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MÉXICO UN PUEBLO EN LA HISTORIA: EL TRIUNFO DEL CAPITALISMO

Enviado por   •  5 de Diciembre de 2018  •  2.414 Palabras (10 Páginas)  •  301 Visitas

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La primavera del capital

Al iniciarse el periodo, la canalización del ahorro nacional hacia la industria es lente y, ante la ausencia de un sistema financiero organizado difícil. Las principales instituciones de crédito son por lo general bancos de depósitos, más interesados en los préstamos a corto plazo y en los valores inmobiliarios, que en operaciones de largo plazo.

El gobierno propone ampliar la base financiera de acumulación de la burguesía, orientar el ahorro hacia actividades productivas, extender las fuentes de financiamiento del sector público e impulsar la constitución de un sector financiero, privado. Así suceden las modificaciones a las leyes de instituciones de crédito publico, las reformas a la ley organiza de Nacional Financiera y la ampliación de poderes del Banco de México. En los años ’30, surgen instituciones como: Banco de Crédito Ejidal, el Nacional de Crédito Agrícola, el de Comercio Exterior, el Urbano y de Obras Públicas y Nacional Financiera (NAFINSA).

NAFINSA, tiene como principales tareas apoyar la ampliación de la planta industrial, asistir financieramente a la empresa privada, organizar un eficiente mercado de valores y conceder préstamos garantizados a las sociedades financieras. Dos son las vías por las cuales favorece la industrialización: La inversión de valores y el otorgamiento de créditos. Tiende a concentrarse en el financiamiento público.

El Banco de México por su parte, vuelva sus amplios recursos al financiamiento industrial, público y privado. Adquiriendo bonos y valores de las firmas industriales y de las financieras, la institución pretende cubrir las deficiencias de la inversión privada. El banco erige, en los años 40, en la principal fuente de financiamientos públicos deficitarios. Con ello en vez de cargar el endeudamiento externo, es decir, cargar impositivamente la inversión del sector privado, los gastos públicos se financian con créditos no respaldados del Banco de México, mediante la emisión de moneda.

En 1955, después de los problemas financieros del año anterior, es que se logra persuadir a los propietarios privados a adquirir bonos estatales, mediante la reforma bancaria, se modifica la estructura de las fuentes de financiamiento del Estado. A partir de ello, los requerimientos financieros serán cubiertos por el sistema crediticio privado a través del aumento de porcentajes de los depósitos de los bancos comerciales en poder del Banco de México, y el control selectivo del crédito.

Al poco tiempo, se observa las insuficiencias para encarar el déficit del gasto público. El Estado opta por el financiamiento externo como principal mecanismo compensador al cual recurre para hacer frente al desequilibrio presupuestal y el de la balanza de pagos. Para 1958, el 20% de inversión pública provenía de préstamos del exterior.

Las modificaciones de 1941 a las leyes de instituciones de crédito sientas las bases para la rápida expansión del sistema bancario privado y su mayor entrelazamiento con la actividad industrial. Las instituciones más antiguas cuentas con departamentos de valores, otorgan préstamos a plazos costos como a medianos y largos, siendo el soporte del cual se organizan los grupos financieros. De este modo, la emisión y distribución de los valores de las empresas industriales, tarea primera de las financieras, aparece desde un principio vinculada con el sistema bancario privado. A medida que avanza la industrialización surgen y se difunden nuevos procedimientos en la unión del capital industrial con el bancario.

La década de los 50, se caracteriza por el establecimiento de sucursales y el crecimiento explosivo del número de sociedades financieras y bancos de ahorro. El capital de préstamo se reubica hacia las financieras, las cuales se encargan de la promoción y organización de empresas industriales, comerciales y de servicios; suscribirán las acciones y valores por ellas emitidos y responderán más eficazmente a sus necesidades de inversión.

A diferencia de lo ocurrido durante el cardenismo, se empieza a definir como prioritaria la correspondencia entre ingresos corrientes y gasto público, situación que limita la autonomía financiera del Estado, y por lo tanto, sus posibilidades de intervención en la economía.

Las inversiones más favorecidas son aquellas que producen bienes y servicios indispensables para la producción: electricidad, petróleo, cemento y acero. A mediano plazo el descuido del sector agropecuario repercutirá en la economía.

Con el fin de impulsar y reorientar la apropiación del excedente hacia el sector privado, el Estado había puesto en marcha la política de tarifas y precios bajos de los bienes y servicios producidos por empresas públicas; así como un sistema impositivo que reforzara los niveles de protección, especialmente en la industria y adquiere mayor relevancia con la Ley de Industrias de Transformación de 1941, y la Ley de Fomento de Industrias de Transformación de 1946. En 1955, entra en vigor la Ley de Industrias Nuevas y Necesarias, que pretende hacer más selectivo el otorgamiento de las franquicias, las cuales podían obtener exenciones de impuestos a la importación, venta, timbre, utilidades y exportación por parte de las secretarias de Hacienda y Crédito Publico e Industria y Comercio. Entre 1940 y 1955, el 40% de concesiones otorgadas pertenecen a empresas productoras de bienes de consumo y en 1957 y 1961 este porcentaje se reduce a un 10%.

Los 3 objetivos de la política fiscal de fomento a la industria a los que se les da prioridad son: 1) Apoyar la producción de las unidades pequeñas y medianas; 2) Favorecer la diversificación manufacturera al propiciar la instalación de empresas en nuevas ramas o en aquellas insuficientemente desarrolladas; y 3) Alentar el surgimiento de industrias consideradas como básicas.

Todas estas disposiciones (devaluaciones, aranceles, controles cuantitativos, subsidios, leyes de promoción industrial, etc.) integran una política económica, industrial y comercial con tintes proteccionistas. Sin embargo es importante tener presente, que según el rumbo adoptado, son requerimientos esenciales para la industrialización con.

Las frivolidades de la burguesía

A principios de los años cincuenta, las manufacturas están concentradas alrededor de unas cuantas ramas tradicionales, se trama de alimentos, bebidas, textiles. El nivel tecnológico que existe en el país, la maquinaria usada que se incorpora es innovadora, pero comparada con la de los países industrializados presenta un atraso evidente.

Las pequeñas y medianas empresas

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