Quien se ha llevado mi queso.

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Los liliputienses no podían creer lo que estaba ocurriendo ¿Cómo podía haber sucedido una cosa así? Nadie les había advertido de nada. No era justo se suponían que las cosas no debían ser así. ¿Por qué me han hecho esto?¿Que esta pasando aquí? Dijo Hem; Haw miro a su alrededor y dijo: y a propósito donde están Fisgon y Escurridizo?¿Crees que ellos sepan algo que nosotros no sepamos?

>Haw: las cosas están cambiando aquí Hem. Quizás también tengamos que cambiar nosotros y actuar de modo diferente. ¿Y porque íbamos a tener que cambiar? Replico Hem – somos liliputienses. Somos seres especiales. Este tipo de cosas no deberían habernos ocurrido a nosotros y, si nos ha sucedido, tendríamos que sacarle al menos algún beneficio; Porque tenemos derecho a ello, pues no fuimos nosotros los causantes de este problema.

Mientras que Hem y Haw seguían tratando de decidir qué hacer, Fisgon y Escurridizo ha hacía tiempo que se habían puesto patas a la obra. No pensaban en ninguna otra cosa que no fuera encontrar Queso Nuevo, finalmente llegaron a una zona del laberinto que nunca habían estado con anterioridad, el depósito de Queso N. lanzaron gritos de alegría. Habían buscado lo que estaban buscando: una gran reserva de Queso Nuevo.

Mientras tanto Hem y Haw seguían en el depósito de Queso Q, evaluando la situación. Rehusándose a cambiar junto con el queso.

Análisis

Muchas veces solemos actuar como Hem y Haw creemos que ya hemos conseguido todo lo necesario para ser felices o para poder sobrevivir en la vida, nos sentimos tan seguros de lo que tenemos que no nos percatamos de los cambios, oh simplemente no nos preparamos para los cambios futuros, pues creemos que las cosas siempre van a ser así, que siempre vamos a tener a la mano lo que necesitamos.

Con nuestros trabajos por ejemplo, estamos tan acostumbrados a hacer siempre lo mismo que cuando nos toca dejarlo sentimos que el mundo se nos viene encima, que no podemos hacer nada más, que si no es haciendo lo mismo no podemos trabajar. Oh cuando nos cambiamos del lugar donde vivimos, del colegio, de religión etc. Sentimos que no vamos a encajar, que eso no es lo de nosotros. Que la vida no es justa por habernos hecho cambiar de esa forma.

Pero las cosas no deberían de ser así, por el contrario deberíamos ser como Fisgón y Escurridizo en vez de asustarnos por los cambios ya deberíamos de estar preparados para ellos.

Tenemos que ver estos cambios como una nueva oportunidad “un nuevo queso”, vencer el miedo y aventurarnos en el laberinto de la vida día a día. Solo así podemos encontrar nuevamente nuestro queso.

Tenemos que tener presente que si no cambiamos junto con el queso nos podemos extinguir. Olfatear el queso con frecuencia para saber cuando comienza a enmohecerse y los cambios no nos agarren desprevenidos.

Es muy importante que siempre recordemos:

- Es más seguro buscar en el laberinto que permanecer en una situación sin queso.

- Observar pronto los pequeños cambios te ayuda a adaptarte a los grandes cambios por vivir.

- El cambio ocurre, prepárate para cambiar con rapidez y para disfrutarlo una y otra vez; El queso no cesa de moverse.

- Adáptate al cambio con rapidez; Cuanto más rápidamente te olvides del queso viejo, antes podrás disfrutar del queso nuevo.

Dejemos el temor, dejemos de ser como Hem y Haw y seamos mas como Fisgón y Escurridizo aventurémonos en el laberinto y disfrutemos de los cambios, no nos aferremos a lo viejo. Quitémonos el miedo, y seamos capaces de detectar cuando estén ocurriendo los cambios.

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