La arquitectura moderna a separado las funciones urbanas.

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las décadas de 1950 y 1960. Implementaron un estilo que tuviera en cuenta las características específicas de cada ambiente urbano, fuera de los rígidos esquemas del racionalismo anterior a las dos guerras, fue una de las características del Team X, buscando así su validez internacional.

El trabajo de los Smithson se centró en el uso expresivo de los elementos mecánicos y tecnológicos (propio de la arquitectura brutalista, de la que son considerados fundadores, entre otros), teniendo en cuenta la tradición cultural popular, además de las lecciones de los maestros de la década de 1930, como Mies van der Rohe. En el proyecto para el Golden Lane Housing (Londres, 1952), la composición compleja y abierta del barrio, la densidad de los servicios y la presencia de calles que se interrumpen representan un distanciamiento de los principios de zonificación típicos del racionalismo. El carácter utópico de este proyecto no impidió su realización; incluso algunas soluciones arquitectónicas fueron puestas en práctica posteriormente en el Robin Hood Gardens (Londres, 1966-1972).

El urbanismo del Siglo XX, a excepción de las reconstrucciones de las ciudades destruidas en las guerras mundiales, es periférico. El centro tradicional no es una preocupación primordial y no se modifica, no es posible cambiarlo. Se deja como está y se construyen otros centros en la periferia de acuerdo con los nuevos cánones. A pesar de las críticas racionalistas a los ensanches no se modifican, porque es demasiado costoso rehacer una ciudad que funciona, aunque sea de un modo imperfecto. Así pues solo se construye una parte de la ciudad. A excepción de Brasilia.

Sistemas de desarrollo urbano para la construcción del futuro

Cada pronóstico debería ser lo más objetivo posible y superable hoy día, como técnica como administrativamente. La ciudad no pude planificarse aplicando ideologías subjetivas, ya sean de tipo socio-políticas o técnico-constructivas. Las utopías sociales de los últimos 200 años han indicad los límites de estas visiones, al igual que lo han hecho las utopías técnicas de los últimos años. No existen soluciones urbanísticas precisas para un determinado orden social. Las exigencias del hombre con respecto a su medio ambiente no dependen de un sistema. En los estados totalitarios, las necesidades se manipulan artificialmente, lo que no influye en sus esencias. En sociedades más liberales, la satisfacción de estas necesidades se enfrenta muchas veces con problemas de administración que producen restricciones parecidas a las de los sistemas autoritarios. Al existir un poder supremo multiplicado, la posición de los exponentes de planificación es muy fuerte. Debido a su autoridad, pueden confeccionar planes de larga previsión y realizarlos después. En cambio, en un estado constitucional libre, la posición del urbanista es desproporcionadamente débil, ya que su papel se limita al de negociador en conflictos de intereses con los ciudadanos. La realidad demuestra que, hoy en día los esfuerzos urbanos de los dos órdenes sociales se distinguen muy poco entre sí, incluso en muchos casos llegan a las mismas soluciones y además existe una diferencia en cuanto al estándar.

Por desarrollo urbano se entiende el crecimiento de la ciudad al exterior, la transformación y la adaptación constructiva en el interior. Para la reconstrucción Europea se usaron planes de aprovechamiento del terreno, pensando en un espacio de tiempo se permiten la expansión de edificaciones hasta llegar a los límites del distrito.

En la posguerra la ciudad se convirtió en un problema urbano que no coordinaba íntegramente la región y fue necesario proyectar urbanísticamente soluciones a los problemas actuales. La red universal de transporte ha sobresaltado a los planificadores y a la construcción de vías y autopistas donde muy pronto se pusieron en práctica sistemas de tráfico más rápidos sin dar oportunidad a que los urbanistas tuvieran voto en ello.

La arteria de tráfico siempre ha sido el factor elemental del desarrollo humano. Vista la vialidad en su dependencia correcta siempre dependerá de las necesidades de la convivencia humana. Cada utopía urbana tendrá que medirse con la técnica de transporte. La técnica de construcción ocupa un segundo lugar. No ocurre lo mismo con la diligencia, entonces habrá que desarrollar modelos de ciudades en las cuales pueda vivirse con el coche individual, sea este el tipo que fuere.

No podemos partir de la base de que este invento debe desaparecer, solo queda esperar que este instrumento bajo presión de gobierno, cumpla con las exigencias urbano-higiénicas lo más pronto posible. El crecimiento superficial de las ciudades europeas irrumpió mediante planeaciones del equipamiento la utopía urbana de manera realista que haga posible su ejecución y usos según la necesidad

es del momento.