EL VALOR DE LAS COLECCIONES BIOLÓGICAS

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Las colecciones han contribuido con las causas de la conservación de la biodiversidad de muchas formas. Por ejemplo, los especímenes en una colección pueden ser reanalizados cuantas veces sea necesario, ayudando a conservar la bio- diversidad al no tener que obtener un ilimitado número del mismo tipo de espécimen, al mismo tiempo que se minimizan los costos de operación y una mayor eficiencia en los trabajos de campo (Suárez y Tsutsi, 2004).Por otra parte, las colecciones han permitido detectar cambios en la demografía de las poblaciones; de hecho, la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas (CITES)requiere en sus regulaciones del apoyo de la información depositada en las colecciones sobre cambios en las abundancias de las poblaciones o en sus rangos de distribución (Stuebing,1998).

Una amplia variedad de grupos taxonómicos enfrentan serios problemas de conservación a causa de diferentes actividades humanas, por lo que las colecciones biológicas cobran una relevancia nueva en torno a estas circunstancias, ya que sus bases de datos apoyan diferentes aspectos relacionados a la bioinformática y estrategias de conservación (Greene y Losos, 1988;McCarthy, 1998; Shaffer et al.,1998).A pesar de que existe una falacia por parte de los ambientalistas o defensores de los derechos animales sobre el posible impacto negativo de las colecciones con fines de investigación sobre las poblaciones silvestres, la evidencia indica que éste es trivial en comparación con cualquier otro tipo de efecto antrópico. Por ejemplo, de los aproximadamente 62 millones de aves que mueren cada año por causas humanas en los Estados Unidos,61,5 % se relaciona a caza deportiva, de subsistencia o comercial,32 %a causa de choques con objetos hechos por el hombre y sólo 0,01 %por colecciones científicas (Greene y Losos,1988).

¿Por qué es fundamental incentivar el crecimiento de las colecciones de referencia en el ámbito mundial y en particular en Colombia? Primero, porque sabemos muy poco sobre la magnitud de la diversidad biológica; sólo aproximadamente 1.700.000 especies han sido descritas, a pesar de que se estima que pueden existir más de 15 millones y que aproximadamente 15.000 nuevas especies son descritas anualmente (Stork, 2004).Aunque es posible que la tarea de describir todas estas formas sea imposible, dada las tasas actuales de extinción, las limitaciones en términos del número de especialistas y de presupuesto para alcanzar dicha meta y la necesidad de establecer prioridades de conservación (Ricklefs, 1986),muchos investigadores consideran que nuestra capacidad de responder a preguntas fundamentales en los campos evolutivo, ecológico, genético-molecular, morfométrico, biogeográfico, bioquímico, etc. está fuertemente limitada, dada la pequeña muestra que tenemos de la variedad de las especies vivientes; y por otra parte, sólo a partir de nuestra capacidad de identificar adecuadamente las especies, podremos acercarnos a entender su valor intrínseco, ecológico-evolutivo y su posible valor potencial (Greene Losos,1988;Wilson,1986,1997,2003). Infortunadamente, a pesar de la importancia de los taxónomos y sistemáticos para cumplir estos cometidos, la preparación de profesionales en este campo en el ámbito mundial ha decrecido abruptamente (Wilson,1989;Noss,1996). Segundo, porque son fuente primaria de desarrollo científico.

No es casual que los países con las colecciones de diversidad más importantes como los Estados Unidos, el Reino Unido y Australia, entre otros, posean el mayor cuerpo de establecimientos de investigación científica y la mayor productividad intelectual y educativa. De hecho, las contribuciones magnánimas a la historia natural y sistemática durante los dos siglos pasados realizadas por pensadores como Richard Owen, Charles Darwin, Alfred Wallace, H.B.S. Haldane y Ernst Mayer fueron inspiradas por el estudio de especímenes almacenados en colecciones de referencia. La carencia en Colombia de profesionales especializados y la falta de apoyo a las colecciones de historia natural, explican en parte nuestra ignorancia sobre la riqueza de su biota, de las dinámicas que la originaron, su biología básica, su distribución, el estatus de amenaza que ésta enfrenta y el potencial de uso que de ella puede derivarse.

Vivian P.Páez

Profesora,

Instituto de Biología,

Universidad de Antioquia

A.A.1226,Medellín (Antioquia),Colombia

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