ESTADOS UNIDOS Y AMÉRICA LATINA: ¿NUEVO IMPERIALISMO?
Enviado por tomas • 5 de Diciembre de 2018 • 1.239 Palabras (5 Páginas) • 361 Visitas
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Ahora bien, también es importante entender que América Latina tiene múltiples diferenciaciones sociales que no le permiten el consenso de sus prácticas políticas, sociales y económicas; pero, al mismo tiempo, comparte procesos sociopolíticos como región, que dan entrada a la explotación de recursos y al dominio de los Estados que allí, determinando así los preceptos bajo los que crecen nuestras sociedades (Gunder, 1977). Así que, nuestras clases políticas, ideas e instituciones, aunque conjugadas también fueron heredadas, lo que constituye las estructuras históricas (Cox, 2014) que hoy tenemos como países en vía de desarrollo, debido a que las clases políticas tomaron ejemplo de las portuguesas y españolas para cimentar las bases del Estado, las ideas que a través de sistemas económicos nos dieron unas relaciones sociales de producción, y las instituciones débiles de explotación de recursos que fundamentaron las bases económicas de las nacientes repúblicas (Gunder, 1977).
Es de esta manera, que Estados Unidos llegó a ser centro y América Latina, llego a ser su periferia, categorizándose mutuamente en país desarrollado y país subdesarrollado, lo que para Gunder, trae consigo la aceptación de una división de trabajo que sustenta las asimetrías, pues “el subdesarrollo obedece al intercambio desigual” (1969, p. 199), la limitación de las economías latinoamericanas a ser exportadoras, el obedecer al desarrollo de un sistema capitalista que es estructural y creó economías desiguales (1969). Estados Unidos no colonizó a América Latina, pero la subestima y daña por igual, ya que el libre comercio que defiende terminó con la poca industria nacional no competitiva internacionalmente[1], estipuló los intereses de la burguesía, determinó las funciones estatales (Gunder, 1977), dio pasó a la inversión extranjera con intenciones extractivas limitando la industria y a los préstamos exacerbando la deuda externa. Sin embargo, es necesaria también la perspectiva positiva ante el liberalismo que sostiene el documental, porque si bien la intervención estadounidense es negativa, también ha generado agencias de desarrollo, una estabilidad política en los países y una mejora –mínima- en la calidad de vida (2011).
Es decir, la relación entre la región y el país se puede entender también en términos de un sistema imperialista, dado que este es “una estructura de orden mundial que se beneficia del apoyo de una configuración particular de las fuerzas sociales, nacionales y transnacionales, y de los estados en el centro y la periferia” (Cox, 2014, p. 151). Esto, es una definición que coincide con el momento de unipolaridad estadounidense que hubo en el Sistema Internacional. Pero, un imperio implica colonias, y esta relación con el país norteamericano trae consigo un modo de producción, una estructura de clases, unos intereses burgueses, y una política que perpetua el subdesarrollo.
Por todo lo anterior, se puede decir que si bien la subestimación a las economías latinoamericanas está justificada, es necesario hacer claridad sobre cuál es la causa de esa razones que limitan al pleno desarrollo de la región, una de ellas es la hegemonía estadounidense que ha traído consigo la inserción del liberalismo a nuestros países. Aun así, los modelos de liberalización, privatización y capitalización que se impulsan desde Norteamérica han permitido el inicio del desarrollo de las industrias nacionales y la inserción a un sistema económico global; sólo que un buen inicio no implica la necesidad de mantener esos modelos, el reto está en generar los propios para que respondan a nuestros procesos sociopolíticos, y nuestras necesidades económicas.
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