Ensayo sobre La perversidad del hombre
Enviado por mondoro • 27 de Diciembre de 2018 • 1.231 Palabras (5 Páginas) • 351 Visitas
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Para Immanuel Kant, finalmente, si el hombre fuera sólo naturalmente bueno o naturalmente malo, en verdad no habría un motivo para que también pudiera llegar a ser de la otra manera, así que establece que, con respecto al mal o al bien, existe una inclinación más que un estado de ser inmediato.
“La tesis «el hombre es malo» no puede querer decir, según lo que precede, otra cosa que: el hombre se da cuenta de la ley moral y, sin embargo, ha admitido en su máxima la desviación ocasional respecto a ella.”
El hombre se define moralmente por sus acciones libres, lo que quiere e intenta hacer. Así, un hombre que aparenta hacer cosas buenas pero ha optado por seguir las normas del mal será malo, y una persona que haga acciones malas pero vaya a Misa y cumpla todos los ritos que ha puesto la “Iglesia” seguirá siendo moralmente mala ante Dios.
Conclusión
Tras el análisis de cada teoría hemos llegado a la conclusión de que, a pesar de que todas llevan un poco de razón, concordamos principalmente con la visión de Jean-Jacques Rousseau al opinar que, el hombre, en sus comienzos, era completamente independiente, puro y lleno de amor propio, pacífico, como también se lo describe en la Biblia. Antaño, nos apropiábamos de los recursos que la naturaleza nos proveía con el único objetivo de satisfacer nuestras necesidades; no obstante, actualmente lo hacemos porque sí o meramente porque sabemos que tiene un valor determinado.
¿Que si el hombre es perverso por naturaleza? No. Lo que nos corrompió fue la sociedad y los ideales capitalistas en los que vivimos, pero lamentablemente, es precisamente esa misma sociedad la que nos evita volver a ser lo de antes. La sociedad te corrompe pero a su vez te priva de ser un ignorante y amoral. Es similar al concepto chino del yin yang, ya que dentro de lo negativo se encuentra lo positivo y viceversa.
El más claro ejemplo que se puede citar son los niños y los bebés. Su sonrisa inocente y sus constantes y melodiosas carcajadas (si es que habitan en un buen ambiente claro está) dicen más que mil palabras; mismas que, cuando el conocimiento llega y deben comenzar a involucrarse con la civilización pierden su frecuencia.
Nos crían para “ganar”, nos enseñan a querer ser los mejores en todo. Desde pequeños es una competición perpetua, y cuando finalmente hemos alcanzado la suficiente edad para enfrentarnos solos a la sociedad nos damos cuenta de que sigue siendo lo mismo. Una lucha. Una guerra entre todos, como expresa Hobbes.
El hombre actual no es más que un ser que a pesar de conocer la moral sigue siendo frívolo y se inclina por la maldad para beneficiarse a sí mismo. Explotamos el planeta para obtener más bienes y parece no importarnos lo enfermo que está.
Es por eso que, como aclama Fukuyama, estamos viviendo el fin de la historia.
Bibliografía
KANT, IMMANUEL - La Religión dentro de los Límites de la Mera Razón.
MAQUIAVELO, NICOLÁS – El Príncipe.
ROUSSEAU, JEAN-JACQUES - Emilio.
CASSIRER, ERNST – Antropología Filosófica.
¿? – La Biblia.
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