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Las Corrientes de la Sociología de la Religión.

Enviado por   •  24 de Abril de 2018  •  33.332 Palabras (134 Páginas)  •  266 Visitas

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Nos enmarcamos en estos cuatro aspectos, partiendo del supuesto que donde la forma de proceder de los profesionales científicos no responde per se a la naturaleza del conocimiento que están generando, sino más bien del entendimiento que tienen los mismos de su objeto de estudio, y de cómo asumen su rol de profesionales científicos, entendiendo a la ciencia de determinada forma y performándose colectivamente según esta concepción disciplinar (Ferreira, 2007). En pocas palabras, también nos enmarcamos en la Sociología del Conocimiento, la cual podemos comprender como una disciplina enmarcada en las Ciencias Sociales es proclive a generar conocimiento desde un marco eminentemente social en el cual están insertos los/as profesionales que la desarrollan y no desde la neutralidad objetiva propuesta por el Positivismo clásico (Ferreira, 2007)

Es por ello que asumimos que, desde el constructivismo social, que reconoce que están también atrapados en el momento histórico y social en los que están insertos quienes investigan los fenómenos para generar así un conocimiento, asumiendo que éste proceso no es pasivo ni arbitrario debido a que estas personas pretenden dar cuenta de una realidad que les interesa (motiva) describir y explicar, pero que también al hacerlo la construyen y reforman, siendo no simples observadores que mantienen a esa realidad externa impertérrita e inmodificable, y muy por el contrario, se encargan de fabricarla motivados desde su vereda disciplinar y a su vez intersectados discursivamente por los factores sociales de su coyuntura histórica (Latour, 2003; Knorr – Cetina, 2005; Vallverdú, 2005; Ferreira, 2007).

La construcción del conocimiento estaría dada entonces no por una realidad natural externa e independiente por descubrir, sino, por la relación descriptiva que existe entre quienes pretenden explicarla desde sus disciplinas respectivas. No obstante, ocurre que esta construcción no se hace de manera antojadiza, pues debe tributar a los estándares científicos ya mencionados con anterioridad, siendo necesario que haya correspondencia entre los instrumentos para describirla, interpretarla y explorarla, y la supuesta naturaleza de la misma (Knorr – Cetina, 2005). Comprendiendo que no existe una realidad fija ni absoluta a la hora de ser objetivable, sucede que distintos/as investigadores/as dentro de una misma disciplina pueden describir y explicar un fenómeno de distintas formas, y teorizar a partir de él, hallándoles múltiples sentidos y formas a una misma “realidad”. Lo anterior no es algo inusual en las ciencias sociales, donde con frecuencia se suscitan diversos debates a raíz de esta ramificación explicativa ante un mismo fenómeno (Latour, 2003; Knorr – Cetina, 2005), y cuando este impasse intradisciplinar alcanza mayores escalas de incertidumbre y masividad dentro de la comunidad científica, se le denomina como “Controversia Científica”, donde las partes en debate exponen sus argumentos en base al sustento teórico y práctico derivados de la evidencia del fenómeno que les convoca (Latour, 2003; Knorr – Cetina, 2005; Vallverdú, 2005). Son en su forma instancias sociales específicas dentro de la comunidad científica en la que se interpelarían discursos y posturas humanas y disciplinares ante una temática por dilucidar, y no sólo una discusión de contenido teórico inhumano en el cual quienes debaten sólo son portavoces de un conocimiento que ellos defienden por su naturaleza verídica supuestamente irrefutable (Latour, 2003; Knorr – Cetina, 2005, Vallverdú, 2005).

Estos problemas interdisciplinarios se han visto disminuidos por la falta de dinamismo de las mismas investigaciones en este campo, prefiriendo tanto sociólogos como psicólogos enfocarse en temas de otros intereses. La antropología sigue siendo de las pocas ciencias sociales que aún se enfocan en las religiones, en especial por su dedicado interés en los fenómenos culturales.

Finalmente, el siguiente trabajo busca hacer un recorrido a través de la Sociología de la Religión, en busca de una propuesta de investigación que permite profundizar los alcances de la Sociología de la Religión, tomando en cuenta la necesidad de innovación teórica de la disciplina, además de la realidad nacional actual.

Se seguirá una estrategia de discusión y revisión bibliográfica. Al final de trabajo se describirá brevemente una propuesta de investigación, profundizando en algunos conceptos y proponiendo metodologías atingentes para dicha investigación.

Desarrollo

Sociología de la Religión centrada en la estructura.

Para comenzar nuestro análisis de las Corrientes de la Sociología de la Religión centradas en la estructura, tenemos a Feuerbach, filósofo también inspirador de Marx. Él considera “el culto como reflejo de las cualidades humanas”. (Cipriani, 1997)

Para Feuerbach, Dios sería sólo una proyección del hombre en un sentido antropológico, distinto de la teología, el cual coloca a Dios fura de la realidad. El culto sería un reflejo de las cualidades humanas. Así, el hombre proyecta una figura divina basada en sus propias características y se dice creado y dominado por este (38). La teoría de Feuerbach conduce a una autointerpretación humana del hecho religioso, que lleva a una antropología materialista desmitologizante, humanizadora de Dios. “Para Feuerbach el hombre no es a imagen de Dios, sino que es este último el que resulta una sombra proyectada por el hombre mismo que se ‘autoaliena’”. (Cipriani, 1997)

Por otro lado, Marx, la religión responde, en cuanto a sistema de idas, a los intereses de la clase dominante y explotadora. Por lo tanto, la religión es una ilusión que opera en orden de coopera con la burguesía y el capital (Cipriani, 1997). La religión “es por tanto el “opio del pueblo” y es “explotación de clase”. Aunque también puede ser “sabiduría del otro mundo”, en cuanto a una forma de saber que también está privada de libertad y racionalidad.” Para Marx “Los mismos elementos que se refieren a la divinidad son el fruto de una construcción social de la realidad: “este Estado, esta sociedad, producen la religión una conciencia invertida del mundo, justamente porque son un mundo al revés”” (Cipriani, 1997). En este mundo al revés, “la religión no es el resultado de los deseos no alcanzados aunque siempre soñados por el hombre, nace como producto de la inversión total en que se encuentra la sociedad”” (Cipriani, 1997).

Desde la otra cuadra, Comte inició los estudios sociológicos en general, y para él la religión tenía un papel especial. Punto aparte de su escala triple de la

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