Imperio y ocaso del sagrado corazón de Jesús en Colombia
Enviado por Ninoka • 6 de Abril de 2018 • 7.776 Palabras (32 Páginas) • 1.119 Visitas
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Del costado de Cristo cuando fue crucificado, brotó sangre, comparada con la vez que Moisés golpea la roca y emana agua de su interior, la sangre de Cristo y e agua que hizo brotar Moisés son comparadas porque ambas servirían para calmar la sed de sabiduría y de amor de Dios. Juan da gran importancia al hecho, porque la lanza hirió el corazón de Jesús y así el corazón había dejado de latir para abrir la puerta del hombre interior. San Agustín menciona el corazón de Jesús como fuente de sabiduría. “Juan era un hombre justo y de gran santidad que bebía en el corazón del señor el secreto de los misterios”. El corazón como sabiduría sobrenatural, amor como sentimiento de unión. Corazón desde el sentido antropológico, en el antiguo testamento como sinónimo de hombre. Corazón de Cristo como centro de la Iglesia. En 1928 Pío XI se refiere al corazón agregándole el concepto de reparación, como sinónimo de pecado. Se invita a la devoción al símbolo como penitencia, para reparar el dolor de Cristo representado en su corazón.
El culto místico
Desde la Edad Media la devoción al corazón herido se dio en un culto místico. Fueron destacadas tres místicas en el siglo XIII en la devoción del símbolo: Santa Gertrudis La Grande, santa Matilde de Hackeborn y sor Matilde de Magdeburgo, las tres del monasterio de Hefta (Sajonia), bajo una notable influencia de San Bernardo. Ellas consolidaron el símbolo como objeto de piedad privada, de esencial importancia en la vida espiritual cotidiana y no sólo de atención ocasional. Santa Gertrudis La Grande fue llamada “teóloga del Santísimo Corazón”, sus revelaciones fueron sólo un adelanto a las de santa Margarita María de Alacoque. En sus revelaciones mostró el corazón herido por el dolor de los pecados y el desamor del hombre. Matilde de Magdeburgo indicó que el corazón era el consuelo de los sufrimientos. Santa Lutgarda, otra piadosa del monasterio Benedictino de Saint Trond, aseguró que se le apareció Jesús cuando estaba a punto de casarse. Éste se le presentó y le enseñó la herida del costado diciéndole: “Mira aquí y contempla lo que de ahora en adelante debes amar y por qué lo debes amar. Aquí es donde te prometo hacerte saborear delicias en toda su pureza”. Se hizo una herida en el costado como señal de intercambio de corazones y renunció a su boda. Cristo le concedió la calidad de mártir. Otro fue Ludolfo de Sajonia, quien consolida la fusión entre dolor y amor, herida y lugar íntimo del símbolo cristiano
Iconografía temprana
En la baja Edad Media se empieza a representar el corazón sagrado. Louis Charbonneau-Lassay, en su libro “Estudios sobre simbología cristiana. Iconografía y simbolismo del corazón de Jesús”, analiza la tradición oral y las representaciones de corazones y sus diferenciaciones, desde los anillos de Poitou que representan costumbres cortesanas y los de costumbres religiosas. Charbonneau encontró el dato más antiguo en la iconografía del símbolo en una insignia con caracteres y dibujos en la torre de homenaje del castillo de Chinón, que se atribuye a los caballeros de la orden del Temple. En el graffiti decía: “Yo pido perdón a Dios” y algunos símbolos eclesiásticos como: rey, cruces, personajes prosternados con trajes eclesiásticos y militares, con escudo, hábito y espada. Además, el grabado, atribuido a 1308, lleva una figura central, el corazón de Jesús, y a su alrededor unos rayos divinos que significan divinidad. En el grabado, hay también una cruz y tres clavos aludiendo a la crucifixión. Por eso, desde el siglo XIII, además de la devoción al corazón, fue también a las cinco llagas y a la herida del costado. Charbonneau muestra también otro hallazgo de un símbolo del corazón de Jesús hallado en un molde de hierro para hacer hostias, que se encontró en Vich, Cataluña en el siglo XIV, en el que se representa a Cristo crucificado, el sagrado corazón y los clavos. El otro corazón que Charbonneau identifica como muy antiguo es el del sello de Couret, que llevaba además del corazón, la cruz y los rayos, y que representa la devoción al símbolo en Francia y Alemania en el siglo XIV. Por esto es sencillo suponer que fue un símbolo muy importante en occidente en la Edad Media. La devoción y el desarrollo del simbolismo del símbolo, se da más tarde en la época moderna en Europa, de la mano de devotos como: Lanspergio, Luis Blosio, Van Esch, el padre Jerónimo Nadal (ayudante de San Ignacio de Loyola), todos del siglo XVI. Pero la máxima representación de la época moderna fue Santa Margarita María de Alacoque de “La Visitación”.
El culto litúrgico
San Juan Eudes fue el primero que fundamentó teológicamente la devoción al símbolo, impulsando su culto litúrgico, su doctrina invitaba a los fieles a comprender la devoción desde lo interior de Jesús y María, desde el corazón de María al de Jesús. Ve en Jesús tres corazones: el corporal (corazón de carne), el corazón espiritual (la parte superior del alma) y el corazón divino (el espíritu santo). Él fundó la congregación de Jesús y María en 1643, dándoles como patronos los sagrados corazones de ambos, con la celebración de misas en honor a sus corazones, haciendo parte de la liturgia católica. En 1668 gracias Eudes, se aprobó el primer oficio litúrgico del Corazón de Jesús, designando una misa de fuego o Gaudeamus, llamada así por el principio del fuego del amor en el corazón de Cristo. Difundiendo este culto enfrentó e los jansenistas, quienes lucharon por más de un siglo contra el culto al sagrado Corazón. (Eran antijesuitas) además negaban la existencia del corazón y de su herida. Fue tanta la influencia de los jansenistas que ya en el siglo XVIII, el Papa Clemente XIV consideró que no debía favorecerse el culto al símbolo. Pero fue santa Margarita María de Alacoque (1647-1690) quien dio el paso fundamental a la constitución del culto litúrgico y la definición de elemento iconográfico del símbolo del sagrado Corazón de Jesús. Perteneció a la orden de la visitación del convento de Paray-Le-Monial, tuvo cuatro revelaciones de Jesús sobre su corazón inmolado. En la primera recibe el mensaje de amor del corazón de Jesús por los hombres, en la segunda recibe el mandato de devoción para venerar el corazón en forma de un corazón de carne, con la llaga de la lanza, con espinas y una cruz en la parte superior. En la tercera revelación se le pide el encargo de la comunión el primer viernes de cada mes y una hora de oración los jueves antes del viernes primero del mes entre las 11 y las 12 (La Hora Santa) de la noche. En la última se le encarga una fiesta al sagrado Corazón el primer
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