Origenes de la primera guerra mundial

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A diferencia de Princip, el archiduque Francisco Fernando era un buen tirador, uno de esos castillos en la actual República Checa está lleno de trofeos de casa. A los cincuenta años había matado como cinco mil siervos y a otros doscientos mil animales todos cuidadosamente enumerados.

En 1914 Francisco Fernando era emperador en la reserva, todos sabían que su tío no podía tardar en dormir, hasta su retrato oficial estaba listo, aparecía en el con las estrellas que sólo el emperador podía llevar. No tenía tiempo para las convenciones y el protocolo que rodeaba la corte, desafió a su tío contrayendo matrimonio Sofía Chotek que no tenía sangre real. Francisco Fernando también tenía una postura radical frente a la reforma reconocía que cuanto menos poder tuviese las minorías nacionalista dentro del imperio más alianzas buscarían en el extranjero .

El antiguo sistema permitía a germanos y húngaros dominar el gobierno era un sistema que no podía durar.

En 1914 el emperador Alemán citó a Francisco Fernando, el káiser tenía una solución sencilla para hacer frente a las problemáticas minorías nacionalistas, pero Francisco Fernando tenía una mejor idea, creía que la reforma política era la mejor manera de asegurar la continuidad del multinacional imperio Austriaco y de proteger su futuro como emperador . Había dibujado un mapa en el que se veía como el imperio de los Habsburgo podía convertir en los Estados Unidos de la Gran Austria. Pero por encima de todo Francisco Fernando no quería evitar la guerra en los Balcanes. Una noche hizo un brindis después de la cena Gavrilo Princip cruzó la frontera entre Serbia y Austria Hungría por el rio, de ahí se dirigió a Sarajevo donde se encontró con los seis chicos que participaron en la conspiración. Un comandante les había suministrado cuatro pistolas, seis bombas y pastillas de cianuro por si los atrapaban. Ya estaban en Sarajevo cuando Francisco Fernández llegó a las afueras de la capital el veinticinco de Junio. Decidieron atacarle tres días después, durante su trayecto en coche de la estación del ferrocarril hasta el Ayuntamiento. Uno de los chicos estaría posado en el primer puente de esta carretera, Princip y los demás cubrirían el resto de la ruta.

Francisco Fernando escogió muy mal la fecha de su visita, Sarajevo estaba lleno de banderas para la ocasión. El veintiocho de Junio era el día nacional de serbia, fecha en la que naturalmente un Habsburgo podría convertirse en el blando de todas las iras tal y como previese el embajador. Pero los austriacos se tomaron a risa los temores del embajador. La mañana del veintiocho de Junio, Francisco Fernando y Sofía llegaron en tren a Sarajevo.

A pesar de las advertencias, las medidas de seguridad, ya eran escasas, no habían soldados en las calles, tan sólo un puñado de policías, el coche real era un Graf & Stift y a petición de Francisco Fernando circulaba descapotado lentamente para que la gente pudiera ver y él pudiera disfrutar de la vista. Cuando el cortejo cruzó e primer puente el conspirador apostado en el mismo lanzó la bomba, sentado bajo la pareja reales estaba Oscar. La bomba había rebotado fuera del coche, haciendo explosión tras él y haciendo daño a dos policías y algunos espectadores. Francisco Fernando paró para interesarse por los heridos antes de dirigirse apresuradamente hacia e Ayuntamiento, allí el alcalde de Sarajevo empezó su discurso oficial de bienvenida, el archiduque lo interrumpió.

Francisco Fernando estaba vivo y se reforzaron las medidas de seguridad Gavrilo Princip volvía a casa, cuando se paró en la esquina Francisco José a compra un sándwich fue ahí donde su suerte cambió. Francisco Fernando ya había abandonado el Ayuntamiento, tendrían que haberlo llevado al rio y a la suficiente velocidad para impedir cualquier otro asesino hacer blanco pero el conductor oficial giró por error en la esquina de la calle Francisco José, mientras el coche real daba vuelta hacia atrás para volver a la carretera principal, Princip se encontró de cara con su blanco. Fráncico Fernando y Sofía murieron camino al hospital.

El pueblo Serbio no sabía que un grupo del ejército había patrocinado en secreto su asesinato, pero llegó a la misma conclusión que el resto del mundo, era como si todo el país hubiese apretado el gatillo.

En vida el príncipe heredero siempre había defendido la coexistencia pacífica con Serbia, en cambio su muerte se había convertido en un motivo para declararle la guerra