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Idealismo trascendental de kant

Enviado por   •  28 de Noviembre de 2018  •  16.563 Palabras (67 Páginas)  •  412 Visitas

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Su existencia transcurrió prácticamente por entero en su ciudad natal, de la que no llegó a alejarse más que un centenar de kilómetros cuando residió por unos meses en Arnsdorf como preceptor, actividad a la cual se dedicó para ganarse el sustento luego de la muerte de su padre, en 1746. Tras doctorarse en la Universidad de Königsberg a los treinta y un años, ejerció en ella la docencia y en 1770, después de fracasar dos veces en el intento de obtener una cátedra y de haber rechazado ofrecimientos de otras universidades, fue nombrado por último profesor ordinario de lógica y metafísica.

La vida que llevó ha pasado a la historia como paradigma de existencia metódica y rutinaria. Es conocida su costumbre de dar un paseo vespertino a diario, a la misma hora y con idéntico recorrido, hasta el punto de que llegó a convertirse en una especie de señal horaria para sus conciudadanos; se cuenta que la única excepción se produjo el día en que la lectura de Emilio o De la educación, de Jean-Jacques Rousseau, lo absorbió tanto como para hacerle olvidar su paseo, hecho que suscitó la alarma de sus conocidos.

En el pensamiento de Kant suele distinguirse un período inicial, denominado pre-crítico, caracterizado por su apego a la metafísica racionalista de Wolff y su interés por la física de Newton. En 1770, tras la obtención de la cátedra, se abrió un lapso de diez años de silencio durante los que acometió la tarea de construir su nueva filosofía crítica, después de que el contacto con el empirismo escéptico de David Hume le permitiera, según sus propias palabras, «despertar del sueño dogmático».

En 1781 se abrió el segundo período en la obra kantiana, al aparecer finalmente la Crítica de la razón pura, en la que trata de fundamentar el conocimiento humano y fijar asimismo sus límites; el giro copernicano que pretendía imprimir a la filosofía consistía en concebir el conocimiento como trascendental, es decir, estructurado a partir de una serie de principios a priori impuestos por el sujeto que permiten ordenar la experiencia procedente de los sentidos; resultado de la intervención del entendimiento humano son los fenómenos, mientras que la cosa en sí (el nóumeno) es por definición incognoscible.

Pregunta fundamental en su Crítica es la posibilidad de establecer juicios sintéticos (es decir, que añadan información, a diferencia de los analíticos) y a priori (con valor universal, no contingente), cuya posibilidad para las matemáticas y la física alcanzó a demostrar, pero no para la metafísica, pues ésta no aplica las estructuras trascendentales a la experiencia, de modo que sus conclusiones quedan sin fundamento; así, el filósofo puede demostrar a la vez la existencia y la no existencia de Dios, o de la libertad, con razones válidas por igual.

El sistema fue desarrollado por Kant en su Crítica de la razón práctica, donde establece la necesidad de un principio moral a priori, el llamado imperativo categórico, derivado de la razón humana en su vertiente práctica; en la moral, el hombre debe actuar como si fuese libre, aunque no sea posible demostrar teóricamente la existencia de esa libertad. El fundamento último de la moral procede de la tendencia humana hacia ella, y tiene su origen en el carácter a su vez neumónico del hombre.

Kant trató de unificar ambas "Críticas" con una tercera, la Crítica del juicio, que estudia el llamado goce estético y la finalidad en el campo de la naturaleza. Cuando en la posición de fin interviene el hombre, el juicio es estético; cuando el fin está en función de la naturaleza y su orden peculiar, el juicio es teleológico. En ambos casos cabe hablar de una desconocida raíz común, vinculada a la idea de libertad. A pesar de su carácter oscuro y hermético, los textos de Kant operaron una verdadera revolución en la filosofía posterior, cuyos efectos llegan hasta la actualidad.

Etapas de pensamiento kantiano:

1. Periodo pre-crítico en el que nuestro autor se interesa por cuestiones científicas relacionadas con la física y las matemáticas (el centro de su investigación es Newton). Durante esta primera etapa, Kant es un filósofo racionalista influido por Wolff. Aun así, esta fase pre-crítica no duraría demasiado: la lectura de Hume le haría “despertar del sueño dogmático”.

2. Periodo crítico: corresponde a la etapa de madurez de nuestro autor (Idealismo trascendental). Durante esta etapa escribe sus “Críticas” (la “Crítica de la razón pura”, la “Crítica de la razón práctica”) así como su “Fundamentación de la metafísica de las costumbres” (obra propuesta para el comentario). Las preocupaciones de Kant en esta etapa se resumen en tres preguntas: ¿Qué puedo conocer? (“Crítica de la razón pura”). ¿Qué debo hacer? (“Crítica de la razón práctica”) ¿Qué me cabe esperar? Respondiendo a estas tres preguntas habremos logrado desentrañar la cuestión de ¿qué es el hombre?

Superación del racionalismo y el empirismo:

Para kan que sigue la tradición por Aristóteles, la ciencia ha de ser un conocimiento universal y necesario. Al repasar los movimientos filosóficos anteriores detecta que, tanto la tradición racionalista como la empirista, desde sus supuestos filosóficos, llegan a situaciones que no hacen posible la metafísica como ciencia.

El racionalismo, sobre todo en la versión conocida por kan, la tradición leibniziana a través Wolff, deriva hacia el dogmatismo, es decir pretende.

Aun cuando apartar de estos principios siga un procedimiento -científico, es decir, mediante la deducción lógica, sus construcciones no son válidas, pues el punto de partida está viciado. Por ello, para Kant es necesario determinar a partir de que principios puede establecerse la validez de la deducción de la ciencia; y a ellos solo pude llegarse por la de la razón, el análisis de la razón sin referencia la experiencia, de la razón sin contenido empíricos. Este es precisamente el paso que le falta al racionalismo.

El empirismo, por su lado, nos remite únicamente a la experiencia al afirmar que esta constituye la posibilidad el límite de nuestro conocimiento. Pero a lo más que puede llegar la experiencia y aquí Kant tiene en mente el caso de Hume que, por otra parte, le avía despertado del sueño dogmático según dice en la introducción a su obra prolegómenos a toda metafísica futura, es proporcional pluralidad de datos que, en cuanto tales, no tienen el carácter de universalidad que exige la ciencia ya que, estas pluralidades

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