La paz en el país de las guerras. “El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar.”

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total a cualquier forma de expresión política que no fuera liberal o conservador, es decir, los extremos, generando la formación de guerrillas que en un principio buscaban el correcto cumplimiento de los derechos, adicionalmente luchaban por las distintas problemáticas del país, como lo era la pobreza, las pocas oportunidades de desarrollo que se le daban a los campesinos y demás; sin embargo esto cambia cuando empieza el desesperado sentimiento por recaudar dinero, las guerrillas empiezan a mover fichas en el mundo del narcotráfico, paramilitarismo y terrorismo, haciendo secuestros, exportación de drogas, maltrato a los mismo campesinos para que cosechen cocaína, recaudando “impuestos” por cosechas y demás acciones que vulneraron los supuestos derechos que tanto querían defender, derechos que se veían totalmente afectados con las tomas guerrilleras, las masacres, secuestros, minas antipersonal, los correos humano-bomba y entre otros.

Una vez acontecidos estos hechos, el estado al ver la magnitud de la violencia decide combatirlo de alguna forma, Pastrana fueron diálogos de paz que terminaron con una silla vacía, más adelante los falsos positivos con Uribe, las muertes de guerrilleros, también algunas desmovilizaciones pero principalmente se combatió la guerra de las farc, fuego contra fuego, como algunas personas dirían “se le dio plomo a las FARC”. Finalmente con el presidente Santos se inician los diálogos de paz en los cuales al día de hoy se han invertido 14 mil millones de pesos y del cual se espera 3.000 millones de dólares en los próximos 5 años para financiar la implementación de la paz. La cifra exacta es $14.592’591.719, y se pudo conocer gracias a un derecho de petición interpuesto por el abogado Hernán Darío Cadavid, este dinero no se ha utilizado para lo que concierne a las manutenciones de las FARC en los lugares en donde se dan los diálogos, “el fondo es usado para administrar y ejecutar los recursos de los planes y programas de paz, que se adelantan en desarrollo de las funciones asignadas a la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y Financiar y cofinanciar la realización de actividades que generen condiciones para entablar conversaciones, diálogos y firma de acuerdos con grupos alzados en armas que participen en el conflicto".

Y como lo dijo el presidente santo en una entrevista a la revista semana: “Cuánto vale un hijo, una hija o una familia; cómo las repara uno, entonces cualquier precio es mínimo frente al dividendo de la paz y en términos puramente económicos, se calcula que sólo con firmar el fin del conflicto la economía va a crecer 2 por ciento adicional”.