Ideología Política durante el Porfiriato
Enviado por monto2435 • 2 de Diciembre de 2018 • 3.238 Palabras (13 Páginas) • 462 Visitas
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El régimen de Porfirio Díaz se caracterizó por su gran fuerza militar, también Díaz recuperó y reforzó la coalición entre la clase media y alta. Con las clases altas aplicó la política romana de “divide et impera” que consistía en un sistema mediante el cual algunas ciudades conquistadas se anexaban al imperio y sus habitantes gozaban los privilegios que daba ser ciudadano romano, otras ciudades obtenían su independencia, pero eran despojados de gran parte de su territorio, y otras fueron divididas y colonizadas. Además, si alguna ciudad independiente se mostraba leal y dispuesta a luchar por Roma, entonces podía ganar el derecho a convertirse en parte del imperio. La idea era que Roma ocupase una posición central y las ciudades tuviesen que competir por ganarse el favor romano. Y aplicada por Díaz fue que “destituyó de sus cargos a caciques locales leales a sus predecesores, como el gobernador de Chihuahua, Luis Terrazas, y nombró en su lugar a oponentes de parecida extracción social. Aun así, permitió a los hombres destituidos conservar sus propiedades y extender su influencia económica, siempre que no se rebelaran contra él. Para muchos hacendados la pérdida de poder político quedó más que compensada por la estrategia del presidente de vender las tierras públicas, lo que les proporcionó estupendas oportunidades de enriquecimiento”.[4]
El porfiriato entró en decadencia en la última década del siglo XX y el viraje crucial tuvo lugar en la primera década del siglo XX y tuvo su procedencia de la progresiva incapacidad del régimen de Díaz para mantener el beneplácito entre la clase media y la clase alta. La ruptura más grave entre estos dos grupos se produjo en el momento en el que el descontento popular y la insatisfacción de los Estados Unidos con respecto al régimen de Díaz iban creciendo. Cuando los integrantes de todos estos diferentes grupos y clases unieron fuerzas, estalló la revolución mexicana.
Ideología política durante el porfiriato.- Durante el porfiriato se produjo en México el primer gobierno que concentró sus esfuerzos en atraer el capital extranjero y fortalecer el Estado a tal grado de caer en la represión y ser una dictadura conservadora. La política de Díaz tuvo gran influencia de la política de privilegios que es “la que ocupa de toda preferencia en favorecer el desarrollo de los intereses económicos, y en cuidar de la moralización y buen desempeño de los servicios públicos”[5]. Los cuales eran prestados a las clases dominantes para preservar la paz, paz por la cual se sacrificaba lo que fuese, aunque significara vulnerar al más desprotegido. El sistema político del porfiriato se ponía en servicio de la clase que gozaba de riquezas.
El régimen del porfiriato se vio apoyado por “una intelectualidad nutrida y eficiente que desde hacía tiempo venía postulando ideas y valores acerca de la sociedad mexicana que coincidían por entero con los propósitos políticos del porfirismo”[6].
Este grupo de intelectuales deseaban participar en las decisiones del Estado y de demostrar que el conocimiento debe gobernar sobre la política.
Este grupo de intelectuales formaron un grupo selecto conocido como los positivistas mexicanos entre los cuales destacan personajes como Gabino Barreda el padre del positivismo en México, Porfirio Parra o Justo Sierra, estos positivistas “se empeñaron en demostrar que la historia de México había sido un caos del que surgía la exigencia del orden social; que el motor de la vida social era la evolución indefectible hacia el progreso, y que en un pueblo atrasado como el nuestro no había otra salida para procurar el progreso que la institución de un gobierno fuerte; de tal manera, el porfirismo se presentaba como el punto culminante de las cosas. Ellos prepararon ideológicamente el advenimiento de la dictadura”[7]. Podemos ver de esta manera que en la etapa de preparación de México hacia el positivismo atravesó las tres etapas que Comte propone. Primero pasó por el estado teológico en el cual el clero y la milicia tenía el control sobre las decisiones políticas y sociales que se puede ver claramente con la constitución de 1836 la cual servía a los intereses de la iglesia instaurando el supremo poder conservador, después siguiendo la línea de Comte, México transitó al estado metafísico, el cual viene a destruir el orden del estado teológico, que se hace visible en la época de la lucha entre liberales y conservadores y que termina con la victoria de los liberales con el triunfo del partido de la Reforma. Para finalizar con el estado positivo que fue iniciado por Barrera, que era necesario iniciar un nuevo orden que no estuviera dirigido ni en la voluntad de lo divino ni en la de un caudillo militar. Tampoco era la solución un desorden metafísico, sino que por medio del positivismo se lograra que “en lo de adelante sea nuestra divisa, libertad, orden y progreso; la libertad como medio, el orden como base y el progreso como fin”[8] analizando estas etapas de transiciones históricas puedo afirmar que la ideología política que predominó durante el porfiriato fue el positivismo. “Porfirismo rima con positivismo, hasta el punto que el porfiriato ha podido presentarse como el prototipo de una síntesis entre caudillismo, positivismo y capitalismo”[9]. que tuvo como dogmas el discurso de Augusto Comte de orden y progreso que se puede retratar con la frase de Porfirio Díaz de “poca política, mucha administración” en la cual la eficiencia y eficacia están encima de las formas. Al inicio del gobierno de Díaz se enfrentó con el desafío de traer paz al país que estaba lleno de bandidos.
Para combatirlos creó una fuerza conocida como los Rurales, quienes ejecutaban a todo bandido que capturaban y en caso de llevar algún prisionero se les aplicaba la ley fuga. “En este tipo de procedimientos al margen de la ley, fue célebre el caso de un telegrama enviado el 25 de junio de 1879, por el mismo Porfirio Díaz al gobernador de Veracruz, Mier y Terán, quien había capturado a nueve personas (¿Delincuentes o enemigos políticos?) en el que simplemente ordenó: “Mátalos en caliente”.
El método resultó eficaz y en relativamente poco tiempo, el país conoció una época de tranquilidad que ya nadie recordaba, y que se le conoce como la paz porfiriana.”[10] De modo que podemos ver reflejadas las ideas maquiavélicas de que los gobernantes tienen que proteger el bienestar del Estado a toda costa. Aunque eso signifique utilizar estratagemas crueles. Esta idea se hace claramente visible con la política de Díaz de “mátalos en caliente” para preservar el orden del Estado, se tuvo que llegar hasta la instancia del derramamiento de sangre, la cual
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