La Oficialidad en el Ejército Realista (fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX)

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Si bajamos un grado en la oficialidad nos encontramos con los Tenientes. En tiempos de guerra la edad de los Tenientes del ejército era de 35,5 años. Los de Milicia promediaban los 43 años y los de Línea los 28 años. En cambio en el período de paz los Tenientes tenían entre 25 y 49 años. No hay prácticamente diferencia entre uno y otro, aunque cabe señalar que en la época de la independencia los ascensos se producían con mayor rapidez por el hecho de la operatividad en función de los oficiales dentro del ejército.

En los Subtenientes son mayoritarios los oficiales que poseen entre 25 y 49 años pero al contrario de los altos grados del ejército son más jóvenes numéricamente los que siguen con una edad que va entre los 10 a 24 años. En éste rango de oficialidad tampoco encontramos muchas diferencias por que la edad promedio de los Subtenientes en el ejército realista durante la guerra de independencia es de 33 años. Los de menor edad, como va demostrando la tendencia, se da entre los oficiales de línea con 27 años de promedio, mientras que los de Milicia se sitúan en los 39 años. Vemos que los Tenientes de Línea son más jóvenes que los Subtenientes de Milicia por lo que demuestra un traspié en los ascensos entre las dos líneas del ejército de independencia.

Por último se posicionan los Cadetes. Y éstos son los que tienen menor edad de toda la oficialidad. Entre 10 y 24 años tenían los Cadetes en el ejército de fines del siglo XVIII. Esta clase es escasa en los tiempos de guerra ya que era mayor la necesidad de que los ingresantes al ejército pasaran directo a las filas de combate antes de realizar una formación correspondiente. Dentro de los milicianos el promedio de edad era de 27 años, mayor como en todos los otros rangos de oficialidad en comparación con los de línea que rondaban los 23 años.

Como sintetiza Luqui Lagleyse: “La mayoría de los oficiales realistas, pueden ser considerados jóvenes con la forma de pensar y actuar que ello implica. Quizás ello explique muchas de las características del ejercito”.[3]

OPERATIVIDAD EN EL EJÉRCITO REALISTA

Al acercarnos al final del siglo XVIII el ejército de América tuvo varios cambios principalmente debido a su crecimiento, con la creación de nuevas unidades se produjeron nuevos puestos para los cargos oficiales y, por lo tanto, mayores posibilidades de ascenso, y con mayor rapidez. Ya en el siglo XIX el escenario era otro. Hubo oficiales que lucharon en España a favor de la independencia de la conquista francesa. Otros en América participaron en las guerras contra las sublevaciones de Quito o Cochabamba en 1809[4]. El tiempo va a ser nuestra próxima variable a tener en cuenta dentro de este estudio del ejército de América. Enfocándonos en la duración de la operatividad de los oficiales en los dos periodos históricos electos[5].

En primer lugar vamos a tomar el ejército del siglo XVIII. Si tomamos como punto de partida el año 1740 hasta 1800, vemos una tendencia de incremento en los en los años de servicio de los oficiales jóvenes. Los oficiales que tienen entre 10 y 14 años de servicio en 1740 son 9 y al final del periodo en 1800, ya son 17. Esta misma tendencia la tenemos entre los que tienen de 20 a 29 años de operatividad militar. Sin embargo está tendencia va a cambiar entre los 30 a 39 años de servicio, ya que en un principio eran 18 y llegando a fines del XVIII van a quedar 13. Un ejemplo más claro del rejuvenecimiento del ejército lo podemos tomar de los oficiales que estuvieron entre 40 y 49 años en servicio. En 1740 eran 15, y terminaron siendo 4. Por lo tanto vemos como los que eran más jóvenes incrementaban sus años en el ejército, mientras que los más experimentados paulatinamente se fueron alejando del mismo. Un factor a tener en cuenta es el ingreso de muchos jóvenes, como hemos visto en el análisis de las edades.

Ahora bien, para analizar el siglo XIX vamos a tomar los cargos oficiales como punto de comparación. Entre los capitanes de Línea y de Milicia hay una considerable diferencia. Los primeros tienen una experiencia militar en América de 6 participaciones militares mientras que en España disminuye a 3. Los de Milicia tan solo tuvieron una participación en América. A estos datos los vamos a comparar con el cargo de los subtenientes que eran en su gran mayoría más jóvenes. Entre los de Línea tienen 7 acciones militares en América y en España tienen 2 enfrentamientos. Para las milicias se repite como en los capitanes, tuvieron solo un enfrentamiento en América.

Vemos aquí un punto débil para el ejército realista al momento de defender sus virreinatos ya que el no tener prácticamente experiencia militar hace endeble la lucha contra sus enemigos.

ESTADO CIVIL

Analizaremos el estado civil de los oficiales. Este estudio sociológico nos permite saber el interés de los oficiales en el continente americano además de la guerra, como el de construir una familia. También podemos decir que “el matrimonio de la oficialidad peninsular constituía un camino de ascensión económica mientras que para los criollos el Ejército era un camino de ascensión social”[6].

Empezaremos por los oficiales de más alto grado: los capitanes. En el ejército de fines del siglo XVIII estos oficiales tenían un alto porcentaje de casados. No es de extrañar por su avanzada edad. Para el 1800 la diferencia entre casados y solteros era nula. Pero si seguimos con la línea de tiempo, nos encontramos que los capitanes de Línea eran más los solteros que los casados. Sin embargo, los de Milicia nos demuestran lo contrario con un 66% de casados y un 28% de solteros. Esto nos demuestra que a lo largo del tiempo los oficiales fueron formando familias para echar sus raíces en América.

Bajando el escalafón están los subtenientes. En el primer periodo son mayoritariamente solteros, debido a su corta edad. No implica que todos sean jóvenes, hay varios casos de subtenientes de mayor edad que el promedio como hemos visto cuando analizamos la variable de la edad. Entrándonos en el siglo XIX las cosas se van a revertir, pero no del todo. Los subtenientes de Línea presentan cifras opuestas a las anteriores, el 87% son solteros mientras que el resto son casados. Sin embargo entre los milicianos el 63% tenían familia, un 31% eran solteros y el resto había enviudado. Los milicianos casados en su mayoría son peninsulares por que tenían una edad más avanzada con respecto a los americanos que por su rango eran jóvenes hasta de casarse.

Cabe aclarar con respecto a los oficiales solteros, como explica Luqui Lagleyse: “La mayoría de los oficiales de origen

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