Los distintos sentidos de “lo que es”

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Dice Aristóteles:

La expresión “lo que es” se dice en muchos sentidos, según distinguimos ya con anterioridad en el tratado Acerca de cuantos sentidos (i. e. el libro V de la Metafísica). De una parte, en efecto, significa el qué-es y algo determinado (i. e. la entidad en cuanto sujeto determinado esencialmente) y, de otra parte, la cualidad, la cantidad o cualquier otra de las cosas que se predican de este modo. Pues bien, si “lo que es” se dice tal en todos estos sentidos, es evidente que lo que es primero de ellos, es el qué-es referido a la entidad (τὸ τί ἐστιν, ὅπερ σημαίνει τὴν οὐσίαν) […] mientras que las demás se denominan “cosas que son” porque son cantidades o cualidades o afecciones o alguna otra determinación de lo que es en el sentido señalado (VII 1, 1028a 10-20).

Queda claro, por tanto, por qué el sentido primero de “lo que es” corresponde a la entidad: porque todos los demás sentidos no son otra cosa que determinaciones de la entidad, a la cual se refieren en todos los casos y sin la cual éstos carecerían de sentido. La razón es que lo que expresan estas categorías son accidentes de la entidad, y, por tanto, no son existentes por sí mismos, sino que dependen de ésta para existir, en cuanto que son determinaciones suyas. Eso implica que lo que primeramente es, lo que constituye el qué-es de cada cosa, sea sólo la entidad, frente a lo que sólo es en cuanto le ocurre o afecta accidentalmente a ésta (VII 1, 1028a 22-31). O dicho de otro modo, cuando decimos de algo simplemente que “es”, nos estamos refiriendo siempre a su entidad, mientras que cuando decimos de algo que “es algo”, aludimos a sus determinaciones accidentales, es decir, a su cualidad, cantidad, localización, situación, etc. Como para decir de algo que “es algo” hemos de admitir previamente que “es”, obviamente “el ser de algo”, la entidad, será previa a cualquier predicación que se le haga.

Esta primacía de la entidad respecto de sus determinaciones tiene, para Aristóteles, un triple sentido: en cuanto a la noción (λόγῳ), en cuanto al conocimiento (γνώσει) y en cuanto al tiempo (χρόνῳ). Así, la entidad es primera en cuanto a la noción, porque en la noción de cada una de las cosas que se predican de ella está incluida necesariamente la de entidad. Es primera en cuanto al conocimiento, porque sólo conocemos realmente una cosa cuando conocemos qué es esa cosa, es decir, su entidad, más que cuando conocemos la cualidad, la cantidad, el tiempo o el lugar. Y es primera en cuanto al tiempo, porque todas las cosas que se predican de ella requiere que ella se dé previamente como existente.

Como consecuencia de esta triple primacía de la entidad, que es lógica, epistemológica y ontológica, Aristóteles concluye que la pregunta por “lo que es” viene a identificarse con la pregunta por la entidad, y, por tanto, el objeto de estudio de la ciencia buscada será primeramente la entidad, es decir, el “qué-es” de las cosas (VII 1, 1028b 2-7).

A este estudio dedica Aristóteles el resto del libro VII y el VIII.

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