NOCHE DE RABANOS.
Enviado por Ledesma • 30 de Abril de 2018 • 8.040 Palabras (33 Páginas) • 286 Visitas
...
Los Rábanos tuvo su origen con motivo de la Nochebuena, ya que ha sido suplantada por la cena de Navidad… Llegando el día de la plaza, 23 de diciembre que era la Plaza de Nochebuena, los hortelanos expedían sus productos… Dado el ingenio que siempre ha existido en el hombre estos hortelanos comenzaron a calar rábanos como hoy en día todavía los podemos admirar, a la variedad llamada rábano largo eran y son calados y adornados con azucenitas hechas de cebollas tiernas, con ramitas de coliflor y rabanitos chicos calados también, dando la impresión de una verdura filigrana; cosa que comenzó a llamar la atención entre la gente en especial en las amas de casa que los adquirían para el adorno de la ensalada… y como dicho arte sólo se hacía en la festividad señalada, pronto el vulgo dio en decir “vamos a los rábanos…”
El señor López Mendoza, continúa relatando, lo que se escuchó de labios de sus abuelos: “Los antiguos le decían el día de los rábanos, porque en aquellos tiempos las actividades terminaban al anochecer…”, el mercado se efectuaba antes del oscurecer y si prevalecía al llegar la noche, se alumbraban con fogatas de ocote.
Todos estos testimonios coinciden en un origen común de la noche de rábanos: el mercado de la vigilia de Navidad. Todas las personas que entrevisté en Trinidad de las Huertas, que han sido horticultores o nacieron en el seno de una familia de ese gremio, expresaron uniformidad en tal criterio.
LA TRINIDAD DE LAS HUERTAS
Este antiguo poblado, después Ayuntamiento, Agencia Municipal y ahora barrio de la ciudad, localizado en el sureste de Oaxaca, jugó un papel importantísimo en el mercado de la vigilia de Nochebuena ya que la mayor parte de las hortalizas que se vendían en esta ocasión eran cultivadas en la Trinidad.
Debido a la fertilidad de la tierra y a mejoras y enmiendas que se hacen, las huertas de este pueblo se ven siempre sembradas de cereales y hortalizas… Este pueblo se formó de los mexicanos que vivieron en el marquesado. Los conquistadores o mejor dicho, los sacerdotes fray Jordán de Piamonte y Domingo de Santa María, que llegaron a evangelizar a esta ciudad, los congregaron en ese lugar. Edificando el templo de la Trinidad y utilizando las filtraciones del río Atoyac, enseñaron a los pobladores la manera de cultivar legumbres, sembrando ellos mismos las primeras simientes. Las primeras flores que se plantaron fueron el albahácar, la azucena y la rosa de Jericó, que fueron traídas de España por estos mismos padres. En 1533, la Trinidad de las Huertas consumía sus productos en la plaza de esta ciudad, y desde entonces fueron tradicionales en Corpus y el Lunes de Resurrección. La iglesia de la Trinidad y el segundo templo que se fabricó entre nuestros pueblos…
La tradición oral de la Trinidad de las Huertas no olvida a la venerable orden de Santo Domingo impartiendo enseñanzas en el cultivo y la aclimatación de las “plantas de Castilla”. Recuerda a la primitiva ermita en la que se veneraba la imagen antigua de la Trinidad y que fue derribada en el año de 1941. Los pobladores cuentan que dicha capilla la erigió fray Jordán de Piamonte, quien era muy devoto de la Santísima Trinidad.
Como una confirmación de la presencia de los religiosos dominicanos en el templo de la Trinidad, existe un altar dedicado a la Virgen del Rosario.
También hay memoria de un hermoso órgano colonial de flautas, que funcionó en la iglesia, igual que los había en Catedral, la Soledad, Jalatlaco y el Carmen Bajo. Fray Francisco de Burgoa habla sobre la Trinidad: “Al principio de la fundación de esta ciudad, y cerca del centro de ella, tiene por la parte Sur, las huertas, de donde traen las flores para los templos y hortalizas para el sustento”. Esto lo dice en pleno siglo XVII.
Es casi seguro que se fue ese lugar donde los rábanos se aclimataron y se lograron los primeros cultivos.
El botánico Cassiano Conzzatti, quien no obstante su origen se considera oaxaqueño, clasifica así esta hortaliza:
Raphanus, L (nombre científico de rábano). En francés Raifort de Radix, raíz y Fortis, fuerte) Cruraphana (D.P) comprende plantas herbáceas y ramosas, anuales y bisanuales, lampiñas o peluditas, provistas de raíces jugosas. Las hojas inferiores son listados y las flores, blancas o amarillentas, con venas purpúreas, son llevadas por pedúnculos delgados y están dispuestas en largos racimos sin brácteas, terminales u opuestas a las hojas. Tienen un cáliz de sépalos erguidos, los dos laterales algo gibosos en la base, los estambres libres; el estilo delgado, terminado por una estigma sencillo. El fruto es una silicua alargada, indehiscente, cilíndrica, inarticulada y polisperma, continua o moniliforme, lista o aristada, coriácea o esponjosa, interiormente continua o con muchas celdillas por la interposición de istmos transversales. Las pequeñas cavidades que así resultan encierran semillas colgantes y globulosas, dispuestas en una sola serie… es oriundo del antiguo continente, y lo integran unas seis especies cultivadas dondequiera. En México se cultiva el R. Sativus, L. y algunas variedades que de él se derivan.
¿Pero cómo llega al nuevo mundo y a la Antequera del Valle de Guaxaca? Pedro Mártir de Algeira, nos informa, al referirse a la fertilidad de la Española, la que “Colón identifica con la de Ofir”: “En la orilla de ese río ha delimitado con mojones huertos cultivables y recolectados de los mismos, con regular razón, todo género de legumbres como rábanos, lechugas, coles, borrajas y otras semejantes a los dieciséis días de arrojada la semilla”.
En 1529, probablemente ya en Oaxaca: “Dijo que lo que sabe es que el dicho Juan [Peláez] de Berrio tiene una huerta cerca de una legua de esta villa y que en ella no hay sino cosas de verduras y tres o cuatro naranjos y que es larga un arroyo abajo, que no es muy ancha y lo demás no lo sabe…” La descripción de la Antequera del Valle de Oaxaca del 9 de enero de 1580 del escribano Pedro Gutiérrez de Verdiga, informa de verduras “de Castilla” ya aclimatadas a estas latitudes: “Es tierra fertilísima para las semillas, granos y hortalizas que de España han traído, porque se dan en ella garbanzos, altramaces, habas, lentejas, arvejas, mostazas, linaza y todas las legumbres y hortalizas comunes, como son coles, lechugas, rábanos, nabos, cargos, cebollas, espárragos, culantro, perejil, yerbabuena, acelgas, melones, pepinos, cohombros, zanahorias, calabaza, sin las demás semillas, yerba y legumbres de la tierra, que se dan en abundancia…”
El
...