Marco Antonio Cervera, breve historia de los aztecas; ediciones Nowtilus; 2008
Enviado por Rebecca • 27 de Noviembre de 2018 • 9.804 Palabras (40 Páginas) • 461 Visitas
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El mandato divino: la salida de Aztlán
Los aztecas y próximamente mexicas, fueron el ultimo de siete pueblos de habla náhuatl que salieron de Aztlán, lugar que es también confundidos con otros dos Chicomoztoc, el “lugar de las siete cuevas “y Culhuacán, el “lugar de los antepasados”. Estos pueblos tenían un dios patrono “los abuelos” “los creadores de hombres” “las primeras semillas humanas”; de cuyas denominaciones derivan los nombres de los pueblos protegidos.
Era el momento de partir de Aztlán, la fecha marcada, el año 1111d.c, en el calendario mesoamericano el año 1 pedernal, fecha de consagración del dios que los iba a guiar.
El largo peregrinar de los mexicas había comenzado bajo la guía del caudillo Huiztitzilin, iniciada su peregrinación su base de alimentación fue la caza de animales silvestres como conejos, liebres, venados, así como la recolecciones plantas.
Tenían rasgos culturales mesoamericanos como el cómputo de su calendario de 52 años, la construcción de templos para su dios o la celebración del juego de la pelota entre otros.
Desde Aztlán uno de los primeros lugares a los que llegan es Culhuacán, donde el dios Huitzilopochtli les confirma que desde ese momento ya no serán más aztecas, lo que les recuerda su precaria situación con sus opresores en Aztlán. Ahora serán denominados mexicas.
La migración continua durante más de dos siglos y muchos de los lugares que pasaron coincidieron con los otros seis pueblos que se les adelantaron.
Uno de los sucesos de mayor relevancia que se encuentran entre el mito y la historia es la que narra el momento en que los mexicas se separan y dice así. En algún momento los mexicas se detuvieron a descansar en un gran árbol, que de pronto se despedazo mientras ellos dormían. Tras ello, se dice que Huitzilopochtli ordeno la división del clan mexica en dos partes; solo debían quedar aquellos elegidos por Huitzilopochtli, el elemento de discordia fueron las reliquias, por un lado las esmeraldas que representarían al jaguar y por otro unos palos, que representaban al águila símbolo indiscutible de Huitzilopochtli.
Los que eligieron las esmeraldas años después fundarían Mexico-tlateloclo, serian llamados mexicatlatelolcas, y los verdaderos seguidores de Huitzilopochtli, los que tenían las reliquias de los palos, fundarían Mexico-tenochtitlan y serian conocidos como los mexico-tenochas.
Como ha afirmado López lujan, los mexicas buscaban un lugar con características similares a las de su patria originaria para poder fundar su ciudad, un sitio insular, con recursos económicos suficientes y estratégicamente ubicados; por eso trataron de crear artificialmente un medio lacustre en Coatepec.
Aun cuando los mexica concebían a Coatepec como un lugar para asentarse Huitzilopochtli, les indica que este no es el lugar que él les ha prometido; de esta manera continúan su marcha.
Luego de cruzar por varias ciudades, llegan a Chapultepec otro sitio que los mexicas consideraban idóneo para establecerse, se dice que estuvieron asentados por 70 años aproximadamente.
Los pueblos que se encontraban con anterioridad, en los alrededores de la cuenca de México, veían a los nuevos extranjeros como una amenaza.
Varios pueblos le declaran la guerra y en este caso los mexicas terminaron derrotados; muchos de ellos capturados por Culhuacán; una sociedad que en menor medida que los tepanecas de Azcapotzalco, que en ese momento tenían el dominio político y militar de la zona. El pueblo de Culhuacán se encontraba más al sur, estos se encontraban en constante guerra con el Xochimilco; por lo que era necesario contar con algunos contingentes extras para la guerra. Así los mexicas se convirtieron en los mercenarios del señor de Culhuacán.
De esta manera los mexicas se iban formando su reputación de grandes guerreros; con el paso del tiempo le solicitan al señor de Culhuacán a su hija para poder desposarla con algunos de los jóvenes mexicas. Los mexicas querían emparentarse o al menos eso parecía con la gente de la nobleza para generar lazos de prestigio.
Sin embargo los mexicas tenían otro un propósito oculto detrás de este supuesto matrimonio.
El fin de una travesía
Corría el año 1325d.c, y el señor de Culhuacán era invitado a la fiesta para ver como su hija iba a ser transformada en la diosa Yaocihual o diosa guerrera. En medio de la ceremonia el señor de Culhuacán se dio cuenta de algo espeluznante: un sacerdote llevaba la piel recientemente desollada del cuerpo sacrificado de su hija. Ese era el designio de Huitzilopochtli, un sacrificio humano que debía alimentar al astro sol.
El ejército se arremolino para sacar de sus territorios a los mexicas; estos fueron perseguidos y obligados a esconderse en el lago, entre los carrizales y tulares.
Cuauhtlequetzqui y axolohua, también conocido como Tenoch, quienes iban al frente del descontrolado pueblo mexica, tuvieron la primera visión: la geografía del lugar se transforma, divinizada y repleta de metáforas relacionadas con la dualidad de la cosmovisión indígena. El designio sagrado estaba cerca. Tenoch tiene un presentimiento y decide internarse en la laguna, exactamente por debajo del nopal. Su compañero sorprendido ve como poco a poco tenoch se sumerge en las aguas divinas, dándolo por muerto. Al día siguiente, reaparece con un mensaje del dios del agua, Tláloc: “ya llego mi hijo Huitzilopochtli, esta es su casa. Es el único a quien debe quererse, y permanecerá conmigo en este mundo”.
Nada tardaron en comenzar a limpiar los alrededores y los arroyos y se prepararon para construir el primer templo principal de Huitzilopochtli y Tláloc eje vertical como horizontal del universo. Se fundaría ahí la ciudad más importante y poderosa de Mesoamérica; Tenochtitlan, donde está el águila que devora en el tunal sobre la piedra.
Los primeros años de México- Tenochtitlan
El territorio que los mexicas, habían ocupado para fundar su ciudad pertenecía a los tepanecas su líder era Acolnahuacatzin Azcapozalco.
Varios eran los pueblos de habla náhuatl se encontraban distribuidos por toda la cuenca de México, toda la parte norte como el occidente estaban dominado por lo tepanecas; al sur los señoríos de Culhuacán, Chalco y Xochimilco; al este se extendía la región del Acolhuacan, incluyendo reinos de menor importancia que
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