Dictadura en Argentina y Madres de la Plaza de Mayo.

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de personas detenidas que luego serían desaparecidas aumentó de manera exponencial conforme cobraba fuerza la Junta Militar de Videla desde 1976. Cuando se daban las detenciones, un grupo de personas armadas entraba a una casa y secuestraban a las personas, diciéndole a sus familiares, en muchos casos, que al día siguiente podrían recogerles, pero la realidad sería otra: no aparecerían jamás y en muchos casos, la gente de Argentina se quedaría solamente con el rostro de alguien en el recuerdo.

Asimismo, había quienes eran secuestrados mientras transitaban por la vía pública o mientras conducían sus vehículos. Después de la sustracción de personas, el régimen negaba rotundamente las detenciones y la desaparición, la policía no daba respuestas a quienes buscaban a sus hijas y a sus hijos en las diversas comisarías y ahí mismo surgió, poco a poco, la resistencia. Una búsqueda incansable de la verdad sobre el destino de sus hijxs en un contexto de terror llevaría a la conformación de un colectivo de madres y familiares vigente hasta la actualidad.

Las Madres de la Plaza de Mayo

“No teníamos la sensación de peligro, era jugarse todos los minutos de la vida porque teníamos dentro del cuerpo algo que nos empujaba a que no podemos parar.”

Juana de Pargament, Asociación Madres de la Plaza de Mayo

“No puedo pensarlos con los años que tendrían hoy en día. Los pienso como eran cuando se los llevaron. María Marta, César están siempre en la memoria. Ella con 23 años y él con 26. No puedo cambiar eso”

Marta Ocampo de Vásquez, Madres de la Plaza de Mayo, línea fundadora

14 mujeres, madres de desaparecidxs protestaron en silencio el sábado 30 de abril del año 1977, en la Plaza de Mayo. Los comercios alrededor estaban vacíos, no era un día laboral y las calles estaban desiertas. Querían que la gente las viera, que se preguntaran quiénes eran. El siguiente jueves, día laboral, las 14 mujeres volvieron a juntarse en la Plaza de Mayo, casi todas amas de casa, en silencio.

Cada jueves se reunían en la plaza para caminar. Cuentan las fundadoras que, debido al Estado de sitio, la policía constantemente les pedía que no se quedaran paradas, que circularan y fue así como las caminatas semanales comenzaron. Narran que cada vez conocían más mujeres cuyxs hijxs estaban desaparecidxs, llegaban a la plaza y caminaban hombro con hombro. Con miedo al rechazo del pueblo argentino, la organización al interior del colectivo de madres se daba día con día y se aprendía con cada experiencia y en cada momento.

Imagen 2 Madres de la Plaza de Mayo Autor desconocido. Fuente: http://www.elortiba.org/myapm.html

Una de las acciones era ir recolectando los nombres de las personas desaparecidas cada vez que una nueva persona de integraba y así pedir una audiencia con Videla y encontrar respuestas. Éste se negó rotundamente a encontrarse con las madres, sin embargo, fue Albano Harguindeguy, ministro del interior, quien accedió a reunirse con ellas. Durante la audiencia, Harguindeguy reconoce a una de las tres madres que aceptó ver y le pregunta, de manera cínica, si todavía no aparece su hija y que si está segura de que ésta no ejerce prostitución en otro país. Insultadas, las madres sabían que la Junta Militar sólo les daría negativas conforme a sus hijxs y que las acciones debían encaminarse de diferente manera.

Azucena Villaflor, una de las 14 madres que caminaron en la plaza por primera vez, fue desaparecida el 10 de diciembre de 1977 dos días después de que un grupo armado secuestrara a cinco personas en la Iglesia de Santa Cruz. Se pretendía, con el secuestro, impedir la publicación del listado de personas desaparecidas en un periódico local junto con la exigencia de aparición con vida y de justicia y castigo a los responsables. La publicación se llevó a cabo y Azucena fue reprimida la noche de ese día. Su hijo y la compañera de éste fueron secuestradxs en noviembre de 1976. Los restos de Azucena, después de haber sido exhumados y reconocidos como de ella en 2003 fueron incinerados y depositados al pie de la Plaza de Mayo.

Después de la desaparición de Azucena el miedo de las madres aumentó, la policía cercaba la plaza y muchas de las madres que regularmente caminaban por la plaza ya no se presentaban o se quedaban en las afueras de ésta solamente mirando a las demás. La amenaza que resultaba ser Azucena para el régimen y la forma de acallarla rindieron frutos para la dictadura: las madres de la Plaza de Mayo tenían miedo al mismo destino que sus hijxs, pero sabían que esto les traería también un impulso hacia conocer la verdad.

Imagen 3 Ronda de Madres de la Plaza de Mayo. Autor desconocido. Fuente: http://ajblomasdezamora.org.ar/a-40-anos-del-golpe-nunca-mas/

Para 1978, las madres llevaban muchos jueves de rodear la plaza de dos en dos y con la llegada de Jimmy Carter al poder estadounidense y la fuerte campaña en pro de los derechos humanos que EUA implementaba, decidieron hallar la forma de viajar a Washington y Nueva York para ser escuchadas. Casi un año y medio después de la primera ronda a la plaza las madres realizan su primer viaje y se encuentran en las Naciones Unidas hablando sobre desaparición forzada en Argentina y crímenes de Estado.

El segundo viaje fue a Roma, debido a que el Papa Juan Pablo II tomaba posesión. Decidieron pedir una entrevista con él para explicarle lo que pasaba en Argentina sin embargo se negó a recibirlas. El presidente socialista italiano, Sandro Pertini, las recibió y escuchó la problemática, negándose rotundamente a recibir a Videla. Esta visita atrajo la mirada internacional de la prensa hacia las madres de la Plaza de Mayo, así como diversas muestras de solidaridad por parte de diferentes grupos y colectivos de personas.

Gracias a la fuerte recepción internacional que obtuvo el caso de las madres de la Plaza de Mayo durante los primeros viajes que éstas realizaron, la Junta Militar planeaba estrategias de contención de las madres, al considerarles una amenaza más fuerte. De 1978 a 1981 la policía cercó la Plaza de Mayo impidiéndoles el paso, pero las madres no dejaron de marchar, buscaron más plazas en las que pudieran realizar la ronda de cada jueves y eventualmente la policía removería el cerco. Videla después anunciaría que lxs desaparecidxs están muertxs, a lo que las madres resistirían. No aceptaron el discurso y cambiaron la consigna: ¡aparición con vida!

A pesar de que la población argentina comenzaba a apoyar a las madres de la Plaza de