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Ensayo George 1984

Enviado por   •  18 de Noviembre de 2018  •  2.471 Palabras (10 Páginas)  •  318 Visitas

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Hay algo llamado Dos Minutos de Odio, en los que todos son obligados a ver a la telepantalla, y esta comienza a transmitir sonidos horribles junto con la imagen de un hombre llamado Goldstein, junto con imágenes desagradables, para provocar un sentimiento de odio hacia él. El sonido era casi insoportable. Goldstein era un traidor del Partido, quien tenía ideas contrarias a éste, como la verdadera libertad. Esto ocurría a diario. Durante uno de los Dos Minutos de Odio, Winston vio algo en los ojos de O’Brien que le hizo pensar que él también odiaba al Partido. O’Brien era un compañero de trabajo de Winston.

En una administración inteligente deben de haber personas con diferentes pensamientos, siempre dentro del ámbito de los valores y objetivos de la empresa, que deben de ser respetados y escuchados y analizados sin intereses personales o con egoísmo.

En el algún lado, Winston de pronto encuentra un punto ciego de la telepantalla, y se sienta en una esquina. Por primera vez no puede ser observado. Escuchado sí, pero no observado. Luego va a comprar un libro en una tienda llamada “Weeks”, que tenía unas páginas únicas y hermosas que ya no se fabrican. Era un libro antiguo. Comenzó a hacer algo que era sancionado con más de veinte años de trabajos forzados, o, más comúnmente, con la muerte: comenzó un diario de vida allí, secretamente. En él anota sus pensamientos sobre este mundo sin libertad.

Winston continúa escribiendo su diario, cuidando de que no sea visto, y pronto se da cuenta de que lo está escribiendo para O’Brien, aunque sabe que éste nunca lo leerá. Algo le decía que O’Brien era su aliado, aquella mirada.

En el Ministerio de la Verdad, Winston había visto una mujer que parecía ser peligrosa, quizás un agente de la temida Policía del Pensamiento. Un día, la supuesta espía resbala justo cuando se topa con Winston. Él le ayuda a levantarse y hábilmente ella le pasa un papel en la mano, sin que la telepantalla viera. Cuando pudo, Smith vio el papel. Decía “te quiero”. Se trataba de Julia, quien se convierte secretamente en la novia de Winston. De forma discreta acuerdan verse en un escondite que Julia conoce, en un parque. Allí por fin ambos pueden verse a los ojos, conversar tranquilamente y hacer el amor, rodeados por arbustos. Ella era experta en engañar a los demás para ocultar su odio por el Partido, igual que Winston. Ambos aparentan ser parte del Sistema, pero Julia es incluso jefa de la tropa de Espías y pertenece a la Liga Juvenil Anti-Sexo. Decía que es el mejor camuflaje posible. Julia vivía en una pensión, rodeada de mujeres, y trabajaba haciendo mantención a las máquinas escribenovelas del Departamento de Ficción Narrativa, dentro del Ministerio de la Verdad. Ella decía no ser inteligente, pero sí ser hábil con las manos. Julia odiaba la pureza y amaba la corrupción, igual que Winston. Ella ya había tenido sexo con varios del Partido. Le dice a Winston que le gusta por su cara, por la cual ella había reconocido que no era como los otros, que no era “uno de ellos”. Mientras hablaban de cosas del Partido, Winston le comenta que le tiene miedo a la muerte, sin embargo, siguen arriesgándose al comunicarse y juntarse en lugares secretos. Cuando se divisaban en la calle, sólo podían hablar si había suficiente gente para camuflarse, y siempre sin mirarse, apenas moviendo los labios, de forma muy discreta. Cada vez que se juntaban, hacían el amor si podían.

En la tienda en la que Winston había comprado el libro en el cual comenzó su diario, llamada “Weeks”, había conocido al dueño, el señor Charington, quien le había mostrado una habitación en el segundo piso que se veía acogedora, ya que había privacidad, no había telepantalla. Ahora decidió arrendarla para poder juntarse con Julia allí. Hacen el amor allí, en una cama de dos plazas (cosa que era imposible de ver, excepto en algunas casas de proles).

La salud de Winston había mejorado notablemente luego de conocer a Julia: su toz matinal había desaparecido, sus várices en el tobillo se habían reducido muchísimo, dejó de beber Gin de la Victoria, había engordado. La vida le había dejado de ser tan intolerable. Todo gracias a Julia y a la habitación arrendada.

Un día en el trabajo, O’Brien le pasa a Winston la dirección de su casa para hablar sobre el uso de la neolengua. Winston piensa que esto es un pretexto, y que él formaba parte de una organización que conspiraba en contra del Partido. Existían rumores sobre La Hermandad, y con esto, Winston creía que realmente podría existir, que no era un invento de la Policía del Pensamiento. Winston le cuenta a su novia sobre O’Brien, y a ella le parece totalmente normal juzgar a alguien por su mirada, ella lo hacía todo el tiempo. Entonces, ambos (por caminos separados) van al apartamento de O’Brien. En cuanto entran, O’Brien apaga la telepantalla, algo que era imposible para quienes no fueran miembros del Partido Interno. Winston y Julia confiesan estar contra el Partido, y O’Brien les menciona la existencia de La Hermandad. O’Brien les rebela que el líder de la conspiración contra el Partido es Emmanuel Goldstein, sin embargo no se les da mucha información, ya que, en caso de ser atrapados, no tendrían mucho qué confesar. O’Brien les dice a ambos que se les entregará el libro de Goldstein. Esta conversación sólo toma unos minutos, y luego, cuando ya es hora de irse, O’Brien les dice “nos veremos en el lugar donde no hay oscuridad”.

Había una especie de sesión o “fiesta” de odio y repudio colectivo hacia Goldstein y hacia Eurasia, llamada La Semana del Odio. Las personas salían a las calles a gritar de odio y a insultar como animales. Sin embargo, durante La Semana del Odio, se informó en la telepantalla que ahora Oceanía era aliado de Eurasia, y que estaba en guerra con Estasia. Sin embargo nada cambió, la gente allí afuera simplemente destruyó los carteles en contra de Eurasia y siguieron gritando. El odio seguía igual, sólo se había redirigido. Sin embargo, era necesario ahora alterar el pasado para que no haya evidencia de que alguna vez Oceanía estuvo en contra de Eurasia, por lo que Winston junto con todo el Departamento de Registros estaba trabajando mucho más de lo habitual. Winston trabajó gran cantidad de horas en 6 días, quedando totalmente agotado.

A Winston le entregaron secretamente el libro de la Hermandad, que no tenía portada ni contraportada alguna. En la primera página, se anunciaba su título: “TEORÍA Y PRÁCTICA DEL COLECTIVISMO OLIGÁRQUICO”, y el autor era Emmanuel Goldstein. Según aquel libro, estos tres superestados no estaban en guerra por bienes o diferencias ideológicas, ya que todos eran tan extensos

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