ESTADO, NACIÓN E IDENTIDAD
Enviado por Rebecca • 26 de Junio de 2018 • 2.244 Palabras (9 Páginas) • 267 Visitas
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Otros escritores importantes son Fernando de Rojas con La Celestina, El Lazarillo de Tormes “anónimo”, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, con su poesía mística. En el teatro se destacaron Juan de Timoneda, Tirso de Molina “El condenado por desconfiado”, Luis Vélez de Guevara “El diablo cojuelo y Reinar después de morir”, etc. En el Barroco del siglo XVII se destacaron en el teatro, Lope de Vega “El Caballero de Olmedo, Fuenteovejuna”, Calderón de la Barca “La vida es sueño, El gran teatro del mundo”.
En la novela se destacaron Francisco de Quevedo “La vida del Buscón”, Baltasar Gracián “El Criticón”, Luis de Góngora “La Fábula de Polifemo y Galatea”.Pero ese siglo de oro tuvo también sus sombras especialmente en el aspecto económico por la dificultad de dirigir y mantener un imperio tan grande ya que tuvo que pasar por alguna bancarrota en tiempos de Felipe IV por las malas administraciones de los últimos reyes de Asturias que dedicados a cacerías y fiestas palaciegas dejaron la administración de su reino en manos de "validos” que se preocupaban más del medro personal que del bienestar de los pueblos, que pasaban hambre y necesidades ya que el oro que venía de América no se quedaba en España sino que se destinaba a mantener a los "tercios españoles" en distintas guerras en Europa .
Balance de la crisis global y su impacto en América Latina
“A un poco más de tres años del epicentro de la crisis global capitalista se puede intentar hacer un balance de su origen, desenvolvimiento reciente y su impacto en América Latina”.
Una primera idea nos remite a confirmar que la crisis se originó en un crack de la acumulación de capital en el sector financiero estadounidense. La burbuja Hipotecaria que se "pincha" en 2007 era una derivación de una gigantesca y grotesca especulación de la llamada "industria financiera" que desde la década de los años ochenta del siglo pasado, y sin prácticamente ninguna regulación estatal, optó por la ganancia fácil y rápida que pronto quitaría espacio a la acumulación en el sector real de la economía.
De hecho el sistema financiero en Estados Unidos se multiplicó por 3,3 veces a lo que era luego de la segunda guerra mundial.
En el año 2007 las finanzas representaban el 30% de las ganancias de las corporaciones capitalistas, muy superior al 17% de la década de los ochenta. Todo ello reforzaba la tendencia en la estructura del PIB en EEUU a favor de los servicios generados, en detrimento de los bienes producidos; brecha que alcanzaba su máximo en 2007 al registrar un 70% para los primeros y, 30% para los bienes.
En el año 1988 el premio Nobel de Economía Maurice Allais advertía a tiempo que la economía estadounidense "parece haberse abandonado a una especie de delirio financiero especulativo, donde aparecen ganancias enormes sin fundamento real, cuyos efectos desmoralizadores realmente se subestiman" ("Capitalismo contra Capitalismo", Michel Albert, Pág. 69).
Se correspondía esa apreciación con el dominio en el campo de la política económica mundial del pensamiento neoliberal, cuya expresión principal la daba la corriente conservadora contra la intervención estatal en la voz y acción de Margaret Thatcher y Ronald Reagan.
El capitalismo financiero titularizó todo tipo de activos y flujo de caja sin regulación alguna, creando papeles, títulos complejos, diversos, no transparentes, con subyacentes extremadamente riesgosos que apostaban al oro, petróleo, otras materias primas y las deudas soberanas de países como Ecuador, Argentina, Brasil y México. Así fue como se atrevieron a titularizar las hipotecas de bajo y alto riesgo en productos o "derivados" financieros. Se estima que 15 millones de créditos hipotecarios los convirtieron en títulos. Al estallar la burbuja hipotecaria en 2008 la banca e instituciones de inversión norteamericana se encontraron que por lo menos 10 millones de esos créditos eran incobrables. A nivel planetario la burbuja se estimó en 8 billones de dólares.
En mayo de este año 2011 el señor Gary Gensler, Presidente de la Comisión que Regula las Transacciones a Futuro de los Commodities, (CFTC por su siglas en inglés) al comparecer ante una Comisión del Congreso de los EEUU, admitió que el total de los derivados financieros en el mundo desarrollado se acercaba a la astronómica cifra de 300 billones de dólares.
¿Quién podría tener una duda sobre la naturaleza especulativa que adquiere y profundiza el capitalismo mundial?
Una segunda aproximación se hace cada día más evidente: La crisis se mantiene, se enquista. Conocido es, que la crisis de la burbuja hipotecaria, impactando a la banca de inversión y de crédito, generó una drástica caída de la oferta de crédito que afectó el nivel de consumo de las familias y de la inversión en el sector industrial y agrícola.
La recesión se hizo presente más rápidamente de lo esperado. En 2011 el crecimiento global se mantiene débil, el desempleo continua alto, el crédito no se recupera, la crisis en Europa por la deuda de varios de sus países amenaza el euro y hace suponer una nueva recesión mundial en 2012. Es mal augurio que la política monetaria está agotada, incapaz de estimular la economía real y el que acudan a la austeridad (política fiscal) agrava las expectativas ya que un gasto público en caída, en las actuales circunstancias de Europa, ayudará a una mayor desaceleración de la economía y elevación del desempleo.
Un tercer componente se refiere a lo humano. Las crisis del capitalismo son ruinosas para la sociedad en su conjunto, no sólo por lo que se deja de producir pudiendo producirlo, por el capital que se destruye; también por el devastador impacto social en la familia de los trabajadores y trabajadoras.
Cerca de 17,5 millones de trabajadores europeos y 14 millones de trabajadores estadounidenses en situación de desempleo abierto, son un drama social. Más de dos millones de familias que han perdido sus viviendas alientan una situación inédita en la primera potencia del planeta. Cerca de 50 millones de sus habitantes, 15% de su población, se les puede considerar en situación de pobreza.
En tal sentido no debe sorprendernos que las tensiones sociales se agraven en el mundo capitalista desarrollado. Seremos testigos del despertar del movimiento de los trabajadores europeos. La juventud con desempleo abierto afectándole en el orden del 40%, liderará las protestas, seguirán indignados. La segunda y esta tercera idea apuntan a que la turbulencia, incertidumbre y volatilidad
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