Lee el texto de Pablo Latapí Un siglo de educación nacional

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Este sector sigue vigente, aunque las personas ya no le otorgan tanto valor a un certificado de técnico ya que se traduce en oportunidades de baja calidad.

Aún recuerdo que cuando entre a la secundaria técnica mis padres lo consideraban la mejor opción porque obtendría un conocimiento extra que en determinado momento me permitiera sobrevivir, la escuela vendía esta opción como una alternativa de estudios en el caso de no lograr continuar con la educación medio y superior, pero la verdad es que no conozco a ningún compañero que trabaje de lo que aprendimos, es más creo que siempre cumplimos con la materia por necesidad para terminar la secundaria, más que para obtener un título de técnico.

Proyecto modernizador

Aparece en el sexenio de Echeverría y continuara en los siguientes dos sexenios. La reforma de 1970-1976 de educación es una respuesta a las inconformidades sociales y a las denuncias hechas en 1968 comprendiendo todo tipo de acciones.

Los objetivos comprendían transformar la economía y la organización social modernizando y procurando una distribución equitativa de oportunidades.

Para ello era necesario asegurar la participación activa, estimular la iniciativa, la responsabilidad y la capacidad creativa del estudiante, los programas serian precisos esperando desarrollar capacidades de análisis, pensamiento crítico, lógica y deducción para poder lograr personas mejor preparadas para el trabajo productivo.

Los nuevos programas se regían por cinco criterios: desarrollo de actitud científica, conciencia histórica, relatividad del conocimiento que prepare para ser tolerantes importancia en el aprendizaje activo que es aprender a aprender. Este programa se volvió general en todos los sistemas.

Posteriormente Salinas hizo el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica y Normal y la Ley General de Educación en las que se relacionaron la política la sociedad y la economía y se da importancia a la vinculación de la comunidad, la pedagogía y lo cotidiano. Otro cambio fue la autonomía de los estados, se fomentó la participación de los padres y la sociedad con la creación de los consejos de participación social. Finalmente se mejora la calidad educativa con la atención del maestro, la reestructuración de programas y planes, nuevos libros de texto y a introducción de evaluaciones externas.

Estos avances no han tenido los mismos resultados aunque si existen los cambios, favoreciendo la evaluación de la educación; el interés en los docentes, desde mi punto de vista, permiten el principal avance ya que de ellos siempre se esperan resultados y pocas veces reciben incentivos o los apoyos que faciliten su labor, posteriormente dotarnos de herramientas útiles constituye algo fundamental, como pueden ser libros de texto de calidad y que de verdad complementen los programas de estudio.

Responde a las siguientes preguntas:

1. ¿Cuál es la importancia de la identificación de las fuerzas impulsoras para la comprensión de las transformaciones del sistema educativo mexicano?

Los impulsos generan procesos que se reflejan en la dinámica social y que están en conflicto con la orientación educativa. Así estas fuerzas actúan en la sociedad y sobre el Estado orientando las decisiones que se tomen en torno a las políticas educativas.

2. En una institución educativa, ¿cuáles consideras que pueden ser las fuerzas impulsoras de un cambio tanto en el sistema educativo como en una escuela?

Podemos decir que el sistema y la escuela cambiaran en función de sus necesidades, la mayor herramienta para impulsar el cambio la tiene la sociedad que demanda nuevas expectativas que requiere de cambios precisos, de mejorar la credencialización otorgada por la institución con mejores técnicas, estrategias y otorgue más destrezas. La sociedad siempre encontrara en la cultura su libertad, su dignidad y una “herramienta blanca” para luchar por mejores oportunidades y en contra de las injusticias, Vasconcelos sigue vigente con esta ideología.

Definitivamente estoy en contra de la labor del sindicato (SNTE) y es que ha demostrado que trabaja por unos cuantos intereses personales y no para lo que fue creado, ayudar y proteger a los docentes y no la labor que práctica actualmente que es la de “bloqueo” a los proyectos de cambio y mejora educativa.

Referencias

Latapí, P. (1998). Un siglo de educación nacional: una sistematización. En Un siglo de educación en México I (pp. 21-42). México: FCE.

Gómez Navas, L. (1979). Política Educativa en México-I (p. 92-147). México: Patria.

Arce Gómez, F. (1996). En busca de una educación revolucionaria: 1924-1934. En: Vázquez, J. et ál. Ensayos sobre historia de la educación en México (p. 145-185). México: El Colegio de México.

Matute, Á. (1982). VII. La política educativa de José Vasconcelos. En Solana, F. (ed.). Historia de la Educación Pública en México (p. 166-182). México: FCE.