Mexico en el escenario de la segunda guerra mundial

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Sin embargo, no fue hasta el gobierno de Camacho que se presentaron mayores avances por alcanzar la seguridad social.

El 19 de enero de 1943 se fundó el Instituto Mexicano del Seguro Social con participación del Estado, la empresa o patrones y los trabajadores.

La presidencia civil y la revolución institucionalista

Vicente Lombardo Toledano llamó a Miguel Alemán “el cachorro de la revolución”. Cuando asumió el poder el 1 de diciembre de 1946, se inauguró la era de la presidencia civil, en lugar de la militar.

Alemán llegó al poder inaugurada la posguerra. Heredaba un país en aparente unidad y crecimiento económico y su tarea consistió en impulsar la modernización por medio de un proyecto económico que privilegiara el apoyo al capital y a la iniciativa privada poniendo énfasis en el papel rector del Estado. El gobierno de Alemán se valió de la sombra que le dieron los tiempos de la posguerra, la Guerra Fría y la guerra de Corea. Durante su gobierno insistió en la necesidad de democratizar la vida política del país.

La transformación de PRM en el PRI, representó un cambió que se vivió en el interior del mismo grupo en la manera de concebir la Revolución Mexicana.

Con la creación del PRI, la Revolución Mexicana fue institucionalizada para desarrollarse en el futuro dentro de los marcos establecidos y la lucha social quedó en el pasado con el argumento de que ésta ya había logrado sus objetivos. El discurso nacionalista revolucionario fue sustituido por el discurso del progreso. La Revolución se volvió patrimonio exclusivo del partido.

Por otra parte, la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial promovió el sentimiento de que México formaba parte del gran concierto mundial, mientras que el contexto de la Guerra Fría permitió la utilización del término de la mexicanidad. La Revolución fue retomada como la fuente ideológica de la mexicanidad.

Con la retórica de la Guerra Fría y con el argumento de la mexicanidad, el alemanismo combatió las ideas marxistas y socialistas, depuró al partido y al gobierno de los hombres más radicales, como Vicente Lombardo Toledano. El lema de la CTM cambió a “Por la emancipación de México”.

La neutralización política de la CTM se complementó con la alianza entre el Ejecutivo y la CNC. Esta central acentuó s interés en la producción agrícola estimulando a los pequeños y medianos propietarios y relegando el ejido a un segundo plano. Por otra parte, el amparo agrario dio cierta seguridad a los grandes terratenientes del país, aunque no dejaron de existir conflictos entre antiguos poseedores y ejidatarios. Con la CNC como organismo dócil y mediatizador de cualquier descontento campesino, el régimen de Alemán redujo considerablemente el ritmo del reparto agrario e intentó garantizar la producción con incentivos y apoyos los pequeños propietarios.

Por su parte, la CNOP se vio fortalecida. Esta confederación era el factor estabilizador de la política mexicana, puesto que ni el sector obrero ni el sector campesino podían dirigir al país por la “falta de conciencia política”. Dentro de la CNOP se encontraba la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado, que constituía una fuerza determinante para el fortalecimiento político de la burocracia administrativa estatal.

Con el gobierno de Alemán se afirmaron algunos rasgos del sistema político mexicano: el presidencialismo civilista, la hegemonía del partido oficial, el fomento y el control institucional de las organizaciones populares, la amplia intervención del Estado en la economía, en la cultura, y en la organización de la sociedad, el control del movimiento obrero mediante el “charrismo social” y el protagonismo del presidente en prácticamente todas las esferas de la vida nacional.