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La filosofia en la Rep.Dom. y sus principales representantes de la octava semana.

Enviado por   •  6 de Marzo de 2018  •  2.987 Palabras (12 Páginas)  •  942 Visitas

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Ese modelo de dominación ideológica y cultural tenía como finalidad transmitirnos su lengua, sus artes, sus instituciones jurídicas y civiles con sus valores y especialmente su religión.

En ese plan estratégico de dominación imperial, lo primero que se propusieron fue eliminar la organización social de los indígenas de la propiedad comunitaria por un régimen de la propiedad privada, el cual empezó con el repartimiento de los indígenas en el denominado sistema de Las Encomiendas, el cual condujo a la explotación despiadada, esclavitud y exterminio de la raza indígena.

A los españoles se les olvidó enseñarles a creer en Dios, en los Ángeles, en los Santos y a rezar, porque su propósito era hacerse ricos, y no cristianizar o salvar las almas de los indios, para que alcanzaran la gloria o el reino de los cielos. Esa actitud de los españoles condujo a la extinción total de los nativos.

El profesor José Ulises Rutinel Domínguez, hace siguiente afirmación, muy acertada, acerca de la situación y las contradicciones en que se desenvolvía el pensamiento filosófico, en los primeros años de vida de la colonia española: “Es así como podemos aseverar que en aquel momento se conformaron dos corrientes filosóficas: la tomista y definida por los frailes de la orden dominica”

Un segundo propósito del imperio fue relegar a un segundo plano las concepciones progresistas en los órdenes filosófico, científico y educativo, para imponer una concepción de la vida de tipo confesional, la cual representaba un retraso desde el punto de vista histórico-filosófico.

Porque era la concepción de la vida que predominaba en la época medieval y los españoles comienzan a implementarla siglos después con el descubrimiento, la conquista y la colonización en el nuevo mundo.

Es decir, comienzan a implementar una concepción que había sido superada por nuevas corrientes del pensamiento científico y filosófico en toda Europa.

La filosofía en el periodo inicial de la independencia

Alboreada de la ciencia filosófica dominicana

Juan Pablo Duarte postuló que fuera de la filosofía no había ninguna otra actividad más noble que la política. Pero la política duartiana estaba concebida, como lo demostró con el ejemplo abnegado de su propia vida, en ponerse al servicio del país y no el país al servicio propio ni de ningún interés en particular.

Cuando se inició en 1843 la revolución contra Boyer que repercutió en la parte oriental de la isla, Duarte encabeza el movimiento reformista en la ciudad de Santo Domingo.

Juega un papel decisivo que lo llevó al liderato de los republicanos que luchaban por la independencia. Las circunstancias lo obligaron, más tarde, junto a otros compañeros a abandonar el país. Pero al ausentarse del territorio nacional sus compañeros, encabezados por Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, llevaron a cabo las gestiones finales del movimiento. Redactaron el Manifiesto del 16 de enero de 1844.

En el cual quedaron plasmados los principios republicanos y liberales que Duarte predicó durante años y ratificaron, en el cuerpo de ese documento, la firme voluntad de crear un Estado soberano.

Filosofía de la era de Trujillo

Los estudiosos de la Filosofía Dominicana han clasificado a los pensadores de la Era de Trujillo en filósofos menores y filósofos mayores, clasificación que como todo ejercicio de tal área, siempre hace fruncir el entrecejo a cualquier verdadero estudioso del pensamiento.

Por artificial que nos parezca toda clasificación nos valdremos de esta para colocarnos en un marco referencial necesariamente histórico.

Con las altibajos propias del trabajo intelectual inserto en una determinada formación cultural, la filosofía dominicana, inaugurada por López de Medrano cuando ya las ideas habían tomado la independencia que al quehacer político le tomaría aún más de una centuria consolidar, al momento de asumir Rafael Leónidas Trujillo se hallaba ya enmarcada dentro del positivismo hostosiano, correlato intelectual de las ideas liberales.

Las cuales la propia dictadura no podrá ya substraerse, a pesar de las intenciones, por parte de la Iglesia de retomar el terreno perdido.

Así, la cosmovisión de la pequeña burguesía determinara la conformación del Estado dominicano, si bien con los vaivenes que desde ya antes de la fundación de la República lo caracterizarían.

En este contexto podríamos definir como menores a aquellos pensadores cuyo trabajo se ubica y desarrolla en dicho marco referencial sin importar lo prolífica que pueda haber sido la obra individual de algunos de los mismos.

Otro hombre que viene a encarnar la preocupación filosófica en nuestro país es Andrés Avelino (1899-1974). Avelino es, como sus predecesores, un espíritu profundamente inquieto y vivaz. Comenzó a figurar en el campo de la literatura como poeta adscrito al Postumismo, que señoreaba Moreno Jiménez.

Después de una estancia más o menos entusiasta y feliz en el campo de la poesía, consagró sus entusiasmos vitales a la matemática superior, que profesó como catedrático en la Universidad, y de allí hizo un rápido tránsito al campo de la filosofía, escribiendo numerosas obras, escritas con gran soltura literaria.

"Metafísica categorial" (1940).

"Prolegómenos a la única metafísica posible" (1941).

"Esencia y existencia del ser y de la nada" (1942).

"Une lettre a Maritain" (1944).

"El problema antinómico de la fundamentación de una lógica pura" (1951).

"Los problemas antinómicos de la esencia de lo ético" (1971), y otras, son sus obras.

Avelino es el filósofo más consistente y ambicioso que encontramos en toda la literatura filosófica dominicana, tanto por la dedicación al trabajo como por la severidad de sus temas y por el volumen de su obra.

Sin embargo, Avelino tuvo que afrontar el peso de sus anhelos especulativos en el área de la situación política más lúgubre y severa de nuestra historia.

Es el filósofo de la época más hostil a aquella tradición que se inauguraba con los pensadores que en los alrededores de 1820, consagraban

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