Guerrero, Victoria e Iturbide GUERRERO, VICTORIA E ITURBIDE: LA INDEPENDENCIA ARREBATADA

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Iturbide en su Plan de Iguala mostraba una actitud de profunda veneración hacía la madre patria. Su espíritu conciliatorio se refleja en el color rojo de la bandera trigarante, unión de españoles y criollos por medio de la religión, representada por color blanco, para vivir en armonía en el nuevo país independiente bajo gobierno monárquico, simbolizado por el color verde.

Don Juan O´Donojú, último virrey enviado desde España, al percatarse que prácticamente todas las tropas de México se habían adherido al Plan de Iguala, no vio sentido en resistir, pero tampoco quiso regresar a su patria como un fracasado, se le permitió quedarse en México y disfrutar de una generosa pensión vitalicia, que jamás recibió, pues murió al poco tiempo.

El Acta de Independencia resalta como principal héroe al propio Iturbide.

Cuando ni Fernando VII ni otro príncipe español aceptaron la Corona mexicana, empezaron a seguir candidatos de entre los propios mexicanos. Iturbide se hizo del rogar antes de aceptar el trono, pues al ser proclamado espontáneamente por sus tropas como emperador, rechazó tan alta investidura. Iturbide inauguró la muy mexicana tradición de desconocer las verdaderas ambiciones de poder y esperar a que el pueblo lo solicite. Pero no todos reconocían las dotes militares y políticas de Iturbide, como por ejemplo, Lorenzo de Zavala.

A guerrero se le nombró mariscal de campo, puesto de bajo rango, en tanto que a Nicolás Bravo fue elevado a general brigadier, un grado por debajo de Guerrero, y a Guadalupe Victoria sólo se le reservó un sentido de agradecimiento.

Tiempo después, el desdén de Iturbide por los antiguos insurgentes contribuyó a acelerar su propia caída. Cuando Antonio López de Santa Anna cayó de la gracia del nuevo emperador, que pretendía removerlo de su cargo militar en Veracruz, dirigió el primer golpe de estado de nuestra historia independiente; el país sufrió durante el siglo XIX más de 1000 levantamientos armados, iniciaba la era de inestabilidad; así, de 1821 a 1910, México tuvo 40 jefes de Estado. Iturbide envió en contra de Santa Anna a Antonio Echávarri, pero este se volvió contra su benefactor por orden de una cofradía a la cual recién había ingresado, hecho esto la cofradía premió a Echávarri degradándolo , esto provoco que Iturbide renunciara, pero el Congreso no aceptó su renuncia, sino que lo consideró improcedente en virtud de que declaró “viciada de origen” la elección que el mismo Congreso hiciera del emperador meses atrás.

Exiliado en Italia, el ex emperador jamás recibió la pensión que el gobierno mexicano le prometió. Para el colmo, pesaba la amenaza de ser ejecutado si volvía a pisar el suelo mexicano. Al retornar su patria: Iturbide fue descubierto y prendido; disfrazado, cabalgaba por las calles. Poco después fue fusilado, en 1824, en Padilla, Tamaulipas.

El Congreso lo declaró por unanimidad “el consumador de la Independencia de México”.