Clases sociales y desigualdad del turismo

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Si bien ya hemos mencionado a los privilegiados en el turismo, también hay que destacar los que no lo son, estos cumplen un papel importante ya que sin su presencia pues no habría el debate del tema.

Este se denomina Turismo Social que está organizado por aquellos sectores sociales con una situación de desventaja o conjunto de relaciones y fenómenos turísticos resultantes de la participación en él de categorías sociales económicamente débiles. Los factores que influyen son: Edad, situación familiar, poder económico, nivel cultural, motivaciones, la salud y el tiempo. Podemos encontrar tres segmentos, uno es el familiar donde se consiguen las vacaciones pagadas aunque esta condición es necesaria, en muchos suficientes. El estado en estos tiempos intenta fomentarlo a través de ciertas actividades como la creación de residencia vacacional para trabajadores, organizar viajes y estancias a precios económicos y facilitar subvenciones y ayudas para el fomento del turismo familiar; el juvenil que también llamado estudiantil o infantil (ya sea según la edad) se centra en viajes para los jóvenes. Puede estar desarrollado tanto por iniciativa pública como privada, se realizan actividades especiales organizadas por especialistas ya sean deportivas, culturales, recreativas y tambien contando con descuentos en medios de transporte y finalmente la tercera edad; tipo de turismo que contribuye a paliar el problema de la estacionalidad; basándose en estancias a precios económicos en temporada baja, viajes lúdicos y culturales y actividades de tiempo libre.

De todo esto nace lo que conocemos como la desigualdad social, resultado de un problema social, según Eduardo López, sociólogo e investigador mexicano; son varias las posibilidades de que tipos de desigualdad están expuestas las personas en una sociedad. En el ámbito del turismo, las “sociedades turísticas”, siguen existiendo “clases” turísticas marcadas por la desigualdad y ancladas en rasgos generales de la estructura social. Ahora en las sociedades modernas se trata de incentivar la igualdad entre todos y evitar las diferencias de clases sociales, pero el turismo hace que esta sea inevitable, debido a que si todo fuera igualdad en este pues ya habría fracasado, recordemos que lo que mueve al turismo es la economía.

Si bien se ha hecho el análisis de sus clases sociales también se debería de sus beneficios, el turismo no solo es provocador de diferencias sociales hay quienes afirman que este también puede ser el generador de una equidad social; constituye efectivamente una opción real para un desarrollo socio-económico sustentable y con inclusión social, las ONGs y agencias de cooperación deben actuar mancomunadamente entre ellas, con los gobiernos y con las comunidades locales, con el fin de concatenar sus esfuerzos en torno a un proyecto común, con una estrategia de desarrollo turístico común, unas políticas de comercialización y promoción turística comunes y coherentes, todo ello con el fin de lograr las sinergias necesarias para lograr un verdadero impacto reductor de pobreza.

En conclusión podemos decir que el turismo efectivamente es una actividad que con el pasar de los años seguirá creciendo y acrecentándose, de alguna u otra forma genera desigualdad pero también puede ser generadora del contrario, es algo que se puede denominar complicado, su crecimiento depende del trabajo conjunto con las organizaciones encargadas y obviamente el de unos mismo.