Historia de El Salvador.
Enviado por Stella • 6 de Agosto de 2018 • 10.350 Palabras (42 Páginas) • 442 Visitas
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La inversión estadunidense aumento en la década de 1960. Washington anuncio que El Salvador era el modelo de lo que la Alianza para el progreso podía hacer; la mayoría campesina estaba excluida de la economía de mercado el dinero se concentraba en pocas manos, la solución obvia era una reforma agraria que proporcionase al campesino poder para adquirir bienes manufactureros.
El Salvador parecía estar próximo a la realización de su sueño convertirse en la Bélgica centroamericana, pero por cada estadística que mostraba resultados positivos, otro indicaba que aun había problemas graves. Los fundamentos de la modernización eran débiles pero nadie se atrevió a denunciarlos, la agricultura seguía siendo la piedra angular de la economía; las condiciones en el campo empeoraron para los campesinos y trabajadores sin tierra.
La arbitrariedad perturbo las relaciones sociales en la zona rural, la represión favoreció la politización de los campesinos sin tierra y preparo los ánimos para el conflicto (coronel Rivera).
LA DÉCADA DE 1970: EL FIN DEL REFORMISMO.
El malestar general y las protestas de los sindicatos y del magisterio aumentaron; el aumento de protesta social y la intranquilidad en el ejercicio proporcionaron al presidente Sánchez las excusas necesarias para invadir a Honduras el 4 de julio de 1969. En ese año 300 mil salvadoreños habían huido de la nación modelo de la Alianza para el progreso para buscar trabajo y dinero en la vecina Honduras, los hondureños empezaron a expulsar a los inmigrantes, la guerra entre las naciones no duro ni una semana los cuatro días de guerra costaron a El Salvador 20 millones de dólares, el 20 por ciento del presupuesto nacional.
Siguiendo la tradición, el presidente Sánchez escogió como sucesor al coronel Arturo Armando Molina (1972 – 1997) candidato del partido de Conciliación Nacional. Ante el fraude en la elección presidencial Molina tomo posesión presidencial.
El 30 de julio más de 2 mil estudiantes organizaron una manifestación en la capital, pero no pudieron llegar a su destino que era la Plaza Libertad porque la Guardia Nacional los rodeo y abrió fuego dejando 37 muertos y varias decenas de desaparecidos.
EL AGOTAMIENTO DEL MODELO: LA REPRESIÓN.
La llegada al poder del general Carlos H. Romero (1977 - 1979) significo el establecimiento de un proyecto político pero mente represivo, el nuevo gobierno intento dar una buena impresión pero el país fue sacudido por el desquiciamiento y la irracionalidad de las fuerzas sociales.
El Salvador se encontraba nos solo en una situación trágica sino en callejón sin salida. En esta polarización acelerada de fuerzas, los talentos y voluntades de ambos mandos fueron eliminados o silenciados o abandonaron el país cuando más necesarios eran.
EL GOLPE DE ESTADO DE 1,979.
Hasta el 15 de octubre de 1979 la represión se agudizo bajo los principios de la doctrina de la seguridad nacional. La violencia del bloque popular revolucionario no era en principio sangrienta, sino que su objetivo era tomar embajadas, iglesias, organizar manifestaciones, quemar buses y tractores, etc. Los escuadrones de la muerte empezaron a asesinar sistemáticamente a los miembros de las organizaciones populares.
Finalmente el 15 de octubre de 1979 el presidente Romero cayó. El derrocamiento de la dictadura somocista y el colapso de su ejercicio conforman a los militares jóvenes salvadoreños que el cambio había llegado; las masacres de las tres primeras semanas posteriores al 15 de octubre les confirman que la represión seguirá igual.
Las organizaciones populares rechazaron el golpe y su gobierno porque pensaron que estos tendrían lucha popular. Las organizaciones adoptaron una serie de medidas orientadas a desprestigiar el gobierno, su objetivo verdadero seria la represión y la explotación.
A LAS PUERTAS DE LA GUERRA CIVIL.
Un nuevo pacto entre el ejercicio y la democracia cristiana, el propio reformismo de la democracia cristiana sirvió como pretexto para justificar la represión. Las organizaciones populares se unificaron en una coordinadora revolucionaria de masas en la segunda semana de enero de 1980; la primera reacción de la oligarquía fue distinguir el significado verdadero de la unidad popular, presentándola como una declaración de guerra al resto de la sociedad, comenzó a preparar la provocación.
Unas 200 mil personas desfilaron por las calles de san salvador el 22 de enero, la manifestación más grande de la historia de El Salvador, pero esta fue agredida a balazos, después de esta masacre se desato una especie de guerra de exterminio contra las organizaciones populares integrantes de la unidad popular.
La gigantesca ola de represión acelero y radicalizo la hora de la insurrección, la solución del centro solamente sirvió para precipitar el país a la guerra civil.
ANÁLISIS DEL CAPÍTULO I
El levantamiento campesino de 1932 en El Salvador fue una mezcla entre protesta e insurrección que acabó en etnocidio. Tras la llegada de los españoles a territorio salvadoreño, la situación económica y social de los nativos se caracterizó por la constante decadencia de las condiciones de vida, la cual se incrementó en los años próximos a la independencia. Tras la independencia de El Salvador, los gobiernos fueron propiciando la creación de un sistema desigual, el cual dejaba alejadas del progreso a las poblaciones nativas de los territorios del Señorío de Cuscatlán. El Salvador, sumido en una profunda crisis económica por la caída de los precios del café y la crisis de 1929, se enfrentó a una oleada de protestas y rebeliones contra el sistema desigual de tenencia de tierras, que se agudizaron con las reformas presidenciales que despojaban a los campesinos de sus tierras ejidales para darlas a los grandes terratenientes. Los campesinos e indígenas se levantaron contra el gobierno y atacaron instalaciones militares en el occidente del país, coincidiendo con una rebelión organizada por el Partido Comunista Salvadoreño (PCS) tras perder las elecciones que posteriormente acusaron de fraudulentas.
El resultado fue una respuesta militar del gobierno de Maximiliano Hernández Martínez, quien ordenó la ejecución de todo aquel que se alzase contra el régimen. Algunos autores estiman una cifra cercana a los 25.000 fallecidos. Hasta la fecha, se sigue conmemorando los hechos como uno de los episodios más emblemáticos y determinantes en la historia de El Salvador, por sus
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