“OTOÑO DEL 68, EL IMPACTO DEL GORILAZO”

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Los incidentes que dieron origen al Movimiento del 68 se produjeron el 22 de julio en la Plaza de la Ciudadela, donde hay una riña entre la Preparatoria Isaac Ochoterena integrada a la UNAM y la Vocaciones 2 y 5 del IPN causada por un juego de futbol, en la cual toma intervención el cuerpo de granaderos, que detiene dicho conflicto y terina dentro de la Vocacional agrediendo a los estudiantes.

Aparte los estudiantes de las Vocacionales organizaron una protesta realizada el 26 de julio, para pedir la destitución de los jefes políticos responsables de la agresión a los recintos escolares. Ese mismo día hay otra manifestación organizada por la Central Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED) para conmemorar la revolución cubana, sin poder evitarlo ambas marchas de entrelazaron en el Monumento de la Revolución; después decidieron ir al centro de la ciudad pero fueron agredidos por la policía.

Durante varias horas los granaderos golpearon salvajemente a cuanto joven encontraran en la calle, agrediendo además de los manifestantes a personas no involucrados en la marcha. Los estudiantes resistieron dentro de sus escuelas el acoso policiaco hasta el lunes 29 de julio. Sin embargo, los granaderos irrumpieron en las escuelas como en la Preparatoria 1 de la UNAM, por medio de un bazukazo a la puerta, abriéndola y tomando el control de la instalación.

Después de éste suceso, otros más comenzaron a suscitarse en donde también se vieron involucrados, en aquel entonces el rector de la UNAM Javier Barros Sierra; los porros de las escuelas, la policía y miembros del Comité Ejecutivo de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), la cual fomentaba las huelgas producidas en escuelas.

Para Agosto, había diferentes manifestaciones, todas reclamando lo mismo y se hace público el primer documento unitario firmado por los representantes de la UNAM, IPN, la Universidad de Chapingo y muchas otras escuelas de todo el país, en ese documento se formula un pliego petitorio -que se mantendrá durante todo el movimiento- con los siguientes puntos:

- Libertad de los presos políticos.

- Destitución de los generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea, jefe y subjefe de la policía, así como del teniente Armando Frías, comandante de granaderos.

- Extinción del cuerpo de granaderos, instrumento directo de la represión y no creación de cuerpos semejantes.

- Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal (que tipifica el delito de disolución social), instrumentos jurídicos de la agresión a quien manifieste puntos de vista política discrepantes de los oficiales.

- Indemnización de las familias de los muertos y a los heridos, víctimas de la agresión desde el viernes 26 de julio.

- Deslinde de responsabilidades de los actos de represión y vandalismo por parte de las autoridades a través de policía, granaderos y ejército.

Desde ese momento, comenzaron a suspenderse labores en escuelas de la UNAM, tanto artísticas como académicas y el IPN realiza manifestaciones que son encabezadas por profesores.

Para la segunda quincena de Agosto en sólo dos semanas, el movimiento había dado un salto espectacular. En esos días se extendió el espíritu audaz del movimiento y se inició una batalla política contra la prensa, que expresaba ideas erróneas del movimiento; esta información fue bien contrarrestada por los alumnos y volantes que ellos mismos hacían, al ver esto, la prensa comenzó a cubrir los hechos, que se fueron identificando con los reclamos estudiantiles.

El 27 de Agosto se realiza un mitin integrado por la UNAM y el IPN, que partió desde el Museo de Antropología hasta el Zócalo, en donde esperaban un diálogo político. Todo parecía marchar bien, los estudiantes se preparaban para una larga espera, sin embargo a las 12 am, aparecieron los soldados con tanques y anunciaron su intención de desalojar el Zócalo; como los estudiantes comenzaron a hacerlo lentamente, un tanque embistió un autobús del IPN y algunos grupos de estudiantes fueron perseguidos y golpeados, siguiéndole a los días 29 y 30 más refriegas.

El primero de septiembre el presidente Díaz Ordaz dio el IV informe de gobierno, en donde dio una visión desfigurada y grotesca de los estudiantes y se deslizaron toda clase de infundios, además anunció su decisión de utilizar a la tropa para detener la agitación, la cual consideró artificial y sin fundamento.

Como respuesta a esto surgió la manifestación silenciosa, la cual fue la más sobrecogedora e impresionante. Significó la derrota política de Díaz Ordaz, por lo que éste decidió invadir la Ciudad Universitaria a sólo 5 días de la manifestación silenciosa que se había llevado a cabo con éxito y una excelente respuesta por parte del pueblo mexicano el 13 de septiembre. Pero durante la invasión de CU hubo varios detenidos y matanzas por parte del ejército.

En estas condiciones se realizó una reunión el lunes 23 de septiembre y se decidió trasladar la sede del CNH en la Escuela de Economía del IPN, lo cual no fue posible porque el día 24 de septiembre el ejército invade el Casco de Santo Tomás, institución del IPN.

Se había llamado a realizar un mitin el 2 de octubre en la plaza de las 3 culturas en Tlatelolco, sorpresivamente el ejército abandonó los recintos escolares el 1 de octubre.

El mitin que había planeado para el 2 de octubre se llevó a cabo, desarrollándose en un ambiente de fiesta. Eran las 18:10 horas cuando se notó que las tropas avanzaban sobre el mitin, la señal la dieron dos luces de bengala una verde y una roja, lanzadas por uno de los dos helicópteros que sobrevolaban por encima de la Plaza y la torre de relaciones exteriores.

La señal fue vista desde todos los ángulos de la plaza, mientras que la Operación Galeana era vigilada por francotiradores desde los edificios Chihuahua, 2 de Abril, 15 de septiembre, I.S.S.S.T.E 11, Revolución de 1910 y la Iglesia de Santiago.

Segundos después el Ejército Olimpia distinguidos por una pañoleta o un guante blanco en la mano izquierda y vestidos como civiles, el conjunto disparó hacia la multitud que se encontraba en la plaza y le siguieron una serie de disparos de ametralladoras. Se sabe que participaron más de 10 000 soldados y policías en la masacre de Tlatelolco.

Los tanques del ejército rodearon la plaza de las 3 culturas, algunos estaban en frente del edificio Chihuahua, donde miembros del CHN y periodistas son sometidos con violencia; un tanque disparó contra el edificio