Abogados tinterillos y huizacheros en el mexico del siglo XIX

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Ahora bien aquí es donde se le solicita a José Guadalupe Perdigón que volviera a su labor de abogado para defender a los pobres y desamparados, teniendo este que ser desterrado por órdenes de ministro de guerra y Justicia, donde no pudo ejercer su profesión como abogado y en ese momento consiguió un letrado para seguir de abogado.

PERSECUCIÓN Y CONTROL DE LOS VOCEROS EN LOS CONFLICTOS SOCIALES EN JALISCO Y MICHOACÁN.

Existía una tremenda pelea entre los indígenas con el gobierno, esto debido a que no existía la confianza suficiente para que acercarse, es entonces cuando piden ayuda a los abogados para que estos ejercieran un control único, este control fue determinado para que los tinterillos perdieran totalmente el número de seguidores indígenas y que estos perdieran su fuerza con la que laboraban a base de mentiras.

El mayor problema que se pudiera presentar entre los indígenas con el gobierno era la repartición de tierras, es aquí cuando se veía la inconformidad por parte de estos y se temía una guerra de castas la cual los desfavorecía.

Los Tinterillos a pesar de ser buscados y de las diversas leyes que les eran presentados para que existirá algún tipo de arresto, estos tenían comprados a muchos funcionarios los cuales siempre los mantenían informados de todas las actividades que eran de sus propios intereses, al darse cuenta de estos se implementó nombrar a personas que eran de respeto, responsables, ya que en esos momentos se debía ejercer un control total sobre los pueblos indígenas.

Es aquí cuando se nombra a un indígena el cual trataría de regular los problema que había entre los mismos indígenas ya que no se vio mayor solución, de esta manera se le asignó un sueldo de dos mil pesos al año, más que nada se trataba de que los indios al hacerse la repartición de tierras este mantuviera a las diversas comunidades tranquilas es aquí cuando se buscaba que de manera pacífica existieran todas las resoluciones.

El papel desempeñado por los indígenas, era simplemente de dar asesoramiento a los pueblos indígenas, pero también se les facultaba para que observaran todo tipo de situaciones las cuales fueran sospechosas, ahora bien tenían íntegramente prohibido todo tipo de regalos ya que se presumía que era una forma de extorción, presentaban sus observaciones al gobierno.

Este tipo de registros era tomado en cuenta para que el gobierno se diera cuenta de los diversos pueblos donde no existía la legalidad y que mejor forma de llevarlos acabo que mediante los indios.

A pesar de las diversas ayudas y de las estrategias para terminar con las continuas peleas en el aspecto legal con los mismos indígenas, se hizo presente que debía existir gente a cargo por cada determinado número de indios que en este caso el número era de un funcionario por cada 200 personas.

Al ser derrotado Maximiliano, se dio un cambio total entre los pueblos ya que el nuevo gobierno los dejo prácticamente sin protección y aunque sabían que existían los grupos vulnerables estos dieron por hecho que se les diera una ayuda pero solo a los indígenas que presentaran todos y cada uno de sus papeles para sus tierras, fue aquí cuando se fundó la ley agraria.

INTRUSOS Y AGITADORES

El 11 de septiembre de 1867 llamo “agentes intrusos” a quienes sin tener título de abogado, de agente de negocios o corredor autorizado ejercieran como representantes de otros en los juzgados y oficinas públicas o tuvieron, aunque fuera por endoso de documentos, tres o más negocios en los tribunales. Se actualizaba así, con medidas más precisas y operantes.

El imperio de Maximiliano llego a un punto de mostrarse inflexible con los tinterillos y huizacheros a tal grado que en 1868 hizo que se fijaran los juzgados una lista con 45 nombres de personas para descalificarlos y orientar a sus contrincantes, y que estos conforme a la ley, podían impugnar lo actuado por los tribunales titulados.

A pesar de las medidas tomadas los tinterillos y huizacheros tenían demasiado respaldo por parte del pueblo indígena y podían seguir con sus conflictos que tenían con los abogados de esa época.

Manuel Escalante pidió amparo el 29 de octubre de 1880 ante el juez del distrito de Tlaxcala, contra actos de los tribunales del estado, que les procesaba por ejercer sin título la profesión de abogado. Como fundamento de su demanda alego que había sido ya amparado por la corte de 1878 en causa igual y pretendió que no estaba sujeto a las leyes locales que castigaban a los llamados tinterillos. El juez de distrito concedió el amparo. La suprema corte reviso este fallo en la audiencia del 1 de agosto de 1881.

Y en ella Vallarta pronuncio su voto fundamentado con razones estrictas por el máximo tribunal debía generar el amparo, tal y como se determinó, finalmente en la sentencia.

Las razones de Vallarta fueron, en sustancia, la facultad de los estados de la república para exigir título a quienes ejercieran ciertas profesiones, de acuerdo a los artículos 3 y 117 de la constitución Federal.

Vallarta fue el principal artífice del juicio de amparo como juicio constitucional, y así se le ha reconocido, pero también fue suya la voz más autorizada que negó a las comunidades indígenas la posibilidad de acudir a ese medio protector. Era pues consecuencia cuando la emprendía con sus más socorridos personeros, los tinterillos o voceros que carecían de título de abogado.

Pero aun los que si tenían título merecieron la repulsa de orden, como aquel, en el que se aceptarían públicamente solo a los personajes de grandes intereses.

CONCLUSIÓN

La primera cuestión que te haces al leer simplemente el título del libro es que son los tinterillos y los huizacheros, cuestión que se resuelve en los primeros párrafos del texto, a mi parecer son como los llamados coyotes que existen hoy en dia aunque en una rama muy diferente del derecho, los tinterillos al principio se enfocaban en todas la ramas del derecho.

Con el avanzar del tiempo la cantidad de asuntos que surgían entre la clases nobles, los indígenas, los mestizos no era suficientes para el numero de abogados que existían, ya que estos dependían mucho de los abogados que tuvieran el grado de estudios correspondientes, cuestión que aprovechaban los tinterillos y huizacheros para crear problemas e inconformidades.

El gobierno de Maximiliano fue aquel que se acercó más a la implementación de leyes para detener a los Titerillos, implementando leyes, las cuales fueron inservibles.

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