Para empezar es necesario definir dos conceptos importantes

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padres y familiares, luego al crecer nos vemos rodeados de amigos, vecinos, compañeros de clase, de trabajo, cuando vamos en la carretera ya sea conduciendo nuestro propio auto, o andando en transporte público, con cada una de nuestras acciones que realizamos diariamente vemos que la convivencia con las demás personas es casi inevitable, por lo cual no estamos en un ambiente de soledad y por el contrario nos encontramos en un ambiente social.

Ahora, viéndolo en otro punto de vista, un ambiente de soledad se podría entender de la siguiente manera: como el espacio que cada uno de nosotros usa en algún momento para pensar sobre alguna cosa que hicimos en el pasado, que estamos realizando en el presente o que haremos en el futuro. Entonces también podemos decir que todos tenemos en algún momento nuestros propios ambientes de soledad que nos sirven o utilizamos para pensar con claridad y de una manera más tranquila y lógica con respecto a algún tema en específico.

En el mundo hay muchas personas que les gusta vivir en soledad así como hay muchas personas que les gusta vivir en sociedad. A las personas que prefieren vivir o estar “solos”, no se sienten molestas, no les inquieta, han decidido ser de esa forma y sentir de una u otra forma su libertad, no lo ven como un problema desde su punto de vista, pero desde otra perspectiva podríamos decir que esa forma de pensar es el principal problema para una sociedad en convivencia para vivir como personas de sociedad en una sociedad.

Aunque se puede notar que estamos acostumbrados a vivir aparentemente en un ambiente donde tenemos una extrema monotonía en nuestros hábitos diarios, desde que nos levantamos, nos bañamos, vestimos, acudimos a nuestro trabajo, almorzamos, salimos del trabajo, llegamos a nuestra casa, cenamos, nos vestimos y nos dormimos para que al día siguiente volvamos a hacer lo mismo.

Esa es la realidad en la que actualmente vivimos, que en tiempos pasados, según me han contado mis padres y mis abuelas, era algo diferente ya que había menos urbanización, menos tecnología, menos formas de distracción o envenenamiento cerebral, como lo son hoy en día; la televisión, el cine, los teléfonos móviles, restaurantes, juegos de video, etc., y cabe mencionar que las costumbres que les inculcaron con las que se criaron se han perdido en gran porcentaje, ya no hay una armonía en nuestras casas, menos conversación a la hora de las comidas, menos convivencia familiar, menos convivencia física con amistades, familia separada, amistades y familiares por redes sociales, hoy en día todo o casi todo lo que necesitamos lo tenemos en nuestra palma de la mano o en nuestros bolsillos.

Para concluir con este trabajo, debo agregar que esta es mi forma de ver las cosas, cada quien tendrá su manera de pensar con respecto a este tema que es tan delicado para poder tener una sana armonía en la sociedad en la que nos encontramos, ya que lo que hoy hagamos se refleja en un futuro en nuestras generaciones venideras, por una decisión mal tomada el día de hoy pueda que no lleguemos a hacer un cambio en la sociedad de la noche a la mañana pero podemos hacer un cambio en nosotros mismos, y por ahí es donde debemos empezar.

Cambiando nuestra forma de pensar y ver las cosas, colaborando para mantener buenas relaciones interpersonales con quienes nos rodean, sea en nuestra casa, nuestro trabajo, en nuestras clases, en nuestra colonia o barrio, con cada una de las personas que interactuemos el día de hoy no sabemos que podremos necesitar de ellas en un futuro.

La base de una sociedad en armonía, es la sana convivencia entre los mismos individuos que viven en ella. Y para poder lograr eso, necesitamos realizar algo muy sencillo como lo es saludar, despedirse, hablar, conversar, interactuar, agradecer, pedir, cosas sencillas como estas pueden hacer la diferencia.