GUBERN, MEDIOS ICÓNICOS DE MASAS.
Enviado por Kate • 15 de Diciembre de 2017 • 1.827 Palabras (8 Páginas) • 551 Visitas
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Los primeros tiempos del racionalismo se afirma que un objeto era bello por ser funcional. Hoy, mas que de belleza debemos hablar de coherencia formal y decorativa del objeto , por eso el proyectista debe construir el objeto con la misma naturalidad con la que la naturaleza forma las cosas.
Antes se distinguía entre arte puro y arte aplicado. Hoy el arte esta empezando a ser un oficio, una simple profesión. El proyectista es el artista de un nuevo tiempo que consigue restablecer el contacto entre el arte y el público, porque conoce su oficio y las técnicas adecuadas para resolver los problemas de diseño, que la gente corriente plantea.
WALTER BENJAMIN, LA OBRA DE ARTE EN SU REPRODUCTIBILIDAD TÉCNICA.
Desde un principio, la obra de arte ha sido siempre reproducible, lo que ya había sido hecho por los seres humanos podía siempre ser re-hecho o imitado por otros seres humanos. Hubo por tanto imitaciones desde los primeros momentos del arte. Estas imitaciones las practicaban tanto discípulos para ejercitarse en el arte, como maestros para propagar sus obras, y también terceros con intención de lucro. La reproducción técnica, a diferencia de la imitación, es algo nuevo que se ha impuesto intermitentemente a lo largo de la historia.
La gráfica comenzó a ser reproducible por primera vez con el grabado en madera. La escritura empezaría a ser reproducible un tiempo más tarde gracias a la imprenta. Gracias a la imprenta a la reproducción técnica de la escritura, la literatura sufrirá unas enormes transformaciones. Al grabado en madera se le suman, durante la edad media, el grabado en bronce, sobretodo en cobre, el aguafuerte y a comienzos del siglo XIX la litografía. Gracias a la litografía, por primera vez veían la posibilidad de que sus productos fueran llevados al mercado no sólo en escala masiva como antes, sino en creaciones que se renovaban día a día. La gráfica fue capaz de acompañar a la vida cotidiana, ofreciéndole imitaciones de sí misma. Comenzó a mantener el mismo paso que la imprenta. Pero poco tiempo después la litografía sería superada por la fotografía, con esta, nos olvidamos de la mano en cuanto a la reproducción técnica de imágenes y recurrimos al ojo. “El ojo capta más rápido de lo que la mano dibuja”. Gracias a la fotografía el proceso de reproducción de imágenes se aceleró enormemente, tanto que fue al ritmo que el habla. Se utilizó la fotografía en el cine sonoro. Así como la litografía se usó en la revista ilustrada.
Incluso en la más perfecta de las reproducciones, una cosa queda fuera de ella, que no se puede imitar, el aquí y ahora de una obra de arte, su existencia única en el lugar donde se encuentra. Únicamente la historia que rodea a una obra de arte le acontece solamente a ella, por lo tanto esta será la auténtica obra y por muy bien reproducida que esté, esta será la original, la huella de las primeras sólo puede ser reconocida después de un análisis químico o físico al que una reproducción no puede ser sometida.
Todo el ámbito de la autenticidad escapa a la reproductibilidad técnica. Mientras lo auténtico mantiene su plena autoridad frente a la reproducción manual, a la que por lo regular se califica de falsificación, no puede hacerlo en cambio frente a la reproducción técnica. La reproducción de un original suele hallarse en ubicaciones inalcanzables para el original.
Todas estas imitaciones, desvalorizan el aquí y el ahora de la obra primera. Este aquí y este ahora es el centro de su autenticidad. También en la reproducción de una obra, donde esta obra primera no se encuentra al alcance del público, “el carácter de testimonio histórico se tambalea” puesto que se basa en la primera, y no es la primera.
Ahora hablaremos del aura de una obra de arte. Que sería en lo que se resumen los rasgos de la reproducción de una obra de arte. “Lo que se marchita de la obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica es su aura”.
U.ECO, APOCALÍPTICOS E INTEGRADOS.
La cultura de masas comienza en el momento histórico en que las masas elevan su papel protagonista en la sociedad y comienzan a participar en las cuestiones públicas.
Estas masas, no solo consiguen incrementar su protagonismo en la vida social sino que además crean una ética propia teniendo así sus propias exigencias particulares, su propio lenguaje e incluso han elaborado proposiciones y las han hecho valer en momentos históricos dados. Sin embargo, estas masas que parecen guiarse por sus propias opiniones, imitan en cierto modo la manera de pensar, imaginar o divertirse de las clases “superiores” como la cultura burguesa, mientras que esta clase burguesa simultáneamente no concibe relación alguna con la cultura de las masas. Surge aquí la preocupante paradoja de una cultura para las masas que proviene de arriba en lugar de surgir de abajo.
Este ascenso de las masas a la vida pública tiene una estrecha relación con el área de consumo de las informaciones, esto es, debido a la intensiva ola de mensajes (televisivos, publicitarios, de canales comerciales, etc.) que las masas reciben y que da lugar a que de una manera subconsciente, “imiten”, como se ha dicho con anterioridad, aquello que ven y oyen procedente de la clase “superior”.
No obstante, por pequeños que sean, estos mensajes los reciben las masas de manera constante y como consecuencia, la suma de estos mensajes provoca contradicciones en la civilización y nos incumbe a todos, forjándose así la civilización de las masas.
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