo, donde los actores institucionales no se sientan amenazados ni vigilados, donde las utilización de normas compartidas y cooperativas, basadas en el respeto y la consideración de todos hacia todos sean las protagonistas, en los ambientes de trabajo institucionales.

BIBLIOGRAFIA

Álvarez Méndez, Juan Manuel. (2001) “Evaluar para conocer, examinar para excluir. Madrid Ediciones Morata (pp 11 a 21; 26 a 39)

Azzerboni, Delia y Harf, R (2008) “Conduciendo la Escuela” Manual de Gestión directiva y evaluación institucional”. Buenos Aires. Argentina. Ediciones Novedades Educativas. (pp. 93)

Flores Ochoa Rafael (1999) “Evaluación, pedagogía y cognición” McGrawHill,

Sanjurjo, I. “La evaluación y la acreditación en el proceso de aprendizaje, en Sanjurjo, L y Vera, M. T. (2003)“Aprendizaje significativo y enseñanza en los niveles medio y superior.” Rosario. Argentina. Homo Sapiens Ediciones. (pp 132)

Villalonga, Patricia. Instituto Virtual Aprender, 4to Encuentro (2001) ¿Quiénes, cuándo y cómo evaluar? Material del curso Evaluación, Análisis y reflexión del Instituto Virtual Aprender. Programa de extensión, perfeccionamiento y actualización científica y tecnológica del Instituto municipal de Educación Superior de Formación Docente. Tres de Febrero. Buenos Aires. URL: http://www.aprender.org.ar/avaeva (Extraído de material formato papel de bibliografía general del curso “Evaluación Educativa” de la Lic. En Dirección y Supervisión Educativa UCA.